martes, 11 de octubre de 2022

Las poleas nuevas son un atraso.

 Torca de La calera. Sábado 8 Octubre de 2022

 Este sábado estamos pocos y el pronóstico del tiempo no es bueno, así que nos decantamos por una visita rápida a la Torca de La Calera que nos pilla cerca y con poca aproximación.

Estamos tres Zape, Pedro y Ángel y como Zape tiene lío por la noche, quedamos bastante pronto para nuestras costumbres, sobre todo las de Zape que no era amigo de madrugar, pero la vejez también le está llegando al pobre y ya se despierta pronto como los abuelos.

Nos juntamos a las 8:30 en el club para recoger material y luego vamos al Ancillo a tomar un café, que nos despierte un poco. Después subimos hacia el Moro, sin lluvia pero con el suelo mojado.

El camino por el bosque de espinos y avellanos mojados, nos deja bastante empapados, pero la temperatura es agradable así que no sufrimos mucho.

 

Sobre las 10:30 entramos en la torca que tiene poco aire, pero si bastante agua que gotea y escurre por las paredes. Llegar a la punta de hoy nos lleva 1:15 h. sin muchas dificultades, salvo un rapel guiado, que en el ascenso nos obliga a tirar un poco de brazos y a sacar la mejor técnica de cada cual, según la mas estricta escuela, de la que procedemos.

El objetivo de hoy es terminar algunas incógnitas en la zona final, de una alta sala de más de 30 m. y unos 6 m. de anchura. Un pozo de cabecera estrecha que bajamos la última vez, nos llevó a una sala y en su suelo entre bloques, un nuevo pozo bastante profundo, se dejó sin terminar por falta de cuerda.

Zape desciende equipando, tratando de esquivar una zona de materiales inestables, para llegar a lo que es una larga y ancha fisura sobre un estrato de areniscas y margas.

 Continuamos el descenso, haciendo la topo y desplazándonos por la fisura hacia el este, ya que por el lado oeste llega un aporte de agua, que debemos evitar. Un falso suelo es evitado con una travesía y una nueva vertical aparece oscura y húmeda. Pero sorpresa, abajo vemos un reflectante, lo que nos indica que hemos llegado sobre un punto conocido de la cueva.

 

Es un palo ya que esperábamos llegar más lejos por esta vía con corriente de aire, pero parece que va a ser que no. Subimos desequipando hasta la sala intermedia, donde revisamos al fondo una trepada, que ya hizo Pedro hasta la base de una chimenea o zona final de una ancha fisura, por la que también llega algo de agua. No se ve nada claro y habría que hacer una escalada corta hasta un pequeño tubo o una mas larga para ver el extremo este de la fisura.



 Como es muy probable que sea la misma zona que hay mas arriba, decidimos desequipar y probar suerte en otro lado. Salimos a la gran sala, y comemos un poco para reponer fuerzas y afrontar el siguiente objetivo de hoy, que es una corta escalada a un posible nivel, en otra sala que hay justo encima de la anterior y a la que accedimos la última vez, a través de una escalada que hicieron los andaluces.

Subimos y en la ventana sobre la sala Pedro asegura a Zape, que asciende rápidamente con los pulse que hemos traído. Pero el posible suelo se desfonda y trunca de nuevo las expectativas.



 

Solo nos queda una cosa por cerrar en esta zona, que es un pozo fisura de unos 7 m. con mala pinta y que hay al final de un bonito tubo con formaciones que arranca desde la escalada.

Pedro que para variar hoy tiene las dos poleas del rapelador nuevas, instala y comienza a bajar, pero a medio camino ve un posible tubo, por el que se cuela y tras quitarse el material y escarbar un poco, llega a una zona más amplia pero que también se cierra poco después. El barro pegajoso se pega al material y complica el movimiento lo que le hace comentar a Pedro la frase del día, “Las poleas nuevas son un atraso”, Zape y yo nos miramos y nos partimos de risa.

Zape baja al fondo de la fisura donde se oye correr agua y las piedras caen bastantes metros, pero es muy estrecho y nos es posible pasar.


 Nos retiramos desequipando la escalada y solo dejamos un pequeño nido de material, para mirar un tubo sobre una colada que llega a la sala y que dejaremos para otro día.

Salimos sacando el resto de material hasta la galería principal, donde dejamos otro nido de material. Son las 17:30 y tomamos el camino de la calle con Zape en cabeza, que sale disparado, a pesar de que dice que se nota la falta de practica de varias semanas sin hacer cuevas.

Sobre las 18:15 todos fuera, con el cielo despejado y el material muy embarrado y con una buena sudada.


 Hacemos las mochilas y de nuevo cruzamos el monte húmedo aún, pero ya no importa mucho ya que nos espera el coche y luego el bar..

No ha sido un día muy provechoso pero hemos cerrado varias incógnitas y aclarado el destino de algunas galerías de la cueva.

 

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