13 Julio de 2022
Este serial del Carcabon lleva más de tres años parado, ya que los productores han buscado una disculpa tras otra para no retomar la serie. Que si el Covid, que si mucha lluvia, que si no coincidimos,…
La verdad es que la expectativa de reptar por el larguísimo tubo cubierto de barro y con zonas inundadas, que fue correctamente bautizado como Colonoscopia y el temor a una subida del lago al otro lado, que cierre la salida, siempre ha sido un buen motivo para no volver a esta cueva.
Pero las disculpas se han terminado y el tiempo es asquerosamente bueno y caluroso, con Ramales saliendo en los periódicos con temperaturas record en la región.
Patrick ha reclutado dos “jóvenes” colegas, que superan los 60 años, por lo que yo con mis casi 57, por una vez voy a ser el mas joven de la expedición.
Como primer capítulo de esta temporada, hemos decidido empezar con una salida de un día, para hacer algunas escaladas pendientes al otro lado del segundo lago, lo que nos obliga claro está a cruzar la Colonoscopia y los lagos y pozos barrosos que hay al otro lado, con los neoprenos o trajes secos que dificultan los movimientos.
Los actores quedamos a las 9 en la boca, somos cuatro, Philippe Mathios, Jean-Marc Duché, Patrick y Ángel. Tras las presentaciones y completadas las sacas con sus bolsas impermeables, entramos en la cueva sobre las 9:30, con una fuerte corriente de aire que sale por la boca.
La entrada a la estrechez se ha rellenado algo con grava, lo que complica aun más la entrada a este inframundo, el resto es tan malo como lo recordaba, aunque nos movemos con calma como si de un viaje del IMSERSO se tratara. Me sorprende lo bien que se mueven estos curtidos espeleos franceses y dudo mucho que cuando llegue a su edad yo lo haga igual. Luego me enterare de que uno de ellos esta operado del corazón.. Increíble que animo tienen .
Cruzar el primer
lago siempre ayuda a bajar la temperatura, pero una larga rampa de barro
viscoso, vuelve a subirla y los pasos bajos, pasamanos y escaladas que vienen después
también, nos calientan con los neoprenos puestos. Finalmente el segundo lago
vuelve a refrescar los circuitos.
Una vez fuera del agua, nos quitamos los neoprenos y Patrick y Philippe se bajan la parte superior de los trajes secos, ya que se trata de una amplia galería de barro, arena y bloques.
Nuestro objetivo está cerca, se trata de un alto tubo que parece tener continuación en el techo de la galería. Patrick se equipa y yo le aseguro.
Avanza rápido con los pulse y escala los 20 m. en menos de una hora, pero en los alto todo esta “bocado”, por lo que monta un descuelgue y se baja desequipando.
Un poco antes, junto a una colada blanca tenemos un segundo objetivo, que esta vez me toca a mí escalar. Patrick me asegura y los colegas se van a mirar el río que llega sobre las areniscas, un poco más abajo.
Progreso rápido en la escalada pero no llego muy lejos ya que la batería del taladro se ha terminado y la cosa no da para mas. Fijo la cuerda y me bajo, dejando esta escalada pendiente para otro capítulo de esta serie.
Sin más que rascar, volvemos hacia el exterior, pasando por el suplicio de ponerse los neoprenos fríos y mojados. El resto es el mismo suplicio de la ida, pero en sentido contrario y más cansados, con lo que el tubo se hace mucho mas largo. En la zona mas estrecha el viento es muy fuerte y hace olas en el agua.
Finalmente se termina la tortura y salimos al exterior sobre las 18:00, con bastante calor, lo que acelera las ganas de quitarnos los neoprenos y recuperar la movilidad.
Recogemos los trastos embarrados y nos vamos a casa de Patrick, a cenar con Sandrine, previa parada en el río para lavar una poco el barro del material.
El día termina muy bien, con la buena compañía de los viejos y nuevos amigos, historias de exploraciones, vino y la suave brisa en la terraza de la cabaña de los Degouve y sus preciosas vistas de peña Rocías.
En el próximo artículo, os contaré un nuevo capítulo de esta serie que hemos retomado con ganas..Atentos a Neflix..
