Macizo del Hornijo septiembre de 2021
Los que seguís nuestro blog, recordareis el artículo del día 27 de septiembre, donde hablamos de las exploraciones veraniegas en el macizo del Hornijo, en
la zona Ancillo-Valle, en busca de una conexión superior con la gran cueva del
Carcabon, en el barrio de Helguero, Ramales, tarea en la que llevamos años implicados con nuestros amigos Marta y
Zape del GELL y los último años con los "jóvenes" del SCD.
En ese relato dejamos nuestras exploraciones, tras un
pequeño paso desobstruido, que nos condujo a una gran negrura, por la que caía
el agua y donde las piedras no rebotaban en ninguna pared, antes de oír el
ruido de su choque con el fondo y un gran eco.
Estaba claro que se
trataba de una gran vertical y desde el borde con los focos no pudimos ver
ninguna pared cercana, lo que nos hacía suponer que estábamos en el techo de
una gran sala. Los tiempos que medimos de la caída de las piedras estaban
distorsionados por el eco, pero estimamos en varias decenas de metros la caída
vertical. Esto presentaba un serio problema de exploración, por un lado era
imperativo alejarse de la vertical de la caída del agua, ya que aunque fuera
solo un poco, cayéndonos encima todo el viaje de la cuerda por la vertical,
sería muy desagradable. Por otro la imposibilidad de fraccionar el tramo de
cuerda en varios sectores, como suele ser habitual, cuando se baja un pozo en
el que puedes ir pegado a la pared, hacia que el ascenso tuviera que ser
realizado de uno en uno, con tiempos de espera prolongados en función de la profundidad
final de la sala.
Todos estos obstáculos se agolpaban en nuestras cabezas,
cuando en Septiembre tras el retorno de nuestros colegas franceses, del SCD,
Patrick y Sandrine, decidimos acometer la aventura de explorar este negro
abismo. Por ello pensamos hacer dos equipos pequeños de dos espeleólogos cada
uno, que se turnarían sábado y domingo para atacar el objetivo.
El primer equipo formado por Cristóbal y Zape, ambos amantes
del taladro, se encargarían el sábado 11 de equipar el pasamanos y bajar al
fondo. Un segundo equipo formado por Patrick y Ángel, bajaría el domingo 12,
para hacer la topo y continuar la exploración. El debate sobre si usar parabolt
de 10 m.m. y anclajes inox, u otros sistemas, lo zanjó Zape con su adicción a
los spit, que finalmente fue el sistema adoptado, resultando perfecto para el
trabajo que se tuvo que realizar. También la idea inicial de bajar otra cuerda
de 100 m. que se empalmaría a la de 9 mm., que había en la cueva, fue desechada
en favor de una nueva cuerda de 200 m. de 8,5 m.m. que trajo Zape.
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Foto zape
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Así pues el sábado
18, los dos miembros del equipo de instalación, acompañados por Ángel de guía y
porteador, se dirigieron a la sima y tras alcanzar la boca, se introdujeron en
su interior, muy cargados con los 200m. de cuerda, taladro, baterías,
anclajes,..
Ángel descendió hacia el pueblo y como el restó quedo a la
espera de las noticias que nos dieran sobre su incursión en la gran negrura.
Pero tuvimos que esperar hasta los 19:00 para tener noticias de estos
intrépidos exploradores jjjj.
Cuando llegaron los informes, fueron sorprendentes en
bastantes aspectos. Por un lado la instalación de una largo pasamos, sobre un
estrato que no habíamos visto, no pareció suponer problema para los curtidos
chicos de Picos y el problema del agua quedaba solucionado.
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Foto Zape
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Por otro la vertical de la sala no era tan grande como nos habíamos
temido, lo que mejoraba mucho los tiempos de ascenso, y permitía hacer grupos
mas numerosos, aunque la estimación de 70 m. hacia que se tratará de una de las
salas mas altas conocidas en España, solo superada por la del Carlista.
Por último los exploradores habían recorrido todo el
perímetro de la sala, que estimaban en casi 200m de larga y 100 m. de anchura,
lo que hacia que su superficie fuera enorme.
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Foto Zape, descenso desde el techo
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Las malas noticias eran que no habían encontrado una
continuación clara de la sala y mucho menos rastro de la corriente de aire que nos trajo hasta aquí. Solo algunos
desfondes en los bordes de la sala que habría que bajar..
Con estas noticias en nuestras mentes, el domingo 19, el
equipo de jubilados nos dirigimos a la cueva, con la misión de hacer la
topografía de la gran sala y buscar una continuación hacia las zonas profundas
del macizo. Tras la caminata de aproximación y equiparnos, iniciamos un rápido
descenso, por los archiconocidos rincones de la sima de Los Cubillones.
En la sala superior recojo un descensor rack que ha dejado Zape
y que permite bajar con mas facilidad las grandes verticales de cuerda, al
tener varias levas intercambiables. Pero como no lo he usado nunca, hago una
primera prueba en el pozo regado que hay antes de la gran sala.
Esta prueba es satisfactoria aunque la inseguridad en mis
movimientos, no augura un descenso muy tranquilo de la gran vertical. Cruzo el
paso estrecho y llego a la cabecera, donde observo con satisfacción el buen
trabajo realizado por los chicos del taladro. Lo que no evita que sude para
alcanzar los anclajes colgados unos tras otros, en la travesía horizontal, con una negrura total en
mis pies.
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Foto Patrick
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Llegado al final del
pasamanos, toca montar el rack y bloquearlo, cosa que no he hecho en mi vida y colgado
más de 60 m. en el vacío no es el mejor momento de ensayarlo. Llega Patrick al
pasamanos y hace alguna foto, de mi cara de susto y me lanzo al vacío.
Inmediatamente me doy cuenta de que el rack a pesar de haber pasado todas las
levas, corre muchísimo con las finas cuerdas de 8,5 mm. lo que aumenta mi
sensación de inseguridad en medió de la nada, colgado de este hilo dental.
Afortunadamente he dejado montado un mosquetón de reenvío y al pasar la cuerda
por él, la cosa cambia y recupero el control cómodo de mi descenso.
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Foto Patrick
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Estoy casi cerca del suelo y no he podido apreciar casi nada
del descenso, concentrado en controlar mi rack, ahora veo o mejor dicho intuyo,
alguna de las paredes de la enorme sala, en cuyo suelo de bloques aterrizo, no
muy lejos de donde lo hace el agua sobre un gran bloque.
Le doy el libre a Patrick que baja haciendo la topo con el
laser. Veo apenas un punto en lo alto de un techo que se pierde en la
oscuridad. Coloco una saca en el suelo para que Patrick pueda apuntar el laser
y tras varias medidas para confirmar la medida, el alto de la sala queda
establecido en 63 m., bastante menos de nuestra estimación inicial, pero sigue
siendo muchísimo y se confirma que se trata de la segunda sala mas alta de
España.
Trato de hacer alguna
foto de Patrick en su descenso, pero la falta de luz hace la tarea imposible.
Cuando este llega al suelo, seguimos impresionados por el vertiginoso descenso
en la oscuridad total. Estamos más que acostumbrados a larguísimos descensos de
pozos de más de 200 y 300 m. de profundo, pero siempre con las paredes
relativamente cerca y visibles y apoyándonos sobre ellas, las sensaciones de
este vuelo vertical en el vacío, son mas nuevas para nosotros, aunque no
desconocidas claro, ya que son pocas las ocasiones de descender salas de este
volumen desde el mismo techo.
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Foto Patrick
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Recuperados de nuestro éxtasis, nos ponemos manos a la obra
recogiendo el material que han dejado nuestros compañeros, al pie de la cuerda
y pesadamente cargados, iniciamos la topografía de la sala desde la base de la
cuerda, hacia la pared oeste. Tras un buen rato llegamos al límite oeste de la
sala, donde nuestros predecesores han marcado alguna incógnita entre grandes
bloques. Decidimos dejar allí las pesadas sacas y dedicarnos a la topografía
del perímetro, pero antes comemos algo, que ya es la hora española de la comida
y casi la de cena de los franceses.
Nos lleva dos horas completar la vuelta a la sala, haciendo
topo y mirando algún que otro recoveco. Tras terminar la topo y la inspección
está claro que la sala va a ser un hueso duro de roer y que las posibilidades
de encontrar un camino hacia el Carcabon se ha complicado bastante. Solo en la
pared sureste donde una posible falla se pierde entre los bloques, se ven dos o
tres fisuras profundas, que habrá que descender a ver si nos dan alguna alegría.
También casi en el
centro de la sala, no muy lejos de la base de la cuerda, hemos visto una amplia
depresión de mas de 10 m. de diámetro, que baja unos 6 m. hasta un suelo de
bloques y por uno de los lados las piedras que tiramos, parece que bajan
algunas decenas de metros.
Es la hora de regresar y me canso solo de pensar en subir 65
m. verticales, sin la ayuda del apoyo en la pared. Estas cosas hace años que
nos las hago, por que desde hace años se trata siempre de instalar las
verticales, bien pegados a la pared y en tramos cortos de no mas de 20 o 30 m.
. Subir completamente aéreo es mucho mas cansado, sobre todo los primeros
metros donde las cuerdas se estiran mucho y tras dar varias pedaladas, no te
mueves del suelo para a continuación oscilar varias veces, hasta que el sistema
se estabiliza.
Tengo el honor de ser el primero en subir y tras el suplicio
del “chicleo” de la cuerda, aplico un ritmo suave pero constante, que no impide
que las tandas de pedaladas vayan reduciéndose, de 50 a , 30 , 20, 20,…. 10, 5…
Uff casi no llego… He tardado unos 15 minutos en subir estos “ miles de metros”
a no, que solo eran 63 , joer…
Le doy el libre a
Patrick y me enfrento al siguiente obstáculo, que es cruzar de nuevo el pasamanos
en sentido contrario, aunque esta vez me cuesta menos y llegó a la estrechez
sin más problema. Una ultima mirada a la gran sala y asciendo hasta la base el
pozo del Toldo, donde a cubierto de la lluvia que cae por él, espero a Patrick,
pero joer… Si este ya está casi a mi lado.. que frustrante, este tío me saca 8
años y está mucho más fuerte que yo, lo que tampoco es muy difícil por otro
lado.
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Foto Patrick
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Inicio el ascenso del pozo regado, deprimido por mi lentitud,
aunque ya me tienen acostumbrado los “Titanes de la cuerda” con los que suelo ir.
Echo de menos a Wichi que tienen un motor diésel mas parecido al mío.
Llegados los dos a la sala superior no muy mojados, tomamos
el camino del exterior que conocemos muy bien. En la boca nos cambiamos y comenzamos
el descenso, comentando las sensaciones y un poco deprimidos por las difíciles expectativas
de continuación que nos ofrece la gran sala. Aunque este negocio siempre es así
y nada es fácil, todo hay que pelearlo y sudarlo. Así que ya planeamos la
siguiente salida para atacar las incógnitas de la sala.
La tecnología aun nos jugará una última pasada y cuando
Patrick descarga los datos en el ordenador, comprueba que hay bastante error y
al chequear el disto laser, observa que está averiado en su orientación magnética.
Esto implica que habrá que repetir la topografía de nuevo, brr.. pero así son
las cosas.
Lo que si son correctas son las medidas de longitud, que
confirman el tamaño enorme de la sala, con 500 m. de perímetro, 63 m. de altura máxima que se mantienen en
casi todo la superficie. Los ejes principales miden 190 m. de largo por casi
130 m. de ancho.
La sala queda bautizada como José Gambino, en recuerdo de nuestro
amigo muerto en Galdames en un accidente, haciendo lo que mas le gustaba ,
explorar y cuyo recuerdo mantenemos vivo en los recorridos por las cuevas y
simas..
El domingo 19 de Septiembre, Patrick y Ángel estamos de
nuevo camino de la sima de Los Cubillones, con la idea de repetir la topo con
un Disto fiable y bajar el pozo central de la sala. Nos acompaña Pedro Merino,
que aunque no es nada amante de las vertiginosas verticales, no puede evitar
ver que hay al otro lado de las gateras que estuvo cavando en el 2017.
También
viene con nosotros hasta la boca Juanlin, que al parecer no tienen algo mejor
que hacer un domingo que pasear por el áspero lapiaz.
Llegados a la boca con un día nublado que amenaza lluvia,
nos preparamos y despedimos de Juan, para una hora después estar de nuevo
colgados del pasamanos de “la muerte”. Yo esta vez uso mi clásico rapelador
dressler y disfruto de la bajada controlada, mirando con el foco las lejanas
paredes de la sala José Gambino y apreciando mejor sus dimensiones.
Pedro como era de esperar, gruñe y resopla ante la gran
vertical que dice le da mucho miedo, aunque baja sin problemas hasta poner el pie
en la base. Allí hacemos dos equipos, mientras Patrick y Pedro repiten la topo
por toda la sala, yo iré a bajar el pozo que localizamos en el centro de la
sala, del que no espero mucho mas que un gran hueco entre los montones de
bloques que deben de formar el suelo de la sala
Corto por la mitad la larga cuerda de 100 m. que tenemos, ya
que no espero bajar muchos metros por el pozo, cojo taladro batería y anclajes
y me dirijo al borde del amplio cono que vimos la vez anterior. Vuelvo a lanzar
algunas piedras y decido por donde
atacar el obstáculo, clavo algún anclaje con parabolt de 8 m.m y abalacov y llego
a la base del cono sobre un gran bloque que parece dividir el pozo en dos vías.
Tomo la más amplia y para mi sorpresa, compruebo que las
paredes no son grandes bloques, si no roca pura en la que el agua ha excavado
una típica sima de unos 5 m. de diámetro. Eso si, hay piedras y bloques empotrados
por todos lados, por lo que tengo que ir buscando el camino mas adecuado para
no tocarlos, con fraccionamientos y desviadores. Sigo descendiendo, asombrado
de encontrar este tipo de pozo en el centro de esta sala y por fin veo un suelo
de bloques, pero mierd.., la cuerda se termina y me faltan unos 5 m. para
llegar al fondo.
Unos metros mas arriba he visto una ventana a lo que parece
otra vía de pozos o una variante.
Instalo y entro por la ventana, comprobando que
efectivamente que es otro pozo que también
suena varias decenas de metros, que con la cuerda que me queda no puedo bajar
claro.
Dejo el taladro y
subo en busca de la otra cuerda de 50 m. y más anclajes. Una vez en la sala me dirijo a la base de la cuerda y me dispongo
a comer algo, cuando llegan los topógrafos que han terminado su trabajo y visto
alguna zona mas de interés. Comemos juntos y luego vamos los tres a seguir
bajando esta extraña sima.
Voy en punta y Patrick detrás hace la topo, Pedro receloso
con los bloques nos sigue de cerca.
Primero alcanzo el fondo
de bloques de la vía directa, veo un
hueco entre ellos en la que las piedras caen 2 o 3 m. más, pero con mala pinta
y sin rastro de aire, por lo que subo a la ventana para seguir la otra vía con
mejor expectativa.
En la ventana desciendo instalando el pozo, también de unos
6 m. de diámetro con coladas. Coloco pocos anclajes para no quedarme sin cuerda,
pero de nada me sirve, después de poner el pie en una repisa, queda un resalte
de unos 15 m. que con la cuerda que llevo, no alcanzo a llegar a su fondo,
aunque puedo ver su fin unos 4 m. por debajo. La pinta tampoco es buena pero
habrá que bajar hasta el fondo para mirarlo bien.
Iniciamos el ascenso, con Pedro adelantado, sorprendentemente
este pozo ha bajado 70 m. de paredes de roca, en medio de una montaña de
bloques que lógicamente deberían formar el suelo de esta sala.
La sima ha alcanzado los 255m. de profundidad y 794 m. de
desarrollo lineal.
De nuevo me encuentro colgado de la fina cuerda pedaleando
para ascender, esta vez se me hace mas corto y creo que he tardado unos 12
minutos, la cosa mejora , ya puedo ir a un viaje del Inserso. Patrick de nuevo
me pisa rápidamente los talones y una hora después estamos en la calle con
Pedro.
Como casi siempre en la espeleología, casi nada es como se
espera y esperamos que la gran sala José Gambino nos deje traspasar sus
barreras y llevarnos más lejos.
De momento la topo confirma sus dimensiones con 17.800 m2 de superficie, una altura máxima de 63 m.
que la convierten según los ranking publicados, en la tercera por superficie de España y seguramente la segunda en
volumen.
Para los que leáis este blog y no estéis familiarizados con estos
volúmenes subterráneos, os adjuntamos unas comparativas de volúmenes, con algo
que si se suele asimilar como puede ser el estadio del Sardinero en Santander,
que tiene una longitud y superficie similar a la sala José Gambino, pero una
altura 3 o 4 veces menor.
En internet
se puede encontrar algún ranking de grandes cavidades, pozos y en este
caso salas.
Como se
puede ver la que actualmente aparece en tercer lugar, sala Roncal, tiene una
superficie de solo 15.300 m2 y una altura máxima de 50 m. bastante más pequeña
que la sala Jose Gambino.
La que aparece
en segundo lugar, sala Guillaume, tienen mayor superficie pero su altura máxima
es de unos 25 m., lo que seguramente dará un volumen bastante inferior, aunque este dato siempre es difícil de estimar.
Otro día os contaremos mas ..
31/10/2021
Articulos de Prensa y radio sobre esta actividad.
http://www.aer-espeleo.com/web_documents/ArticulosPrensa.pdf