martes, 13 de febrero de 2024

La montaña rusa.

 Torca de La Calera xx/xx/xxxx

Esta historia de exploración trascurre en la torca de La Calera en el macizo del Moro cercano a Ramales, pero la fecha la tendréis que imaginar los lectores..

Tal vez fuera el año pasado, cuando los espeleólogos disponíamos aún de permisos de exploración anual, cosa que por ahora en 2024, no tenemos aún, esperando a que el servicio de Patrimonio lo tramite, confiando que llegue antes que el año pasado, que lo recibimos en el mes de Mayo.

Así que como somos peligrosos delincuentes, sobre los que hay que tener todas las prevenciones, se nos ha prohibido entrar en las cuevas a explorar hasta que tengamos el citado permiso, que esperemos sea antes de final de año.

En fin vamos al lío, que es contar esta pequeña excursión en las entrañas calizas de la región.

Es sábado y a pesar de unos días de mal tiempo, que incluso han dejado una fina capa de nieve en las cumbres, el día amanece despejado, aunque con un viento frío.


 Estamos cuatro para la jornada de hoy, los castreños, Marta y Zape, Cristóbal y Ángel, que después de un cafetito en el Willy, ascendemos hacia el Moro, donde el aire frío no anima a salir de la furgoneta.

Nos animamos y cargamos las mochilas ascendiendo con calma, hasta entrar en calor y quitarnos algo de ropa para luego, atravesar el bosque de espinos y llegar a la boca de la torca.

 Una vez equipados vamos entrando, por la rampa que hoy esta barrosa y húmeda y bajando el primer pozo de 40 m que también gotea bastante.

Mas abajo en un gran pozo, varios péndulos cruzan nuevos goteos, que pasamos lo más rápido posible y seguimos la ruta, hasta la cabecera del gran pozo de los Supertacañones de 70 m. de profundo.

Allí hacemos dos equipos, con Ángel que bajará al fondo del pozo para desequipar la parte inferior, hasta el pasamanos que cruza el pozo, hacia una vía paralela que con resaltes, alcanza la base de una chimenea, donde en otra ocasión los andaluces escalaron 30 m. hasta el techo, allí un tubo daba paso a un cruce con varios objetivos. Aquí  es donde se dirige el resto del equipo.

Foto Marta

 Ángel baja el último y sigue hasta el fondo donde desequipa un resalte, que había allí y sube desequipando la cuerda y los anclajes, hasta llegar al pasamanos donde deja las cuerdas y continua hacia la punta de hoy.

Desde la base de la chimenea inicia la topo de la zona, hasta alcanzar el techo. Allí se alcanza una rampa a una sala baja, que parece el tubo a presión que vamos siguiendo desde la mitad del pozo de los Supertacañones, pero completamente relleno como en otros tramos.

La sala se desfonda de nuevo sobre los pozos por los que hemos llegado y en altura un largo meandro, no deja ver bien que hay en lo alto.

Foto Marta



Volviendo al inicio junto a la cabecera de la escalada, salen dos tubos descendentes. En uno de ellos esta la cuerda equipada por los colegas, que han bajado una vía de pequeños pozos cada vez mas amplios. Continúa la topo por el tubo y alcanza al grupo que ha llegado a una galería conocida, completando un nuevo bucle de los que esta cueva nos tiene ya muy acostumbrados.

Foto Marta

Es frustrante no conseguir que esta cueva se desarrolle en un eje claro y nos tenga dando vueltas entre varios niveles interconectados. Pero así es esta actividad, si fuera fácil lo harían otros mas listos y guapos.

Subimos desequipando y pensando ya en los bocatas que nos esperan mas arriba, de los que damos cuenta en un pispas.

Aun queda por bajar el otro tubo, pero tiene toda la pinta de seguir la misma ruta que el anterior, aunque lo bajaremos que nunca se sabe. Zape y Cristóbal se ponen a ello, tras un debate sobre como hacerlo.

Marta y Ángel se dirigen al alto meandro que sale desde la salita, y aunque tiene mala pinta, deciden hacer una escalada hasta la parte alta, con la esperanza de alcanzar algún nivel estable.

Marta dice que ya está bien de escaquearse con lo de la topo y que hoy toca sudar trepando por la pared, así que me equipo y trato de recordar como era eso de escalar sin ahorcarse con el material.

Foto Marta

Para darle ambiente, la roca que no tenia mala pinta, resulta ser una mierda con unos centímetros de harina. En fin menos mal que solo peso 85 Kg  y es poco probable que los seguros se salgan, a pesar de que salen mas de un cm. cuando me cuelgo.

 El estribo tamaño nomo tampoco ayuda, pero poco a poco asciendo y alcanzo una repisa con una salida en libre, que me recuerda tiempos mejores. Continúo por una canal y llego a lo que se asemeja a una alta chimenea, pero que nos es otra cosa, que la continuación hacia el infinito del meandro que arranca desde el Supertacañones.

Foto Marta

 Lo que nos interesa es la otra dirección, pero allí el meandro se cierra con completo, con coladas y desciende hacia la sala. No hay mucho que rascar, así que monto una reunión para bajarme que no es cuestión de destrepar la salida en libre.

Marta me desciende y recogemos el material, de este nuevo fracaso, que se añade al de los chicos, que suben de la vía de pozos, que como nos temíamos han llegado de nuevo a la galería inferior, por otro sitio.

Está claro que en esta “Montaña Rusa”, no vamos a llegar más lejos y toca bajarse de allí y desequipar la zona, cosa que conseguimos sin incidentes.

Foto Marta

Bajamos el material hasta la galería inferior por otra de las conexiones y hacemos allí un nido para futuros trabajos. Luego volvemos a la base y Marta decide sortear el turno de desinstalación, al juego de Piedra, Papel o Tijera, que jugamos todos, a pesar de que Cristóbal quería hacerlo él.

Hoy es mi día y gano la partida, sin tener muy claro si eso es bueno o malo, pensando en el montón de material que hay que subir. De momento la cosa empieza bien, ya que ellos se llevan toda la chatarra y subo sin peso, quitando los anclajes.

Los chicos tienen ganas de trabajar y me esperan más arriba para coger más material, así que llego hasta el pasamanos bastante ligero, lo que no impide que tenga que sudar para soltar los anclajes. En su fin, me espera Cristóbal que tiene ganas de entrenar y se lleva dos sacas para lo alto, mientras yo recojo las cuerdas que había allí colgada y continúo el ascenso desequipando.

Foto Marta

En cabecera del gran pozo, dejamos un nido de material para terminar la escalada que allí está pendiente y descendemos por la galería, hasta el punto de ascenso donde de nuevo queda otro nido de material.

Foto Marta

 La subida es rápida sobre todo por que hay mucho goteo y para las 20:15 estamos en la boca, donde Cristóbal dice que lo del juego no le convence para sortear la tareas, ya que no sabe bien como funciona. 

Así que Marta le da un cursillo acelerado que tampoco le convence.


 Marchamos por el monte y para las 21:00 estamos en la furgo, pensando ya en la cena que nos daremos en el pueblo.

 

 De nuevo La Calera nos ha mareado en una Montaña Rusa de escaladas y pozos, sin llevarnos muy lejos, pero seguiremos buscándole las cosquillas.