domingo, 23 de noviembre de 2014

¡Pudimos! (15/16-11-12)



..y otro sábado de cuevas, que las drogas están caras y la programación da pena. De nuevo nos vemos las caras el sector castreño (Marta y Zape), Gelo, Cristóbal, Moisés (que retorna de entre los muertos en vida -es decir, padres) y muá (yo, para los que no seáis bilingües, ignaros).

En primer lugar, revisión del material, no vaya ser que esta vez (también) se nos olvide algo: cuerdas, taladros, dormidina, vino y orujo... Vale, está todo. Para los coches, parada en el Coventosa a tomar un café, y para Rubicera. En la entrada coincidimos con unos espeleólogos mallorquines que van a hacer la travesía hasta el Mortero de Astrana.

Una vez en camino, me doy cuenta de que se me ha olvidado (otra vez) hacerme la pedicura, oig. Los callos me matan con las putas botas de goma. Mis quejas sólo provocan risas despectivas, siendo motejado de "nenaza" (lo más suave). Ya en el vivac, papeamos para ir más descargados hacia la punta, y preparamos los equipos: Marta y Cristóbal harán una escalada de unos 30 metros encima del pasamanos situado en la base del P.40, y el resto nos iremos a tratar de unir la zona fósil que encontramos antes de verano con la galería en la que anduvimos el Rubio y yo. Llevamos tres intentos frustrados, pero hemos decidido insistir, dado que, de lograr unir, el ahorro en tiempo y esfuerzo para explorar la zona final de ese sector sería más que considerable. También el ahorro en rodilleras (nos evita la gatera de más de 300 metros, laputasumadre).

Busca a Wally...


Así que llegados al P.40 nos separamos, y de camino hacia la punta revisamos unos conductos ascendentes bastante estrechos, en los que se nota cierta corriente de aire. Moisés se desbrava como un titán, y logro llegar hasta la cabecera de un P.5 que queda pendiente de bajar. Decidimos dejarlo como última opción, y nos dirigimos hacia el punto que, según la topo, se encuentra más cerca de la galería objeto de nuestros deseos. Afortunadamente, contamos con la presencia de Gelo: haciendo gala de un olfato espeleológico acorde con la dimensión de su naso, en un "titá" nos sitúa en la "recta vía": una trepada -un tanto expuesta- permite así a Zape llegar al punto 81 de la topo que hicimos hace más de un año y medio: el tan ansiado atajo es un hecho.

¿Contempla extasiado las formaciones, o las lame? Putos pervertidos estos del AER...


Una vez instalado, optamos por dirigirnos a una de las zonas con incógnitas pendientes en ese sector: un río que proviene de algún nivel superior aún desconocido, y que corta la galería para dirigirse a su vez hacia otro nivel inferior. Suponemos que estas aguas resurgirán en la zona activa de la Galería de la Espeleogénesis (a una cota unos 80 metros por debajo de donde nos encontramos).

Antes de eso, Zape hace una trepada y encuentra una pequeña galería superior por la que llega otro pequeño aporte de agua. Mientras Gelo la topografía, Moisés trata de instalar el pozo, pero tras bajar varios metros, la batería fallecerá. De mientras, reviso un par de cruces pendientes (que se cierran enseguida), y una pequeña galería superior de unos 40 metros de desarrollo que acaba muriendo encima del pozo.

Prometemos acordarnos del flash algún día...

Vista la hora que es, nos dirigimos hacia el lugar donde el otro par habían realizado la escalada, topografiando el tramo de unión. Allí nos encontramos con Cristóbal y Marta, que acaban de finalizar su escalada. Marta nos cuenta cómo fue la cosa: "Partiendo del pasamanos,  hacemos una escalada de unos 20 metros que nos lleva a una repisa que bordea la sala. Hacia la izquierd,a tras una trepada de tres metros, un pozo baja de nuevo a la sala y abajo, a unos seis metros, podemos ver huellas antiguas de Cristóbal, de una repisa a donde llegó escalando otro día. Hacia la derecha escalamos otros ocho metros y continuamos por la terraza que bordea la sala, y acabamos en una zona arenosa que se estrecha sin posibilidad de continuación".

¡NO A LOS RECORTES EN LA ESPELEO!

Emprendemos el camino hacia el vivac, adonde llegamos a las diez y media pasadas, dispuestos a disfrutar de la pasta fresca que los castreños han traído (nada que ver con la espartana dieta a la que nos tiene acostumbrados Wychy). Acabamos el vino, y damos un buen bajón a las reservas de orujo. Tras la sobremesa (bueno, sobrebote, que es lo que hay), al saco, donde Marta se verá afectada una vez más por los efectos colaterales de la famosa dormidina, y su risa nos impedirá conciliar el sueño. Al menos, es mejor que la vez anterior, cuando fueron los rebuz... ronquidos de varios de los presentes los que lo impidieron.

Sex and violence...


El domingo nos levantamos calmosos, recogemos las cosas, y para la calle, donde tocará sesión fotográfica y de vídeo, con coreografía incluida (no pueden ser reproducidos aquí porque mi integridad física corre peligro si cometo tal atrevimiento). Paseo sin lluvia hasta el coche (nos vamos a malacostumbrar, ya verás...), birra donde Margari, y jornadas del cerdo en Ramales. Ya que los callos me han dado el fin de semana, qué mejor forma de contraatacar que con una ración de manitas de cerdo...

Estamos tan contentos porque sabemos que al menos en una semana no tenemos que volver a olernos...

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