domingo, 8 de diciembre de 2024

Rubicera buscando otra “Première”, capitulo II.

 23/11/2024

En este articulo os contamos otra actividad más en la cueva de Rubicera, en busca de nuevas galerías, ”no pisadas”, que estén ocultas detrás de un bloque, o en lo alto de una escalada o…

Durante la semana ha habido dos días de bastante lluvia y los ríos están cargados, por tanto ir a los agujeros con estrecheces húmedas no apetece mucho.

Foto Marta

 Decidimos ir a las zonas fósiles de Rubicera para no mojarnos los pies, si el fuerte viento sur nos deja llegar. Estaremos seis personajes, David, Zape, Marta, Cristóbal, Pedro y Ángel.

Quedamos con David en el club sobre las 9:30 y tras coger material para hacer dos equipos de escalada, salimos en dos coches hasta Asón, donde paramos para un café, aunque casi no hay sitio para aparcar.

Nos encontramos con los sorianos que van a cueva Fresca, para seguir el gran curro de forzar los pasos del cañón Rojo, que llevan realizando desde hace mucho tiempo. Nos comentan que llevan barritas de torrezno, así que energía no les faltará.



 Luego subimos hasta los Collados, con la cascada tirando bastante agua que lleva el viento; luego dejamos los coches con fuerte viento no muy caliente, que nos acosa en las cornisas. Cambiamos alguna cuerda al inicio de los pasamanos, que tienen mucho goteo.

Una vez en la boca nos cambiamos y para dentro sobre las 12:00, con bastante aire saliendo por la boca de la cueva. En la lavadora baja bastante agua.

Vamos todos juntos hasta poco después del P50, donde David y yo empezaremos algunos trabajos de topografía, para cuadrar mejor nuestros datos. Pero antes comemos un poco. Son las 13:00.

 Los otros equipos se van por delante y nosotros avanzamos detrás con más calma, pero la topografía va bastante rápida y llegamos a la zona de bajada al río, donde Marta acaba de alcanzar su objetivo de hoy. Se trata de una galería colgada al otro lado del río, que llega del Acebo y la Teta y en la que no hemos visto trazas de haber sido escalada.

Le gritamos interrogándola sobre si ha llegado a terreno virgen, con la tensión de esperar su respuesta que nos puede hablar de una “Premiere”. Por fin nos dice que hay huellas y un cordino de descuelgue. Está claro que han subido hasta allí, no sabemos aún por donde. La decepción es evidente, pero ya estamos acostumbrados. Al menos Marta dice que la galería es bonita aunque corta.

Foto Marta

 Mientras Marta y Cristóbal se bajan de la galería, David y yo enlazamos la topo con otros puntos que ya tenemos y volvemos de nuevo al cruce, en búsqueda del resto de personal.

Pronto los encontramos en un paso entre bloques, que hay sobre el río por donde han ido Pedro y Zape y luego los andaluces. Bajando entre los bloques se llega a un nivel sobre el río, con la típica forma de T invertida. Allí mismo, a la izquierda arranca una galería, que nos dicen los amigos que la han seguido y llega también a la sala del rio Perdido; es decir, va por debajo y más al este que la galería triangular arenosa que conocemos bien. Tiene alguna zona de bloques que dificulta el paso, pero la misma forma.

David y yo vamos con la topo para tener claro por dónde pasa esta galería. En su final más cerca del río hay spit viejos, así que han debido de bajar a la sala por allí.

Salimos de la zona, sin saber bien qué hacer. Propongo ir a la zona del Libro y revisar las galerías que salen hacia el Oeste y completar la poligonal.

Foto Marta

Dejamos las sacas en el cruce y vamos al libro, que está carbonizado por la humedad; luego seguimos río arriba.

En el cruce de antes del Acebo, hacemos dos equipos. Cristóbal y Zape van por la galería del Acebo y llegarán hasta la gran chimenea que cierra esa zona.

Foto Marta

El resto seguimos la galería de la izquierda al principio amplia con bloques, hasta que se va estrechando con montones de tubos paralelos interconectados.

Debajo se oye el río que debe de ser el de la Teta, hasta una fisura perpendicular que corta la galería y ya se pierde el río.

Seguimos por los tubos muy pisados y con aire y barro, hasta una zona estrecha, donde nos damos la vuelta y volvemos haciendo la poligonal.

 

Foto Marta

Como estos no han llegado, seguimos con la poligonal hasta encontrarlos cerca de la ventana del  río del Acebo, donde termino la topo.

Ellos han llegado hasta la chimenea, comprobado que baja aire por ella y que la roca permitiría escalarla si lo consideramos oportuno.

De salida nos llevamos el libro pues ya no se puede escribir nada sobre él; se han perdido algunas páginas y si lo dejamos más se volverá ilegible.

Salimos rápidos hasta la sala de bloques encima del pozo Chocolate y seguimos hasta donde comimos para picar un poco y seguir saliendo a paso ligero.

A las 20:45 estamos en la boca, con la foto de rigor y cargando las mochilas.

Foto Marta

 El camino de vuelta esta muy ventilado y al final del pasamanos el viento casi nos tumba.

Llegamos a los coches sobre las 22:00 y nos despedimos de David, que mañana tiene caza.

Bajamos donde Margari para cenar y nos encontramos con Juan Casero, su mujer y otros cuatro de la SEII.

Hablamos de los achaques de cada uno y de las ventajas de la jubilación. Le pregunto por algún rincón de la cueva y de nuevo demuestra la buena memoria y conocimiento de la red, que atesora. Quedamos en vernos algún día y hablar de esta gran cueva, que él tuvo la suerte de recorrer en “Premiere”.

Cenamos bien y sobre las 01:00, en el pueblo, pero en la carretera hay ramas de árboles que ha tirado el fuerte viento y que hay que quitar para poder pasar.

Ha sido un bonito día de espeleo: aunque tampoco nos ha brindado una Premiere, sí nos ha permitido conocer nuevas galerías de esta cueva, completar nuestros datos topográficos, disfrutar de los amigos y aprovechar para reírnos unos de otros como es habitual.

domingo, 1 de diciembre de 2024

Rubicera buscando otra “Première”, capitulo I.

 Mortillano   16/11/2024

En el mundo de la espeleo, los franceses suelen llamar “faire une première”, cuando se descubren galerías vírgenes, en las que no ha estado nadie antes. Esto para los espeleos es el sueño que nos impulsa para trabajar duro y superar los obstáculos que las cuevas nos presentan.

Nosotros llevamos años trabajando en la cueva de Rubicera, fascinados por esta bonita cavidad, que exploraron los colegas de la SEII. Hemos dado muchas vueltas, conociendo sus intrincados pasadizos interconectados y laberínticos.

La cueva nos regaló, no sin esfuerzo, el placer de disfrutar de casi 30 Km, de “Première”, que pudimos sumar  a los mas de 40 Km. explorados por la SEII.

Estas zonas nuevas en las que hemos trabajado los últimos años, no dan para más. Por tanto de nuevo volvemos a la tarea de revisar las zonas ya exploradas por los colegas, en busca de algún punto que se haya podido quedar olvidado, sobre todo si tenemos en cuenta la tarea ingente que afrontaron los espeleos de la SEII en esta gran red.

Es una actividad a veces frustrante, cuando haces escaladas para llegar a posibles galerías colgadas y descubres que ya se han explorado desde otro punto.

Pero la belleza de la cueva y de sus rincones, siempre merece la pena ser visitados. No es la emoción que provoca saber que estas en un terreno, no pisado y que no sabes a donde te llevará, pero se parece un poco, ya que para nosotros se trata de descubrir los secretos de esta compleja red, siempre con la esperanza de ver algún agujero que no este pisado.

Con esta mentalidad y propósito, hemos realizado este mes de Noviembre dos salidas a la cueva de Rubicera, de la primera de ella va este artículo.

Este sábado solo estamos dos individuos, Zape y Ángel, así que optamos por ir a Rubicera para terminar la escalada pendiente en la galería de la Cerradura. Es un posible tubo, con pocas posibilidades de continuación, pero no podemos dejar la zona sin intentar mirarlo.


Quedamos a las 9:30, en el club y recogemos mas pulse para unir a los de Zape, luego vamos hasta Ason, donde tomamos café en el Coventosa y subimos, es un día fresco por la mañana con 7 grd en Ramales, pero que va subiendo rápidamente con algo de sur.

Salimos de la furgo sobre las 10:45. En la rampa de yerba vemos que está muy erosionada por las cabras y las cornisas presentan más zonas hundidas y muchas zarzas. Las cuerdas están regular en algunos puntos.

 

Llegamos a la boca que sopla bastante, nos cambiamos y para dentro sobre las 12:00. Con una marcha ligera al ser solo dos y de piernas largas, mientras charlamos de temas varios.

Llegamos a la zona de la cerradura sobre las 13:30, seleccionamos material de lo que hay allí y comemos algo, que luego nos liamos y pasamos hambre.


 Vamos por la galería hasta la zona de la escalada, que acomete Zape con buena roca, por lo que avanza rápido y con una reunión intermedia en un gran puente, llega a lo alto, para confirmar que no hay nada. Bajamos dejando dos dynemas y dos placas.

Valoramos si hacer otra escalada más adelante pero el techo baja mucho y no merece la pena.

Son las 16:00 y nos volvemos pensando que podemos hacer. Decidimos bajar un rato por el río de la travesía, para revisar posibles niveles colgados

Recogemos 3 cuerdas de 25 m. y el material de instalación con idea de subirlo hasta el nido de material al inicio del río.

Bajamos al río, dejamos las sacas y caminamos rio abajo, con algunos puntos en los que el agua nos llega a las rodillas. 

 Pronto vemos repisas superiores con galerías. Zape sube a una y encuentra hitos y puntos de topo. Esta claro que los colegas de la SEII han hecho un trabajo concienzudo y será difícil encontrar una nueva “Première”

Vemos otras zonas en general en la margen izquierda, que no tienen rastros de subida, aunque pueden ser solo bucles. Uno de estos tubos superiores, tiene a continuación una zona de bloques caídos sobre el río, lo que puede indicar galería superior, pero es solo teoría. Habría que subir al tubo y esperar que no  hayan llegado por otro sitio. En cualquier caso puede ser un objetivo para el futuro.

 

Llegamos a una zona ancha donde a la izquierda hay una gran repisa a 1,5 m de altura y llega una galería amplia con aire que nos da en la cara. Subimos por ella sobre un estrato de arenisca y que va haciendo curvas, estrechándose un poco hasta los 3 m. y unos 4 m. de alto. En algunos puntos llegan fuertes goteos y corre un pozo de agua por el suelo.

Llegamos a una amplia ventana sobre una gran sala, y se oye un río. Parece que hemos llegado a la sala del Rio Perdido por otro camino. Vemos viejos spit que nos indican que han bajado por allí a la sala, con un resalte de unos 20 m. hasta una rampa de piedras.

Con los focos intuimos el río al otro extremo y sobre él lo que parece galería colgada aunque no está claro. Llega mucho aire.

Volvemos y bajamos más por el río hasta un cruce, donde a la izquierda, una fisura alta se hace mas ancha arriba, pero hay que escalar y no vemos huellas, por abajo el meandro es estrecho pero Zape avanza un rato sin tener claro si está mirado o no..

Yo mientras sigo hacia abajo. Allí mismo el rio se incrusta en los estratos con 1 m. de ancho, pero se sigue por arriba manteniendo en nivel por grandes cornisas. En un punto hay que saltar el desfonde para pasar al otro lado. La zona tiene unos 7 m. de ancho y 3 de alto. Es el inicio de la galería Real

Pronto se convierte solo en un meandro de 1 m. de ancho sobre suelo de areniscas, que va haciendo giros, hasta una salita en forma de gran gours fósil, que hay que destrepar por la derecha. Siguen otros tramos de meandro con giros y nueva salida a gour con destrepe, donde me paro para esperar a Zape que no llega.

Vuelvo y llego al cruce, pero no oigo a Zape hasta un rato después, resulta que él ha seguido por el rio hasta que cubría mucho.

Volvemos hasta la cuerda donde están las sacas y de allí salimos sobre las 18:15, hacia el exterior, de nuevo ligeros al ser pocos y no tener que esperar en los pasos y cuerdas.

Llegamos a la calle en 1:45 h. y la noche esta agradable con luna llena y buena temperatura, aun nos queda  otra hora de camino, con alguna cuesta que nos hace sudar de modo que llegamos al coche sobre las 21:15.

Bajamos a Ason y cenamos cabrito donde Margari para recuperar las fuerzas.

Ha sido un buen día de espeleo, que no nos ha regalado ninguna “Première”, pero si bonitos rincones para recorrer y algún posible objetivo que nos ilusiona.

domingo, 24 de noviembre de 2024

Marta y el Oso

Cueva del Valle del Oso

9 Noviembre 2024

Por Marta Candel

 

No volvíamos a esta sima desde Junio. Tenemos tantos frentes abiertos que Gelo se está empezando a poner nervioso. Pero somos pocos y aunque parezca mentira siguen apareciendo muchos sitios nuevos donde explorar ya que contamos con la inestimable colaboración del mejor rastreador de la comarca: Pedro Merino, alias Rastreator. No hay agujero que respire que no sea detectado por su… ¿agudeza visual? 


 Sea por lo que fuere, nos provee de continua diversión, por mucho que a alguno le pese.

Este sábado no está Gelo, así que  preparamos el material sin restricciones ;)  a tope de todo, que no falte de nada.

Pedro tampoco viene, pero amenaza con darse un paseo por fuera “a ver si encuentra algo”, y todos le rogamos encarecidamente que se quede en casita tranquilo, que ya tenemos bastante.

Viene con nosotros Nelín, de la Asociación Espeleológica Burnia de Galdames, por lo que la risa está asegurada.

Así que vamos muy entretenidos para la torca Zape, Cristóbal, Nelín y yo, Marta, poniéndonos al día de las últimas anécdotas acontecidas.

 

La primera parte de esta cueva es una preciosidad. Enormes cúpulas de disolución mezclan colores y texturas que te transportan a otros mundos. Avanzamos de una sala a otra como si fuésemos astronautas en paseo interestelar contemplando sobre nuestras cabezas la corteza de otros planetas. Uy, lo voy a dejar aquí que se me va la cabeza y a saber adónde puede llevarme esta historia si sigo tirando del hilo ;) que soy una flipada.


Después de caminar, trepar, escurrirnos, y reptar por caminos arenosos interplanetarios (no lo he podido evitar, pero ya me callo), llegamos a la cabecera de la serie de pozos que nos llevarán a la punta de exploración.

Vamos haciendo algún retoque en la instalación y llegamos al último pozo en donde la última vez teníamos la duda de por dónde se perdía el aire.

 

-    Yo creo que por la fisura de abajo.

-    No, va a ser por la de arriba.

-    Espera a ver que bajo. Voy a echar polvo de talco. Mira, se lo traga en un momento.

-    Espera que bajo a ver. Vale, pues subo y miro lo de arriba.

-    Gelo dijo el otro día que le parecía mejor la de arriba.

-    Te paso por encima. Ay, no me pises la cabeza.

-    Por aquí arriba no traga nada. Es por ahí abajo, sin duda.

-    ¿Es por la de arriba?

-    ¡¡Noo, por la de abajo!!

-    Vale, vamos para abajo.





Nos apelotonamos todos en la pequeña repisa en la que casi no se cabe, intentando pasar unos por encima de otros queriendo mirar más allá de lo que permite la roca. Intentando ver lo que no se ve. ¡¡Qué maraña humana!!

 

-    Pues sí que está estrecho…

-    Pues a ver cómo lo hacemos, porque seguir sigue.

-    Vamos allá ¿Quién se licua primero?


 

jueves, 14 de noviembre de 2024

La torca del Botijo. La penúltima batalla.

 Sierra del Hornijo 2/11/2024

Añadido texto de Marta para darle poesía al artículo.

Los que nos seguís habitualmente en este blog conoceréis la historia de los trabajos que hemos realizado en una cavidad, que codificamos como FV7 y luego bautizamos como Torca del Botijo.

http://valledelason.blogspot.com/2024/03/si-mi-padre-me-viera.html

 Han sido mas de 17 salidas a esta torca, que ahora se puede llamar así, pero que empezó siendo solo un agujero del tamaño de un balón, en el fondo de una pequeña dolina de tierra y encinas. La lucha ha sido intensa, primero para sacar la tierra y hacer muros para que no nos cayera encima. Luego sacando piedra y mas piedra, lo que nos dejó en un primer pozo vertical que nos animó mucho, pero que de nuevo en su fondo se volvía muy pequeño.

Más trabajos de sacar piedras y nuevos resaltes que mantenían la ilusión, junto a una fuerte corriente de aire que en ocasiones nos dejaba helados. Pero en varias ocasiones, de nuevo, el camino se volvía muy estrecho.

Las batallas con la cueva se repitieron con victorias y derrotas, días de ilusión y de decepción, siempre con sudor y cansancio, pero también de risas y alegrías.

Foto Marta

Finalmente pensamos que habíamos ganado la guerra y que la cueva tendría que ceder sus secretos a nuestro empuje. Un amplio pozo de 25 metros y la llegada a una gran galería así parecían confirmarlo.

 Desde entonces varias salidas a la bonita galería han ido cerrando todas las incógnitas prometedoras que encontramos en la cueva.

Tras la última salida el día 12 de Octubre, como ya contamos en este blog, solo nos quedaron tres objetivos con opciones, incluida la escalada a una amplia galería colgada en la que depositamos toda nuestra fe.


 Este será el último artículo de este año sobre las exploraciones en esta cueva, que como veréis confirmó nuestra derrota por el momento. La cueva se ha hecho fuerte y ha conseguido guardar sus secretos, impidiéndonos avanzar mas allá, en busca de la ansiada conexión con las galerías del Carcabon, situadas debajo justo de la Torca del Botijo.

Este es el relato de esta salida.

Volvemos a esta torca, para despejar las últimas incógnitas que nos quedan en la cueva y quedamos con Patrick y su joven amigo Damian, que es medio español y habla el idioma.

Quedamos con ellos a las 10 en Vega, tomamos un café y salimos. Estamos cinco por nuestra parte con Marta, Zape, Pedro, Cristóbal y Ángel.

El día ha amanecido fresco, pero está saliendo el sur y sube la temperatura, así que la sudada es inevitable. Como lo es que Zape rompa algo, y lo consigue con su propio casco, que no soporta la norma Zape de resistencia.

Nos equipamos en la boca entre risas e historias, para ir entrando en la cueva, con Damian tratando de explicar a Patrick algunas de las expresiones y chanzas que usamos.

Una vez todos en la galería, hacemos tres equipos.

Marta y Cristóbal atacan la escalada a la galería colgada.

Patrick, Damian y Pedro irán hasta el fondo para ver la galería, desmontarán parte del pasamanos del desfonde y mirarán la fisura, al borde del inmenso bloque del laminador de barro, que la vez anterior revisaron Moi y Pedro y que tenía aire.

Zape y Ángel, los dos pozos que faltan de bajar en la cornisa de barro.

En los pozos, Zape instala una cabecera en el techo cerca de la cabecera y luego consigue lazar un pico de colada como desviador, lo que le facilita mucho el acceso al primer pozo, que baja unos 16 metros y se cierra.

Luego pendulea hasta un pequeño meandro que también se cierra.


Sube y hace travesía para llegar al último pozo el más alejado, que también se cierra pronto.

Hacemos topo, desmontamos y bajamos al pie de la escalada, donde Cristóbal ha llegado arriba; revisa y comprueba que hay un tubo ancho, pero que se va rellenando por arena y si aire. Al inicio, una fuerte rampa sube a una sala que puede seguir.

Marta sube desequipando la escalada, que le cuesta bastante por el fuerte desplome.


 Subimos todos y Zape asegura a Cristóbal para escalar la rampa, hasta confirmar que solo es una gran cúpula de disolución.

Foto Marta

Foto Marta


Foto Marta

Foto Marta

Comprobamos con talco si hay aire en el tubo de arena, pero no se puede confirmar a pesar de que Zape dice sentirlo.

Foto Marta

Decidimos dejar equipada la escalada para la futura revisión con días de más calor o frío.

Bajamos a comer, que ya son las 15:00 y todos tenemos hambre. Además han llegado los del equipo hispano francés, que han trabajado en la fisura; pero como suponíamos, han llegado al nivel inferior ya alcanzado por el desfonde la vez anterior.

Tras comer en horario español, iniciamos una revisión de varios puntos.

Zape y Patrick bajan entre la pared y los bloques hasta una salita, con algo de sensación aire, pero no pueden avanzar más.

Foto Marta

Pedro, Marta y Ángel van al otro lado del desfonde a mirar un agujero bajo una gran placa que se ha hundido sobre un suelo de cantos rodados. Cavan hasta que Pedro puede pasar a un hueco más grande, al que sigue otro paso que no puede cruzar. Luego dice que ve otro hueco y que se siente algo de aire, aunque es más una sensación que otra cosa.

Foto Marta

Con la moral ya totalmente por los suelos, nos reagrupamos y cargamos todo el material para ir saliendo. Encima de no seguir, hoy toca salir cargados con todo el material que hemos ido trayendo a la cueva para nuestra “gran exploración”. Solo dejamos en la galería la maceta y las barras, para una futura obra.


 La idea es volver cuando haga más calor o frío, y hacer una última revisión.

Ángel sale el último quitando casi todos los mosquetones y tensando las cuerdas.

A las 19:00 todos en la calle y para las 20:00 en el coche, donde nos despedimos de los galos y nos vamos al Willy, a celebrar esta nueva derrota que nos ha infligido la cueva.

 

Ha sido la última batalla por ahora, pero nos daremos una última oportunidad cuando las temperaturas sean mas extremas, para encontrar el rastro del aire que nos lleve al fondo del macizo, donde nos esperan las grandes galerías del Carcabón, que las constantes lluvias de este verano y otoño no nos han dejado pisar este año.

 

Como dijo Douglas MacArthur: volveremos...


La sombra de una duda

12 octubre 2024

Por Marta Candel

La sombra de una duda atravesó la galería.

De todos los nombres que le habían otorgado, ese fue el que llegó como una sacudida a su calcificada alma : DEMONIO.

 

¿¿¡¡Demonio!!??

¡¡¡ Mírame bien!!! ¡Espectro ridículo! ¡Luz que nada ve!  ¡Mírame bien! ¡Estrépito sin rumbo!… porque ésta que te mira soy yo.

Y yo… Soy… La poderosa AGUA.

Y salto, canto, me deslizo, bailo, vuelo, gimo, caigo, fluyo, atravieso, precipito, y creo.

Porque soy gota que salta y corre detrás del eco, con sueños de luz y mar.

Soy riachuelo que crece en danza con la oscuridad.

Soy fuente que brota y brama.

Soy marea viva y ola brava. Rayo de luz entreverado de agua: Calor y caricia que atalanta.

Soy nube hecha de esos susurros y lluvia derramada.

Soy agua errante que nutre silencios y soledades.

Y soy gotas de tiempo esculpiendo las mil formas del Hades.

 

Pero esto, ¡Inmundicia putrefacta! Si no eres capaz de apreciarlo;

Si sólo ves en mí un dragón, una serpiente, un basilisco, un ¡¡DEMONIO!!

¡¡No mereces poder contemplar las maravillas de mi creación!!

 

-Vamos, dejemos al demonio tranquilo.

-¡¡Pero míralo. Es como si tuviera vida!!

-Sí, parece hasta que hablara. Vamos, que lo he visto hasta moverse…

-Ja, Ja, Ja… Si te giras deprisa seguro que le pillas, Ja, Ja, Ja…

-A ver… Un, dos, tres, ¡Pollito inglés!... ¡¡Se ha movido!!

-¡¡Anda ya, qué se va a mover!!...

 

Se marchan.

Dejan la galería llena de carcajadas.

No ven como cimbrean sus contornos conteniendo la furia.

No escuchan el canto de la gota que comienza de nuevo su viaje.

 



 

jueves, 7 de noviembre de 2024

La torca del Botijo nos planta cara

      Sierra del Hornijo 12/10/2024

  En la última crónica sobre la exploración en la torca del Botijo contamos como la amplia galería que encontramos en su fondo presentaba algunas incógnitas, en forma de pozos y escaladas, que mantenían la esperanza de hallar un camino hacia niveles inferiores.

Foto Marta

 Con esta esperanza nos dirigimos de nuevo a la torca este sábado, contando con la presencia poco habitual de Moi, que dado que la familia le ha abandonado, ha pensado en pasar el día bajo tierra. Lo que se nota es la falta de práctica en preparara el material de espeleo, ya que se ha olvidado el casco.

Buscamos un casco de repuesto que, aunque un poco arcaico, cumplirá su cometido.

Tras recoger el material en el local del club y el café de rigor en el Willy, nos dirigimos a la zona y emprendemos la marcha por el monte, con un a buena temperatura de unos 20 grados.

 Las historias de Moi y su hijo Teo amenizan la marcha y para las 12:00, estamos entrando en el agujero, que rezuma agua en sus paredes. Estamos cinco individuos, incluyendo a los castreños, Merino y Ángel.

Una vez en la galería hacemos dos equipos, con Pedro y Zape que bajaran el desfonde, mientras que el resto nos vamos al final de la galería, donde esta pendiente una escalada en una chimenea de colada.

 

Marta, a pesar de llevar mala toda la semana con catarro, empieza la escalada, ayudada por alguna formación que conseguimos lazar.

 Ángel deja a Moi y Marta escalando y vuelve al desfonde, donde Zape ha instalado la rampa del otro lado del pozo, hasta el borde, donde monta un pasamanos en el techo y algunos desviadores en la colada.

Zape baja, y tras otra rampa de colada llega a un largo gours que cierra todo el paso. Revisamos los lados del nivel a varias alturas, pero no hay nada que hacer.



 Pedro y Ángel trabajan en la cabecera, donde una amplia y alta diaclasa paralela, con grandes bloques, avanza en ambos sentidos: al Este sobre el mismo pozo y al Oeste hasta un tapón de bloques que Pedro trata de forzar por varios sitios sin éxito.

Salen desequipando el desfonde y van hacia donde están los otros.

 

Foto Marta

Llegan a la Sala de la Serpiente, donde empieza la escalada y no hay rastro de los colegas, lo que es buena señal. Parece que han encontrado algo arriba; tardamos en oírles, pero finalmente nos comunicamos y por desgracia nos confirman que se cierra.

Es una nueva decepción habitual en la exploración, pero no por ello deja de fastidiar.

Foto Marta

Foto Marta

 Comemos algo y Zape y Ángel suben arriba con Marta, para hacer la topo. En lo alto, unos 15 metros más arriba, un tubo corta perpendicularmente la chimenea, y hay unos bonitos paneles de excéntricas.

 Zape hace una travesía hacia el Oeste para ver si el tubo superior continua. Instala y cruza al otro lado, donde  sigue hasta un pocete que baja y se cierra; hay bonitas excéntricas.

 

Foto Marta



Hacia el Este hay un tubo de unos 1,5 metros de diámetro, parcialmente taponado por formaciones que complican el paso (al menos a los gordos del equipo). Avanzamos por el tubo hasta un pozo rampa, donde la cuerda se ancla en un puente de roca y baja con un giro brusco en el medio.

Foto Marta

 Abajo, un tapón de tierra que colmata todo; probamos con el talco y no hay aire.

Foto Marta
Foto Marta
Foto Marta

Volvemos a la escalada, bajamos y desequipamos la zona. Luego vamos detrás de Moi y Pedro, que han ido a bajar unos pozos laterales en medio de la galería; se deja equipado el pasamanos del desfonde.

  En medio de la galería una cornisa de coladas, tiene junto a la pared tres pozos paralelos, que hay que descender a pesar de que la presencia de coladas y derrubios no presagia nada bueno. Se equipa la trepada a la cornisa, que tiene un barro que patina mucho.

Pedro y Moi han localizado una estrecha fisura con algo de aire, en el borde del laminador formado por el desplome de un gran bloque. Se sitúa sobre la galería que hay abajo del desfonde, lo que no es muy prometedor; pero será otro día con mas medios para bajar allí.

En la cornisa, Pedro baja el pozo más cercano de los tres, que se estrecha mucho abajo.

 

Foto marta

Ya es tarde, así que nos retiramos dejando dos nidos de material y subimos cansados.

Llegamos al exterior sobre las 21:30, nos cambiamos y bajamos al coche, para luego tomar una cerveza en Vega y para el pueblo, donde nos despedimos de Moi y vamos a cenar al Quintela.


 Ha sido un bonito día de exploración con la ilusión de que tras el próximo pozo o de la escalada, se abriera para nosotros un nuevo universo de conductos vírgenes. Pero no ha sido así, y la cueva nos ha parado los pies.

 Aun nos queda escalar a una galería colgada y bajar los dos pozos paralelos, por lo que mantenemos la esperanza. Y, total, no nos gusta la playa, así que dónde vamos a ir…jjjj