domingo, 7 de diciembre de 2025

En taxi a la cueva.

  Sierra del Hornijo                                                                            06 de Diciembre de 2025

El tiempo está muy inestable, jueves y viernes ha llovido mucho, pero para sábado da sur.

Contamos con Nelin de taxista, ya que le han infiltrado y no puede ir de cuevas. Así que decidimos ir a la Cueva del valle del Oso en el Hornijo.

Quedamos a las 9:30 y cogemos material en el club, estamos cuatro para entrar en la cueva, Marta, Zape, Cristóbal y Ángel, luego vamos a tomar un café en el Willy, con Pedro que nos va  a acompañar hasta la boca y luego seguirá pateando por el monte.

Zape le ha comprado una gorra de taxista a Nelin, para que esté ambientado, aunque la ha comprado de la talla de la cabeza de Zape y a Nelin le queda grande, como era de esperar.

De camino a valle, empieza a llover ligeramente y las nubes cubren la sierra. Llegamos al aparcamiento y pasamos el material al todoterreno de Nelin, donde entramos 6 dentro, bien apretados. La pista está muy embarrada y le cuesta subir.

En el final de la pista, nos despedimos de Nelin y quedamos con él para las 19:00, subiendo por el camino afortunadamente ya sin lluvia.

Una vez en la boca, nos cambiamos y despedimos de Pedro que sigue por el sendero.

Voy el último y debe de haber una carrera y no me he entrado, por que no les vuelvo a ver hasta los últimos pozos. Afortunadamente no cae mucha agua por los pozos, ya que parece que la sima escurre rápido.

Llegamos al meandro que está deteniendo nuestro avance en la sima y que se sitúa en medio de la pared del último pozo y tras dejar el material en la entrada, bajamos hasta el resalte y empezamos a trabajar en la parte alta del meandro, para poder entrar de pie y dejar el fondo para depositar las piedras que quitamos.

Trabajamos hasta las 18:00, consiguiendo tener un pasillo estrecho en la parte alta, que permite pasar de pie y dejar todas las piedras en la parte baja. Aunque el trabajo es pesado, el ambiente es bueno y las risas y pullas habituales, nos mantienen entretenidos.

Marta visita la punta y vuelve con su habitual informe optimista, sobre la posibilidad de un pozo al otro lado. Insha´ Allah

Sobre las 13:00 hemos parado a comer y mis tripas han decidido que no cave más, así que llevo más de una hora con retortijones y apenas aguanto hasta la hora de salida. Como el sitio no permite aliviarse sin contaminar todo el lugar de trabajo y eso provocaría el odio eterno de los colegas, incluso me planteo salir equiparme y bajar al fondo del pozo, donde cae una fuerte lluvia, pero hago un esfuerzo y aguanto. Ahora ya estoy al límite y les meto prisa a los colegas, para que salgan delante de mí y yo me planteo llegar a la base de uno de los pozos superiores, que presenta condiciones más ideales para estas tareas.

Apenas consigo llegar y obtener así un orgasmo de placer y alivio.

El mundo de las necesidades fisiológicas que casi nunca vemos en la películas, donde nuestros héroes nunca parecen necesitar aliviarse, tampoco suele mencionarse en los relatos de montañeros y espeleólogos, pero obviamente esta siempre presente y hay veces que requiere de sus técnicas propias y no es fácil hacer estas cosas en lugares incómodos, o con pozos a tus pies, sin contar con lo que cuesta quitarse la ropa en lugares fríos y húmedos. En fin, no tiene glamour pero es parte de la exploración.

Con el cuerpo mas aliviado, asciendo detrás de los otros y llegamos a la boca sobre las 19:15 y al coche de Nelin un poco tarde, sobre las 19:30. Allí con Nelin está Maider, que ha pasado el día estudiando.


Bajamos a Valle que ya tiene sus luces navideñas y está bonito, luego vamos al Casa Montaña y cenamos allí celebrando el cumple de Nelin que hoy hace 60 años.







 Terminamos la jornada en el Willy.

La próxima visita a esta cueva será a la punta, donde esperamos que los vaticinios de Marta se cumplan y nuevos pozos se abran ante nosotros..