Torca de La Calera sábado 9 de Septiembre de 2023
Las campañas de Picos han tocado a su fin y las vacaciones familiares también, por lo que hay tropas disponibles para hacer una entrada al mundo subterráneo. Yo tras un mes de recuperación de una operación de la mano, estoy pensando en probarla, así que también me apunto. Estamos cinco, Marta, Zape, Cristóbal, Pedro y Ángel.
Nos decidimos por una actividad relajada, así que de nuevo volvemos a la puerta de casa, en la Torca de La Calera y como no hay que estresarse quedamos a las 10:00, que algunos hemos estado de fiesta hasta tarde la noche anterior.
Tras el café ritual, ascendemos hacia Zorrocillas, con viento del sur muy cálido que nos recalienta solo con echarnos la mochila a la espalda. El camino con suave ascenso nos permite charlar de temas varios y contarnos las últimas campañas y vacaciones, yo solo puedo hablar de operaciones y cicatrices..
Cuando llegamos al bosque, hay que sacar las tijeras, ya que los espinos han reclamado sus derechos y ocupan buena parte del espacio. Los helechos están un poco más mustios que la última vez pero aun así nos cubren en algunos puntos.
Por fin llegamos a la boca y estamos entrando sobre las 12:00, con Pedro en Cabeza y Zape detrás.
El resto vamos con mas calma y nos reagrupamos en la galería del Reencuentro, donde decidimos hacer dos equipos. Pero antes comemos algo, que aunque no nos lo hemos ganado aún, nunca es mala hora para comer.
Terminado el ágape , los castreños y Pedro se van por el pozo del atajo para llegar a la zona profunda del pozo del Moro, donde dejamos equipados unos resaltes que hay que desmotar y de paso revisar bien la zona.
Cristóbal y Ángel, cogemos el material incluyendo el taladro nuevo de Zape, que se resiste a dejarlo y se despide de él con pena. Subimos por la amplia galería hacia su zona alta, para terminar la escalada que dejamos pendiente la vez anterior. Cuando llegamos a la base de la cuerda que asciende a la punta, descubrimos que no hemos cogido los multi que traemos, y tengo que volver a buscarlos. Mientras Cristóbal asciende y coloca un fraccionamiento y un desviador, donde puede por que la roca es asquerosa.
Cuando llego asciendo a mi vez y llegamos a la reunión, donde preparamos el material para terminar la travesía, que falta para llegar a una repisa al pie de un amplio volumen, donde esperamos encontrar una galería.
Cristóbal coloca algunos pulse en mala roca, pero llega enseguida a la repisa y coloca dos multis en mejor roca. Le sigo desequipando la reunión y la travesía.
Hay que subir un poco, bordeando un pocete para ver la continuación y cuando lo hacemos la decepción es total, ya que solo se ve una rampa vertical, que termina en una chimenea cutre de muy mala pinta.
Colocamos una cuerda para bajar a un desfonde y comprobar que tampoco sigue por allí.
En la vertical, muy alto a más de 30 m. se ve un posible tubo, que confluye hacia la chimenea pero la pared es una especie de mezcla de areniscas, margas y coladas, que hace muy complejo el ascenso.
Decidimos fijar la cuerda y dejar esta puerta abierta, para cuando no tengamos nada mejor que hacer en la cueva y puede que ni aún así, pero de desequipar siempre hay tiempo.
Bajamos y volvemos hacia la zona donde comimos, son las 16:00 y pensamos que el resto de la tropa no debe de tardar, ya que desequipar las cuerdas que quedaban no debería llevarles mucho tiempo. Pasa una hora y no llegan, lo que tampoco nos extraña mucho, teniendo en cuenta que Rastreator va en el equipo.
Finalmente les oímos en el fondo del pozo y poco después van apareciendo. Nos preguntan por nuestra exploración y les decimos que hemos tenido que abortarla, por que el taladro se ha quemado, la cara de Zape se transforma y pareciera que le hemos anunciado una inspección de hacienda. Mantenemos la farsa un rato, pero temerosos de que Zape se eche a llorar, les contamos la realidad de la frustrante escalada.
Ellos en cambio, parecen tener mejores noticias, ya que tras desequipar las cuerdas, han revisado la galería que avanza hacia el noreste, muy concrecionada en algunos puntos.
La vez anterior que estuvimos en esta zona no se hizo una revisión detallada, pero tampoco se apreció aire claro. Hoy parece que han encontrado un par de puntos, donde se nota aire e incluso se oye en alguna estrechez. Seguro que precisa trabajo, pero es posible que podamos encontrar algo interesante en este sector.
Pedro esta muy motivado y propone volver a bajar para instalar un pozo regado, pendiente de otras veces por el agua. Pero el resto no estamos por la labor y pensamos ya en subir, con Pedro de nuevo en cabeza, que al llegar a la cabecera del primer resalte, propone mirar un tubo colgado que se ve en esta cabecera.
Subimos el resto hasta el pasamanos y Cristóbal que sube el último, se ocupa de hacer un paso a la otra pared, que le cuesta mucho con sus cortas patitas y con mala roca para los pulse. Sube a una repisa y coloca más pulses, ninguno de ellos muy fiables, se asoma al otro lado de una cornisa y confirma que el posible tubo está relleno.
Se baja de allí como puede y subimos todos al exterior, a las 17:30 estamos en el exterior, con un fuerte bochorno y nubes de tormenta que nos acechan.
Nos cambiamos y de nuevo con la tijera en la mano, nos dirigimos al bosque con los truenos crujiendo encima de nosotros, lo que me hace pensar en la puntiaguda tijera que llevo en la mano.
Conseguimos llegar al coche sin mojarnos y pensamos ya en la hidratación en la terraza de Willy.
Ha sido una jornada tranquila, ideal para reiniciar la temporada de otoño y como casi siempre en este negocio, con cal y arena..
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