martes, 4 de enero de 2022

En busca de la Galería Perdida

 

Sima de Cubillones, Ancillo, 20-12-2021

El diluvio universal ya pasó y los amigos franceses han regresado de uno de sus numerosos viajes por el mundo, así que es buen momento para intentar buscar alguna continuación en la gran sala José Gambino hacia las profundidades del macizo.

Solo estamos Patrick y yo y quedamos a las 9:30 en Vega, con una buena helada en Ramales. Subimos con calma poniéndonos al día de viajes y actividades y con un ligero sur, que hace que la temperatura sea mucho más agradable. Por lo que poco después de iniciar la caminata paramos para quitar ropa y una hora después llegamos a la boca sin novedad.

Para las 11:15 entramos en el agujero y al llegar a la salita comprobamos que la obra hidráulica funciona bien y no cae agua por el pozo del Toldo, lo que nos permite llegar bien secos hasta los aéreos pasamanos y perdernos en la negrura de la sala.

Llegamos al suelo de la sala sin novedad sobre las 12:30 y tras coger algo de material, vamos a buscar la incógnita que vio Patrick la última vez. Descendemos hacia el sureste por los bloques y mientras yo recojo algo de material del nido, Patrick localiza el punto concreto de descenso, que se sitúa debajo de unos grandes bloques hasta llegar a la pared, donde se continua bajando por un hueco pequeño unos 10 m. de caída.

Patrick equipa una cabecera y desciende a una zona mas amplia, pegada a la pared de la gran falla, yo le sigo pero todo s



e cierra al fondo y recorremos pegados a la pared de la larga fisura buscando algún paso, sin encontrar ningún paso, aunque si hay bonitas excéntricas en la pared. No hay nada que hacer y debemos tachar un punto más de la lista de posibles, que se va reduciendo dramáticamente.

Subimos y vamos a la zona revisada por Zape donde hay instalada una cuerda. De camino vemos un tubo muy evidente de 1x3 m. con formaciones en la entrada, justo al final de un marcado estrato horizontal situado unos 12 m. por encima de la pared lisa de la falla. Se precisa una escalada pero tiene buena pinta.



 

Llegamos a la cuerda que fijó Zape y comemos algo, luego cogemos material y para abajo. No esta claro por donde es, pero instalo por la zona mas ancha, una primera vertical que conduce a zona ancha en rampa, hasta otra vertical que instalamos en unas formaciones.

Desciendo al fondo y veo las huellas de Zape en la entrada de un hueco, entre grandes bloques y coladas. Llega Patrick y vemos el paso horizontal que forzó el oso de Castro, lo cruzo como puedo y paso sobre un tubo vertical. Luego doy unos mazazos para ampliar el paso y me sigue Patrick. La continuación del camino de Zape es colarse por el tubo bastante estrecho y con giro al fondo, por lo que le cedo el honor a Patrick que esta mucho mas estilizado que yo.

 

Mientras el trabaja en el fondo para mejorar el tamaño con la maceta yo instalo una cuerda corta para salir. Poco después todo queda en condiciones para que pase mi cuerpo serrano y llegamos a una sala de bloques con el techo plano, donde la única continuación es donde van las huellas del Castreño que finalizan en una pequeña vertical de 4 m. 

 

Instalo una cabecera en la pared lateral que parece sólida y desciendo hasta el borde para colocar otro anclaje, pero todo suena muy hueco y coloco un desviador en el techo y bajamos, pero desde abajo comprobamos que la pared es en realidad una gran placa adosada que no ofrece demasiadas garantías.

 

Abajo no vemos nada que permita tener esperanzas y por un lado solo un tapón de bloques y por abajo un agujero con formaciones que baja aun hueco lleno de barro. No hay rastro de aire, aunque el día no es muy propicio. La zona tiene unas excéntricas con aragonito muy bonitas pero nada más, por lo que de nuevo hay que sacar el lápiz de tachar incógnitas, que empieza a ser una mala costumbre. Sabíamos que no iba a ser fácil encontrar un camino en esta enorme sala, pero esto ha sido un duro golpe para nuestras expectativas.

Desequipamos todo y dejamos algo de material en la cabecera y el resto a medio camino, casi enfrente de la escalada, que se ha convertido en nuestra nueva y por ahora única esperanza de encontrar la ansiada ruta hacia el Carcabon.

 Ascendemos por los bloques hasta la base de la cuerda y sobre las 17:00 comienza a subir Patrick, que hoy dice que está flojo y ha tenido que parar dos veces y aun así a las 17:10 me da el libre. Pero hay que comprender que le han puesto la tercera dosis al pobre, menos mal..

Yo paro cuatro o cinco veces y eso que no me ha drogado, pero alcanzo el techo como puedo y cruzo el pasamanos, la estrechez y asciendo el pozo del Toldo. Para las 17:50 o así, salimos desde la salita hacia las gateras y a las 18:45 estamos en la calle, con viento sur y buena temperatura. Como premio tenemos de fondo una luna roja espectacular y buena temperatura, que nos acompañan en el camino de descenso.

Llegamos al coche sin novedad, envueltos en nuestros pensamientos a veces pesimistas con el cierre de todas las incógnitas, hasta hora revisadas y a veces esperanzados en el nuevo tubo colgado que hemos localizado.

En fin otro día será…

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