Sierra del Hornijo 06 de Diciembre de 2025
El tiempo está muy inestable, jueves y viernes ha llovido
mucho, pero para sábado da sur.
Contamos con Nelin de taxista, ya que le han infiltrado y no
puede ir de cuevas. Así que decidimos ir a la Cueva del valle del Oso en el Hornijo.
Quedamos a las 9:30 y cogemos material en el club, estamos cuatro para entrar en la cueva, Marta, Zape, Cristóbal y Ángel, luego vamos a tomar un café en el Willy, con Pedro que nos va a acompañar hasta la boca y luego seguirá pateando por el monte.
Zape le ha comprado una gorra de taxista a Nelin, para que esté ambientado, aunque la ha comprado de la talla de la cabeza de Zape y a Nelin le queda grande, como era de esperar.
De camino a valle, empieza a llover ligeramente y las nubes
cubren la sierra. Llegamos al aparcamiento y pasamos el material al todoterreno
de Nelin, donde entramos 6 dentro, bien apretados. La pista está muy embarrada
y le cuesta subir.
En el final de la pista, nos despedimos de Nelin y quedamos con él para las 19:00, subiendo por el camino afortunadamente ya sin lluvia.
Una vez en la boca, nos cambiamos y despedimos de Pedro que
sigue por el sendero.
Voy el último y debe de haber una carrera y no me he
entrado, por que no les vuelvo a ver hasta los últimos pozos. Afortunadamente
no cae mucha agua por los pozos, ya que parece que la sima escurre rápido.
Llegamos al meandro que está deteniendo nuestro avance en la
sima y que se sitúa en medio de la pared del último pozo y tras dejar el
material en la entrada, bajamos hasta el resalte y empezamos a trabajar en la
parte alta del meandro, para poder entrar de pie y dejar el fondo para
depositar las piedras que quitamos.
Trabajamos hasta las 18:00, consiguiendo tener un pasillo estrecho en la parte alta, que permite pasar de pie y dejar todas las piedras en la parte baja. Aunque el trabajo es pesado, el ambiente es bueno y las risas y pullas habituales, nos mantienen entretenidos.
Marta visita la punta y vuelve con su habitual informe optimista, sobre la posibilidad de un pozo al otro lado. Insha´ Allah
Sobre las 13:00 hemos parado a comer y mis tripas han
decidido que no cave más, así que llevo más de una hora con retortijones y
apenas aguanto hasta la hora de salida. Como el sitio no permite aliviarse sin
contaminar todo el lugar de trabajo y eso provocaría el odio eterno de los
colegas, incluso me planteo salir equiparme y bajar al fondo del pozo, donde
cae una fuerte lluvia, pero hago un esfuerzo y aguanto. Ahora ya estoy al
límite y les meto prisa a los colegas, para que salgan delante de mí y yo me
planteo llegar a la base de uno de los pozos superiores, que presenta
condiciones más ideales para estas tareas.
Apenas consigo llegar y obtener así un orgasmo de placer y
alivio.
El mundo de las necesidades fisiológicas que casi nunca
vemos en la películas, donde nuestros héroes nunca parecen necesitar aliviarse,
tampoco suele mencionarse en los relatos de montañeros y espeleólogos, pero
obviamente esta siempre presente y hay veces que requiere de sus técnicas
propias y no es fácil hacer estas cosas en lugares incómodos, o con pozos a tus
pies, sin contar con lo que cuesta quitarse la ropa en lugares fríos y húmedos.
En fin, no tiene glamour pero es parte de la exploración.
Con el cuerpo mas aliviado, asciendo detrás de los otros y
llegamos a la boca sobre las 19:15 y al coche de Nelin un poco tarde, sobre las
19:30. Allí con Nelin está Maider, que ha pasado el día estudiando.
Terminamos la jornada
en el Willy.
La próxima visita a esta cueva será a la punta, donde
esperamos que los vaticinios de Marta se cumplan y nuevos pozos se abran ante
nosotros..



