lunes, 14 de febrero de 2022

El hilo de la madeja en la Torca de Cubillones

Hornijo, 12-Febrero de 2022

Llevamos meses que las visitas a las cuevas en las que trabajamos, nunca superan los 3 o 4 espeleólogos, así que hoy casi podemos decir que hoy tenemos una autentica aglomeración  en la expedición a la Torca de Cubillones.

Hasta ha venido Moisés, que ha tenido que buscar su material perdido en el trastero dese hace años y ver un tutorial de internet para recordar como se usa. Marta también vuelve a la sima después de meses de morderse los labios sin poder venir por sus lesiones, y lo hace loca  de alegría y muy motivada.

El resto lo formamos Zape, Pedro, Cristóbal y su costilla lesionada y yo mismo.

El día anterior ha llovido aunque en Ramales no parece que mucho y el día amanece con nubes en el valle que se van levantando poco a poco.

Tras un briefing  de esos para ver que material llevamos a la sima, que se resuelve como siempre si concretar mucho, vamos al Willy a tomar café, pinchos, copas.. a no eso al salir..

Subimos todos al carromato de Zape y tomamos camino de Ancillo, donde las nubes ya no tapan el cielo y hace sol.

Cargamos las mochilas e iniciamos el ascenso por los caminos más embarrados de lo esperado, lo que indica que ha llovido más por esta zona y que es posible que nos mojemos en la sima.

Moi que no ha estado nunca por este lapiaz, observa lo salvaje de la zona y lo lejos que está la sima, lo que le plantea la duda de si no es mejor entrar por Carcabon.

 Llegamos a la boca y se plantean opciones más inteligentes como no entrar en la cueva y comer el bocadillo al sol. Pero la motivación de Marta y la falta de criterio que tenemos los que nos dedicamos a esta actividad masoquista, se imponen y para las 12:00 todos nos enganchamos a las cuerdas y tomamos el camino vertical.

 Por el camino recogemos un bidón cortado para recoger agua en la sala, ya que solo hay un goteo y tras la arrastrada en los tubos, llegamos a la sala superior, que Marta y Moi no han visto nunca. Bajamos a su fondo y recogemos la cuerda de 40 m. que había allí y que pensamos usar, para equipar una segunda vía de ascenso en la gran sala, que agilice el ascenso, ya que con seis individuos, la cosa se puede alargar mucho.

Llegados al Pozo del Toldo, comprobamos que las modificaciones solo desvían parte del agua que cae en el pozo y el resto sigue por la colada, empapando nuestra ropa mientras bajamos y seguro que mucho más al subir. La estrechez de la cabecera también ayuda a mojarnos, hasta que el pasamanos nos aleja lo suficiente del agua, hasta dejarnos caer en la negrura de la sala.

Marta y Moi disfrutan por primera vez de la sensación de ingravidez que produce bajar de una fina cuerda, rodeados de oscuridad en todas direcciones.

Le pasamos a Zape la punta de la cuerda que hay en la base y la ata a la de 40 m que ya cuelga del pasamanos, completando así una segunda vía de ascenso, aunque con un nudo que siempre incordia. Pedro y su miedo a las alturas bajan en último lugar, lo que le da mas merito a que quiera estar allí y dice poco de su sentido común.

Una vez todos reunidos en la base de la cuerda, nos sentamos a comer y charlar un poco, para a continuación recoger el material que hay allí y dirigirnos hacia la base de la escalada, a un tubo colgado que vimos Patrick y yo en la última salida  a esta cueva. Nos acompaña el eco de las gotas de agua al caer sobre el bidón, que hemos colocado en la base del goteo y que resuenan por toda la gran sala José Gambino.

El objetivo de hoy es encontrar el extremo del hilo, que siguiendolo nos lleve a la madeja que buscamos desde hace años con los colegas del SCD, en el fondo del macizo del Hornijo donde se encuentra la cueva del Carcabon.

Desde que hace algunos meses llegamos a esta impresionante sala y las primeras revisiones no mostraron la esperada galería, que nos facilitará la progresión, sabíamos que la exploración iba a ser larga y trabajosa, tratando de encontrar un oculto paso entre las montañas de bloques y piedras que contienen este gigante.

 

  Y así ha sido, varios descensos a la sala, numerosos resaltes y pozos bajados no nos han aportado la deseada continuación de la cueva. Pero si algo nos caracteriza aparte de nuestra falta de vida social y de sentido común, es la tozudez, así que de nuevo hoy recorreremos la sala, mirando debajo de los bloques mientras el equipo andaluz, escala en busca de un posible tubo oculto, en el extremo de una fisura horizontal en la pared sur de la sala.

Los escaladores inician su trabajo comunicándose en ese lenguaje lleno de Z que utilizan, mientras el resto nos dividimos en dos equipos. Zape y Moi con otro taladro, cuerdas y anclajes bajaran algunos resaltes que están pendientes, Pedro y yo, seguiremos la revisión de los bloques.



 

Localizo un pozo de boca amplia en mitad de los bloques y Zape y Moi se quedan bajándolo. Voy dejando papeles en los puntos revisados para no repetir.

 

Luego marco y bajo algunos huecos en la pared suroeste. Pedro se mete en una fisura horizontal y se cuela entre bloques hasta  un desfonde, que parece tener un poco de aire.

 

Llegan Zape y Moi que han bajado unos 25 m. pero se cierra sin mas. Bajan al fondo del gran hueco entre paredes y bloques que ya había mirado Zape y que se puede bajar destrepando pero en el fondo, hay pasos entre bloques que revisan sin que tengan continuación.

Luego miran la fisura de Pedro, y el pozo que hay cerca, ambos se cierran.


 

Yo he subido por la pared oeste, reviso algunos pasos y marco otros entre bloques que ya están mirados por Patrick o Pedro. En la zona más alta de la sala hay varios esqueletos de Lirones, que no me explico como han llegado hasta allí.

Frente a la puerta que forman dos grandes bloques apoyados, la pared está cubierta de colada y entre bloques marco un paso vertical entre piedras, que precisa cuerda, pero de poco interés. Algún paso más entre bloques con entrada y salida y desciendo por el lado este de la sala.


 

Nos reagrupamos todos de nuevo en la base de la escalada que están equipando en fijo los intrépidos exploradores, que nos informan de sus resultados a voces desde lo alto.

La escalada que empezó con buena roca, se ha complicado en su tramo final de mala roca, que ni los pulse, ni los dbz, han asegurado con fiabilidad, pero que el Cañetero ha resuelto lazando una formación con un depurado estilo de Yosemite.

Lo mejor ha sido el resultado de este esfuerzo, ya que parece que el tubo si se trata de una galería horizontal, de casi cinco metros de diámetro, que pronto está cortada por un pozo con varias vías y en frente del cual, se aprecia la continuación de la galería. 

 No parece haber corriente de aire clara, lo que sería la guinda del pastel. Pero también es verdad que los 12º que había el la boca esta mañana, se parecen mucho a los 12 o 13º que hay en la sala, por lo que en la sima hoy apenas se notaba corriente de aire.

Foto Marta

 




Foto Marta


 

En cualquier caso se trata de un gran descubrimiento que nos devuelve la moral y la esperanza de haber encontrado el extremo del hilo y de paso darle una gran alegría a Marta en su encuentro con la gran sala y la espeleo de exploración.

Foto Marta

 Ya es hora de volver, así que dejamos y contamos el material que nos queda y emprendemos el ascenso por las dos cuerdas, lo que agiliza bastante el tiempo necesario.

Foto Marta

Marta cronometra al escalador para ver el estado de forma de Moi y este no defrauda subiendo los 63 m. de la sala en solo seis minutos, que es lo que tardo yo en pensar como subo.

 


Foto Marta

 Ella tampoco lo hace mal y a pesar de la lesión y la convalecencia, sube en un periquete, lo que aumenta su alegría y nos espera en el pasamanos para hacernos alguna foto.

Foto Marta

  Subo el último parando mas veces que un caracol y resoplando como una locomotora, por lo que los poses de la fotos me vienen bien para afrontar el pasamanos.

Foto Marta

  Luego una buena mojadura en la estrechez y el pozo del Toldo y de nuevo alguna foto de Marta en la sala superior, antes de arrastrarnos por los tubos y remontar las cuerdas que nos devuelven al exterior sobre las 19:45.

Foto Marta

Nos quitamos los trastos y hacemos foto de rigor de la gran muchedumbre, que acudió hoy a la cueva. Luego descendemos rodeados de la niebla, tratando de encontrar el camino que no siempre está bien marcado. La cuesta final hasta los coches siempre requiere de un último esfuerzo, pensando ya en la cerveza que tomaremos con Wichi en el Willy.

Foto Marta

Ha sido un buen día de exploración y sobre todo gusta volver a ver un grupo numeroso de locos y mejor aún ver a Marta recuperada… que mas podemos pedir..

Ahora solo seguir el hilo que hemos encontrado y esperar que no se rompa. Veremos..

 

martes, 1 de febrero de 2022

El retorno de la Niña..

 

Torca de la Calera 22 y 29 de Enero de 2022.

Llevamos algunas semanas de frío intenso, heladas matutinas y a veces sol a medio día.

Con este contexto hemos realizado dos salidas de sábado a la Torca de la Calera en el macizo cercano del Moro, donde hemos cerrado algunas incógnitas y abierto otras. Pero lo mejor ha sido este último finde, el regreso de Carmen de.. , perdón de Marta. Que llevaba siete meses sin poder disfrutar de nuestra compañía, en el interior de las grutas y nos echaba de menos la pobre.. Pero somos nosotros los que hemos echado de menos su ilusión y positividad en todo lo que hace.. Así que ya estamos casi todos..

22 enero de 2022.

Hace frío en Ramales que es un hoyo donde se acumula el frío de la comarca. Estamos tres Zape , Pedro y Ángel tomando algo caliente en el bar Cantabria, antes de subir.



 En Zorrocillas que está más alto, hace ya menos frío y con la mochila en la espalda, vamos calentando un poco. Para las 11 estamos en la boca, hay 8 grados y traga muchísimo aire frío, que nos acompaña en el primer pozo, pero que aún se nota claramente en las grandes galerías. A las 12:00 estamos en la punta de la galería de las Espinas, después de recoger material en la Encrucijada.

Nos repartimos el trabajo en las dos incógnitas de esta zona, mientras Zape equipa el gran pozo, Pedro y yo iniciamos la escalada al tubo colgado.

Pedro me asegura mientras coloco algunos pulse y aunque la roca es muy mala, voy subiendo de repisa en repisa recuperando algunos pulse. Llego arriba, clavo una reunión y sube Pedro, retirando el material de la escalada.

 

En lo alto, el tubo a presión se cierra con coladas, pero un pozo mas abajo se abre un amplio desfonde de unos 8 m., que no tiene buena pinta. 

Instalamos y bajamos a una salita, en la que por un lado llega la gatera que intento forzar Marta y de frente sigue el tubo de 1,5m.  de diámetro con formaciones hasta llegar a otra salita. A la izquierda, sigue un poco hasta una trepada de colada que Pedro sube a mitad, pero no parece merecer la pena, hay un esqueleto de lirón.

Oímos a  Zape, que sale del pozo y hablamos a través de la gatera, que conecta el inicio y final de la escalada. Hacemos topo, alguna foto y salimos desequipando. Dejo dos placas y un trozo de cuerda y me descuelgo en doble.


Zape ha bajado unos 70 m. y se ha quedado sin cuerda, le faltan unos 30 m., aunque parece que el amplio pozo se va estrechando.

 

Es pronto aún, así que pensamos que podemos hacer sin liarnos mucho, decidimos subir a un meandro que se aprecia en la cabecera del P20, haciendo una travesía escalada bastante corta,  pero antes comemos, en la galería principal, pero rapidito que el aire frío de la sima se hace sentir.

 

Pedro comienza la travesía asegurado por Zape, y yo voy a dar una vuelta por la galería ascendente. Llego a la punta superior donde hay tres incógnitas, abajo en el tubo de punta llega algo de aire pero mucho menos y no tan frio. Luego subo a la parte superior y confirmo que a ambos lados del desfonde, se ven amplias galerías o bases de pozos, sobre todo a la derecha, que precisa travesía fácil de unos 6 m. pero con muy mala roca. A la izquierda hay que subir 7 m. por coladas y se oye mucho goteo.

 

Bajo a la galería y me piden una cuerda, ya que hay un meandro y un pocete. Les paso el material y voy haciendo la topo. Tras un corto pasamanos de 4 anclajes, se llega a meandro alto con un falso techo de bloques. En la punta, un pozo por el que cae agua y en el que baja Pedro unos 7 m., abajo se estrecha y hay un tubo muy pequeño.



 

Zape ha subido el nivel superior y fija una cuerda. El agua llega del techo por pequeño agujero y cae al pozo, pero el meandro sigue al otro lado del pozo, aunque hace un giro y no se ve bien. Se precisa hacer travesía fácil hasta el giro y ver si sigue meandro al otro lado del pozo.

 

Dejamos el tema para otro día y salimos con calma, llegando a la boca para las 18:15, aun con luz y 8 grados de temperatura.

Zape nos ameniza con música de un nuevo grupo y unos bailes o espasmos no se bien..




 

Cuando llegamos al coche hay 2 grados y es noche cerrada.

 

29 enero de 2022.

Siguen los días de frío en Ramales y hoy encima esta nublado, con lo que el efecto nevera se incrementa, pero ni eso nubla la sonrisa de Marta, que hoy viene decidida a entrar en la cueva y probar su maltrecha rodilla, después de siete meses de abstinencia espeleológica.

También está Cristóbal, que hoy no tiene que currar, pero un accidente de ski lo ha dejado con las costillas tocadas y no se atreve a retorcerse en la cueva. Las disculpas del personal para no explorar están aumentando, no se como vamos a terminar..

Recogemos material en el club y vamos a visitar a Willi, que nos reconforta con café y pinchos. Luego subimos a los coches y ascendemos,

comprobando que la capa de nubes es fina y baja y encima ha helado más pero ahora hay sol.

Subimos con calma con las tertulias habituales y viene Cristóbal que nos acompaña hasta la boca.

A las 12:00 entramos de nuevo con aire frio bajando por la sima, y con Marta cantando y muy contenta de volver a sentir el vacío bajo sus pies. Llegamos al P20 y Zape baja a buscar las cuerdas que tenemos en la base del pozo, luego hacemos dos equipos.

 Marta y Zape van a seguir bajando el pozo grande del final de la galería de Las Espinas. Pedro y yo al Meandro del “Camino al Sol “.

 Una vez en la punta del último día en el meandro, monto una cabecera y desciendo por la repisa al borde del pocillo. En la curva veo que el meandro esta tapado de coladas y tierra y parece no seguir. Dudo, pero decido clavar algo y pasar al otro lado, a una repisa alta. Monto reunión y llega Pedro.

Asegurado por Pedro hago una escalada de 5 m. por colada y mierdas varias, hasta unas formaciones, entre ellas un hueco y lo mejor, hay aire que sale .

Instalo dos anclajes e intento pasar entre las formaciones pero con los trastos voy muy justo. Sube Pedro y pasa sin problema, hay una amplia galería de más de 5 m. de alto y 3m . de ancho, con un desfonde con suelo y una curva. Poco después un pozo corta el paso.

Yo me quito trastos y consigo pasar, comprobando el tubo a presión bien marcado en el techo y que prosigue al otro lado del pozo que corta el camino.

 

Pedro equipa el pozo y baja unos 8 m.,abajo en un lateral, otro pocete que se cierra, pero entra mas arriba en un meandro estrecho, que conduce a otro paralelo que se estrecha, sin aire.. Casi no puede salir de lo estrecho que es y lo oigo gruñir y protestar, hasta que aparece cubierto de barro. Para subir y desequipar el pozo tienen primero que lavar el material en un charco.

Hago alguna foto mientras desequipa y también la topo, una tirada al tubo colgado me da 13 m. de travesía y escalada que será el próximo objetivo.

Dejamos algo de material pero nos damos cuenta de que la maza se ha quedado abajo y Pedro vuelve a equipar el pozo, mientras yo voy saliendo haciendo la topo.

 

Cuando terminamos oímos la voz de Zape que nos dice que ellos han terminado y que van saliendo poco a poco. Yo reaseguro un poco la cuerda de subida a la parte superior del meandro y tomamos el camino de salida, contactando con los castreños en el primer resalte de subida.



 

Marta y Zape ha bajado el pozo que debe de tener casi 100 m. pero se cierra y desequipan todo, hacen la topo y  dejan el material en la galería principal.

 

Salimos todos y estamos fuera para las 18:30 con buena luz, que ya se nota que se alargan los días, aun así llegamos a los coches casi a oscuras y nos encontramos con Cristóbal, que ha estado prospectando por la zona y ha intimado con los espinos, zarzas y demás habitantes del lugar.


 

Ha sido un buen día de espeleo y sobre todo lo hemos pasado bien y disfrutado de nuevo de la alegría de Marta, que está muy contenta y piensa ya en ponerse fuerte para darnos caña.

 

Luego vamos a cenar al mejicano de Lierganes..