Sábado 5 Noviembre de 2022. Torca de La Calera.
Los días anteriores ha llovido bastante, lo que no nos aconseja ir a algunas cuevas en las que podemos mojarnos y de todas formas parece que solo estamos Zape Y Ángel, por lo que optamos por ir a la cercana torca de La Calera en el Moro.
Finalmente también se suma Pedro, por lo que estamos tres a las 10:00 en el club para recoger el material y el café de rigor en el Willy.
El día esta despejado y aunque el monte esta algo cerrado y húmedo, no nos mojamos mucho para llegar a la boca, por la que entramos sobre las 11:30.
Esperaba encontrar los pozos mojados y con bastante goteo, pero no es así y todo está bastante seco, por tanto una vez llegados a la galería principal, nos planteamos un cambio de planes y decidimos ir a terminar unas escaladas en la zona final de la galería Camino al Sol, donde estuvimos la última vez.
Recogemos material y nos movemos hacia la zona, a través de algunos pasamanos, pequeñas cuerdas ascendentes y un rapel guiado, que ahora hay que remontar.
Llegamos a la alta sala que precede a la zona de punta y aunque solo son las 13:30 decidimos comer y quitarnos cosas de la saca. Terminado el ágape, recogemos más material y reequipamos el pozo estrecho, que nos deja en una sala de suelo de bloques.
Una trepada entre coladas con desfonde y estamos en la base de la escalada. Cae goteo pero no mucho, por lo que podemos trabajar. El objetivo es una zona mas ancha que se ve al menos a 10 m. donde esperamos que la fisura que se ha cerrado mas abajo, se abra y podamos seguir avanzando en ese eje de la cueva, que es muy interesante.
Zape se ata la cuerda y coge los anclajes y yo le aseguro. Los primeros metros, aunque hay colada en la pared, debajo la roca es buena y progresa rápido con los pulse.
Cuando se le terminan los pulse fija la cuerda y Pedro sube para recuperar los que sobran. Baja Pedro y Zape continua escalando, pero esta vez la roca es de peor calidad.
Zape intuye una posible ventana algo mas arriba y se dirige hacia allí.
Abajo ya no le vemos y le vamos dando cuerda, cuando de pronto oímos un estruendo y la cuerda se tensa, esta claro que Zape a volado.. Le gritamos y nos preocupamos por que no responde a la primera llamada, aunque nos alivia oírle a la segunda llamada.
Está un poco mareado y dolorido, parece que en su caída ha chocado contra algún saliente de la pared y se ha hecho bastante daño en la espalda. Le descolgamos hasta el suelo y vemos que parece estar entero, aunque le duele mucho la espalda y duda de si se ha roto alguna costilla.
No sabe bien que ha pasado, si se ha salido un pulse o se ha roto algún mosquetón o que ha ocurrido. Tampoco importa mucho ya lo averiguaremos otro día, ahora debemos irnos para la calle, antes de que se enfríe el golpe de Zape y la cosa se ponga peor.
Empezamos el ascenso y por suerte Zape es de acero y parece que mas allá de un fuerte golpe, la cosa no pinta mal y sube igual que siempre, como un cohete.
A las 16:30 estamos en el exterior y aunque dolorido, todo funciona bien en el cuerpo de Zape, por lo que descendemos hacia el coche sin mas incidente que un tropezón de Zape, que a “burro flaco todo son pulgas”..
Un antiinflamatorio y Zape esta listo para tomar un refrigerio en el pueblo.Parece que todo se ha quedado en un susto, pero del que tendremos que aprender algo o no..
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