lunes, 9 de mayo de 2016

Escalando en el Cuivo

Sabado 16 de Abril de 2016



Este fin de semana solo estamos Zape y yo para sumergirnos en el mundo de las calizas y el tiempo no es muy bueno, por lo que decidimos ir a terminar una escalada pendiente, en un lateral del tramo final del río del Cuivo en Astrana.
Tras el café de rigor en la Gandara aparcamos junto a la boca del Mortero donde encontramos a otros espeleólogos que parece pretenden hacer alguna de las travesías que salen por el Mortero.
Nos vestimos de romanos y tomamos el camino de la gran boca emblemática de la comarca. A pesar de las innumerables veces que hemos estado en esta boca, nunca dejamos de maravillarnos de sus volúmenes y colores.
Instalamos la cuerda de 50 m. para descender al fondo de esta gran boca, descendiendo a continuación las rampas de bloques que nos introducen más profundamente en la montaña. Algunos pozos rampa nos dejan en una galería horizontal que seguimos hasta la sala de la cascada con su afluente ruidoso que cae del techo.
Continuamos descendiendo con el río pero algo extraño sucede, huele a abono de vaca y fijándonos en el color del agua vemos que tiene un tono verdoso. Es evidente que el río está contaminado por un fuerte vertido de purines y como sabemos por nuestros trabajos de exploración y coloraciones, esta agua va directamente a la surgencia de Las Fuentes en Asón, donde se toma el agua para el suministro de Arredondo .Creo que no se es consciente en toda la comarca del funcionamiento hídrico de los macizos y de donde viene el agua que bebemos en nuestras casas y las implicaciones para nuestra salud que tienen los vertidos incontrolados, sobre arroyos o simas.
Llegamos al cruce del rio del Cuivo, que afortunadamente viene limpio y lo remontamos hasta el cruce con las galerías laterales en las que dejamos pendiente una escalada. Trepamos varios resaltes y llegamos a la cuerda que nos lleva al final de la punta de la salida anterior.
Preparamos los trastos del oficio y Zape inicia la escalada por buena roca en general, ascendiendo poco a poco hasta una ventana más estrecha, que lo lleva a una repisa amplia con bloques. Subo hasta la repisa desequipando la escalada y acometemos otro tramo de escalada hacia unos tubos en el techo, a los que Zape al final llega y comprueba que unos bloques taponan el paso y poco podemos hacer.
Descendemos y desequipamos este segundo tramo de escalada y decidimos intentar otra variante sin entrar en la ventana. Tomo la cabeza de la escalada haciendo una travesía hasta una estrecha repisa, desde la que aseguro a Zape con los viejos métodos de la montaña que no convencen a Zape y le hacen mirarme de reojo mientras sube hasta la reunión.


Continúo ascendiendo básicamente en libre por terreno fácil, pero sin seguros lo que de nuevo provoca el mosqueo de mi compañero de aventuras.
 
Coloco algún anclaje para cambiar de pared y poder trepar por un meandro de 0,5 m. de ancho, hasta que un par de curvas más arriba se estrecha y tapona de bloques, finalizando así mi excursión por esta zona de la cueva.
Destrepo desequipando hasta donde esta Zape y allí montamos un descuelgue para bajarnos al inicio de la escalda de hoy.
 
En este punto decidimos revisar una ventana con algo de aire y que precisa desobstruir para pasar. Lo abrimos con los métodos habituales y baja zape hasta una sala  barrosa que no continua.
Nos retiramos desequipando las cuerdas y topografiando procurando abandonar el mínimo material posible.
 
En la base de las escaladas Pedro dejó una gatera que precisaba desobstrucción para pasar a un hueco más amplio, por lo que le aplicamos la fuerza necesaria y pasamos la estrecha ventana, hacia unas salas en rampa de arena, en cuyo fondo varios tubos se estrechan hasta impedir el paso.
 







Salimos topografiando y dando por terminada la exploración de esta zona, donde hemos topografiado 110 m. de galerías y tubos con lo que el sistema del Mortillano ya supera los 139 Km.

Remontamos el río y las rampas hasta la gran boca donde se oye caer alguna cascada, lo que nos da idea de que ha llovido bastante en nuestra ausencia del mundo de  la superficie.
Nosotros tras desequipar la entrada y llegar al coche, nos vamos para el Wili a hidratarnos y aguantar alguna que otra chapa de la fauna local del pueblo.




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