viernes, 21 de enero de 2022

Días de barro.

Cueva Cullalvera, Moro, Ramales

Cullalvera es la cueva de nuestro patio trasero, donde podemos aprovechar cualquier día para hacer actividad y quitar el gusanillo.

Esta cueva ha sido ampliamente visitada por numerosos espeleólogos desde los años 50, pero fue el Esparta de Baracaldo, quien realizo un amplio trabajo de exploración y topografía, pero desgraciadamente este trabajo no está publicado y parece que se perderá en la noche de los tiempos.



 Por tanto en nuestras salidas, en muchos casos encontramos nuevas galerías o pozos, que ya están pisados, pero desconocemos exactamente por quien, aunque suponemos que por este grupo. Es una labor ingrata repetir escaladas o bajar pozos, que sabes que ya están explorados, para topografiarlos y darlos a conocer. Afortunadamente de vez en cuando nos da una alegría y encontramos alguna zona virgen.

 En este artículo hablamos de dos salidas a Cullalvera en estas labores de revisión, topografía y exploración. Ambas con un denominador común el barro.

28 del 12 de 2021

Estamos Pedro Merino y yo, para una corta excursión en la cueva ya que tenemos que entrar y salir con el horario de los guías y hoy cierran a las 15:00.

Las semanas de lluvias anteriores, han hecho que el lago se cargara de agua y aún tenemos dudas de que nos vamos a encontrar cuando lleguemos.

Afortunadamente no hay agua, pero si una capa fina de barro muy resbaladizo que nos obliga a hacer equilibrios para no sentar el culo.

El sitio de trabajo está cerca y se trata de una larga escalada, situada bajo una sima conocida en el exterior y con la que pensamos esta relacionada. En salidas anteriores comenzamos esta escalada que ya tiene más de 40 m. y que transcurre por una fisura vertical de colada blanda que se ha convertido en barro pegajoso. Encontramos restos de algún descuelgue, que confirmaba que alguien ya había estado allí, aunque no se ven anclajes en la fisura.

El último día Rubén subió un tramo más de fisura y desde allí se intuía un posible tubo lateral.

El ascenso por las cuerdas es aún más barroso. Una vez en la cabecera que monto Rubén veo un amplio tubo en un lateral y no veo huellas. Sube Pedro y me asegura para hacer la travesía al tubo, coloco un par de anclajes por si acaso y alcanzo el amplio tubo. Veo huellas y compruebo que han llegado por un tubo vertical que sube desde la repisa inferior.

El lado izquierdo del tubo está colmatado y en dirección contraria hay un desfonde y luego se amplia con rampas de colada sin que se vean huellas.

Hago la travesía asegurado por Pedro y comienzo a subir por las coladas, que son puro barro húmedo. Con algunos multis en la pared consigo llegar al primer tubo que esta cegado.

 Luego sube Pedro y me asegura otro tramo más vertical, para superar otra colada a otro hueco relleno y con formaciones. Pero detrás de unas estalactitas se oye eco, por lo que  sube Pedro, que consigue pasar y continuar por un laminador de barrillo hasta un desfonde.

 

Recupero material y voy donde él, que equipa el desfonde de la izquierda que se cierra poco después. Luego mira otro a la derecha y detrás se amplia y hay una galería.

 

Vamos por ella muy bonita con formaciones y coladas blancas, pero unos 30 m. después se cierra sin aire ni nada. Iniciamos la retirada ya cubiertos por completo de barro, que no nos deja ver los aparatos. Voy desequipando todo, utilizando algunos puentes de roca y destrepando la travesía. Desequipamos también la última escalada de Rubén y nos vamos ya, que hoy cierran  los guías a las 15:00.

 

Aun nos queda por revisar una zona donde hay un esqueleto de algún zorro o similar y se aprecia algo de aire, pero será otro día.

8 del 1 de 2022

Ha llovido bastante los días anteriores, pero hoy sábado el día esta despejado y fresco. Hemos quedado tres para hacer algo en Cullalvera, pero aparece Cristóbal por sorpresa y decidimos hacer dos equipos para terminar las incógnitas de las galerías olvidadas.

Café en el Botija y vamos para llegar a la visita de las 10:30, de los guías. El lago esta seco, pero poco después hay una zona con agua profunda, afortunadamente es justo donde un gran bloque permite esquivar el agua por allí. El Cuerno también tiene mucha agua pero pasamos sin problemas.

En la galería de las Pozas ascendemos por los bloques y nos introducimos en la zona de galerías que se ocultan tras un laminador vertical muy escondido y con aire. El camino pasa por amplias galerías y salas hasta una sala con una gran columna, donde se toman varias cuerdas ascendentes en rampas y tubos. Una rampa descendente nos deja en una sala lateral de más de 30 m. de diámetro.

En lo alto de la sala una chimenea entre bloques tienen aire y precisa una pequeña desobstrucción para ver si continúa. En una zona bajo la sala hay una chimenea con huesos en su base, lo que nos anima a escalarla.

 



Para las 11:45 estamos en la sala de la punta y Cristóbal y Pedro van a la desobstrucción de lo alto de la sala. Zape y yo haremos la escalada de la chimenea de los huesos.

Zape comienza la escalada, pero pronto oímos por encima a Pedro que se aburre y está mirando unos tubos, en la pared izquierda de la sala por una rampas y allí es donde llega la chimenea.

 Zape se va con Pedro a revisar esa zona y yo voy con Cristóbal, que ha abierto un paso y llegado a un hueco entre bloques y de nuevo tapón de bloques. Se desequipa y vamos detrás de los otros con la topo.

Hay algunos pasos estrechos hasta una escalada corta que hace Zape y deja la cuerda, mas estrecheces y mucho barro, que parece que en esta cueva es una constante. Por una estrecha fisura, salimos a una alta galería en diaclasa de más de 25 m. de altura en algún punto y unos 4 m. de ancha.

Es una fuerte rampa con grava, muchísimos caracoles y algunos huesos, en la parte alta los chicos de Esparta que tienen una pintada.

Al fondo hay un pozo que baja Pedro en unos 30 m. hasta un meandro estrecho. También un paso bajo con un amplio gours que Zape ha cruzado mojándose y hay un poco mas de galería y sala pero nada mas.




 

Parece que los del Esparta han hecho un fuego supongo que para buscar el humo en la calle que tienen que estar muy cerca.


Decidimos hacer la larga escalada hacia el techo, pero tiene pinta de cerrarse y vemos que ellos ya la han hecho así que decidimos dejarlo y desequipar todo.

 A la salida a la gran galería de Cullalvera dejamos las sacas y vamos a ver la galería colgada de la sala Dantesca, que puede ser uno de nuestros próximos objetivos.

De nuevo bastante embarrados salimos de la cueva con el horario de los guías, y sobre las 17:20 estamos en la calle.

martes, 4 de enero de 2022

En busca de la Galería Perdida

 

Sima de Cubillones, Ancillo, 20-12-2021

El diluvio universal ya pasó y los amigos franceses han regresado de uno de sus numerosos viajes por el mundo, así que es buen momento para intentar buscar alguna continuación en la gran sala José Gambino hacia las profundidades del macizo.

Solo estamos Patrick y yo y quedamos a las 9:30 en Vega, con una buena helada en Ramales. Subimos con calma poniéndonos al día de viajes y actividades y con un ligero sur, que hace que la temperatura sea mucho más agradable. Por lo que poco después de iniciar la caminata paramos para quitar ropa y una hora después llegamos a la boca sin novedad.

Para las 11:15 entramos en el agujero y al llegar a la salita comprobamos que la obra hidráulica funciona bien y no cae agua por el pozo del Toldo, lo que nos permite llegar bien secos hasta los aéreos pasamanos y perdernos en la negrura de la sala.

Llegamos al suelo de la sala sin novedad sobre las 12:30 y tras coger algo de material, vamos a buscar la incógnita que vio Patrick la última vez. Descendemos hacia el sureste por los bloques y mientras yo recojo algo de material del nido, Patrick localiza el punto concreto de descenso, que se sitúa debajo de unos grandes bloques hasta llegar a la pared, donde se continua bajando por un hueco pequeño unos 10 m. de caída.

Patrick equipa una cabecera y desciende a una zona mas amplia, pegada a la pared de la gran falla, yo le sigo pero todo s



e cierra al fondo y recorremos pegados a la pared de la larga fisura buscando algún paso, sin encontrar ningún paso, aunque si hay bonitas excéntricas en la pared. No hay nada que hacer y debemos tachar un punto más de la lista de posibles, que se va reduciendo dramáticamente.

Subimos y vamos a la zona revisada por Zape donde hay instalada una cuerda. De camino vemos un tubo muy evidente de 1x3 m. con formaciones en la entrada, justo al final de un marcado estrato horizontal situado unos 12 m. por encima de la pared lisa de la falla. Se precisa una escalada pero tiene buena pinta.



 

Llegamos a la cuerda que fijó Zape y comemos algo, luego cogemos material y para abajo. No esta claro por donde es, pero instalo por la zona mas ancha, una primera vertical que conduce a zona ancha en rampa, hasta otra vertical que instalamos en unas formaciones.

Desciendo al fondo y veo las huellas de Zape en la entrada de un hueco, entre grandes bloques y coladas. Llega Patrick y vemos el paso horizontal que forzó el oso de Castro, lo cruzo como puedo y paso sobre un tubo vertical. Luego doy unos mazazos para ampliar el paso y me sigue Patrick. La continuación del camino de Zape es colarse por el tubo bastante estrecho y con giro al fondo, por lo que le cedo el honor a Patrick que esta mucho mas estilizado que yo.

 

Mientras el trabaja en el fondo para mejorar el tamaño con la maceta yo instalo una cuerda corta para salir. Poco después todo queda en condiciones para que pase mi cuerpo serrano y llegamos a una sala de bloques con el techo plano, donde la única continuación es donde van las huellas del Castreño que finalizan en una pequeña vertical de 4 m. 

 

Instalo una cabecera en la pared lateral que parece sólida y desciendo hasta el borde para colocar otro anclaje, pero todo suena muy hueco y coloco un desviador en el techo y bajamos, pero desde abajo comprobamos que la pared es en realidad una gran placa adosada que no ofrece demasiadas garantías.

 

Abajo no vemos nada que permita tener esperanzas y por un lado solo un tapón de bloques y por abajo un agujero con formaciones que baja aun hueco lleno de barro. No hay rastro de aire, aunque el día no es muy propicio. La zona tiene unas excéntricas con aragonito muy bonitas pero nada más, por lo que de nuevo hay que sacar el lápiz de tachar incógnitas, que empieza a ser una mala costumbre. Sabíamos que no iba a ser fácil encontrar un camino en esta enorme sala, pero esto ha sido un duro golpe para nuestras expectativas.

Desequipamos todo y dejamos algo de material en la cabecera y el resto a medio camino, casi enfrente de la escalada, que se ha convertido en nuestra nueva y por ahora única esperanza de encontrar la ansiada ruta hacia el Carcabon.

 Ascendemos por los bloques hasta la base de la cuerda y sobre las 17:00 comienza a subir Patrick, que hoy dice que está flojo y ha tenido que parar dos veces y aun así a las 17:10 me da el libre. Pero hay que comprender que le han puesto la tercera dosis al pobre, menos mal..

Yo paro cuatro o cinco veces y eso que no me ha drogado, pero alcanzo el techo como puedo y cruzo el pasamanos, la estrechez y asciendo el pozo del Toldo. Para las 17:50 o así, salimos desde la salita hacia las gateras y a las 18:45 estamos en la calle, con viento sur y buena temperatura. Como premio tenemos de fondo una luna roja espectacular y buena temperatura, que nos acompañan en el camino de descenso.

Llegamos al coche sin novedad, envueltos en nuestros pensamientos a veces pesimistas con el cierre de todas las incógnitas, hasta hora revisadas y a veces esperanzados en el nuevo tubo colgado que hemos localizado.

En fin otro día será…