Mortillano 16/11/2024
En el mundo de la espeleo, los franceses suelen llamar “faire une première”, cuando se descubren galerías vírgenes, en las que no ha estado nadie antes. Esto para los espeleos es el sueño que nos impulsa para trabajar duro y superar los obstáculos que las cuevas nos presentan.
Nosotros llevamos años trabajando en la cueva de Rubicera, fascinados por esta bonita cavidad, que exploraron los colegas de la SEII. Hemos dado muchas vueltas, conociendo sus intrincados pasadizos interconectados y laberínticos.
La cueva nos regaló, no sin esfuerzo, el placer de disfrutar de casi 30 Km, de “Première”, que pudimos sumar a los mas de 40 Km. explorados por la SEII.
Estas zonas nuevas en las que hemos trabajado los últimos años, no dan para más. Por tanto de nuevo volvemos a la tarea de revisar las zonas ya exploradas por los colegas, en busca de algún punto que se haya podido quedar olvidado, sobre todo si tenemos en cuenta la tarea ingente que afrontaron los espeleos de la SEII en esta gran red.
Es una actividad a veces frustrante, cuando haces escaladas para llegar a posibles galerías colgadas y descubres que ya se han explorado desde otro punto.
Pero la belleza de la cueva y de sus rincones, siempre merece la pena ser visitados. No es la emoción que provoca saber que estas en un terreno, no pisado y que no sabes a donde te llevará, pero se parece un poco, ya que para nosotros se trata de descubrir los secretos de esta compleja red, siempre con la esperanza de ver algún agujero que no este pisado.
Con esta mentalidad y propósito, hemos realizado este mes de Noviembre dos salidas a la cueva de Rubicera, de la primera de ella va este artículo.
Este sábado solo estamos dos individuos, Zape y Ángel, así que optamos por ir a Rubicera para terminar la escalada pendiente en la galería de la Cerradura. Es un posible tubo, con pocas posibilidades de continuación, pero no podemos dejar la zona sin intentar mirarlo.
Quedamos a las 9:30, en el club y recogemos mas pulse para unir a los de Zape, luego vamos hasta Ason, donde tomamos café en el Coventosa y subimos, es un día fresco por la mañana con 7 grd en Ramales, pero que va subiendo rápidamente con algo de sur.
Salimos de la furgo sobre las 10:45. En la rampa de yerba vemos que está muy erosionada por las cabras y las cornisas presentan más zonas hundidas y muchas zarzas. Las cuerdas están regular en algunos puntos.
Llegamos a la boca que sopla bastante, nos cambiamos y para dentro sobre las 12:00. Con una marcha ligera al ser solo dos y de piernas largas, mientras charlamos de temas varios.
Llegamos a la zona de la cerradura sobre las 13:30, seleccionamos material de lo que hay allí y comemos algo, que luego nos liamos y pasamos hambre.
Vamos por la galería hasta la zona de la escalada, que acomete Zape con buena roca, por lo que avanza rápido y con una reunión intermedia en un gran puente, llega a lo alto, para confirmar que no hay nada. Bajamos dejando dos dynemas y dos placas.
Valoramos si hacer otra escalada más adelante pero el techo baja mucho y no merece la pena.
Son las 16:00 y nos volvemos pensando que podemos hacer. Decidimos bajar un rato por el río de la travesía, para revisar posibles niveles colgados
Recogemos 3 cuerdas de 25 m. y el material de instalación con idea de subirlo hasta el nido de material al inicio del río.
Bajamos al río, dejamos las sacas y caminamos rio abajo, con algunos puntos en los que el agua nos llega a las rodillas.
Pronto vemos repisas superiores con galerías. Zape sube a una y encuentra hitos y puntos de topo. Esta claro que los colegas de la SEII han hecho un trabajo concienzudo y será difícil encontrar una nueva “Première”
Vemos otras zonas en general en la margen izquierda, que no tienen rastros de subida, aunque pueden ser solo bucles. Uno de estos tubos superiores, tiene a continuación una zona de bloques caídos sobre el río, lo que puede indicar galería superior, pero es solo teoría. Habría que subir al tubo y esperar que no hayan llegado por otro sitio. En cualquier caso puede ser un objetivo para el futuro.
Llegamos a una zona ancha donde a la izquierda hay una gran repisa a 1,5 m de altura y llega una galería amplia con aire que nos da en la cara. Subimos por ella sobre un estrato de arenisca y que va haciendo curvas, estrechándose un poco hasta los 3 m. y unos 4 m. de alto. En algunos puntos llegan fuertes goteos y corre un pozo de agua por el suelo.
Llegamos a una amplia ventana sobre una gran sala, y se oye un río. Parece que hemos llegado a la sala del Rio Perdido por otro camino. Vemos viejos spit que nos indican que han bajado por allí a la sala, con un resalte de unos 20 m. hasta una rampa de piedras.
Con los focos intuimos el río al otro extremo y sobre él lo que parece galería colgada aunque no está claro. Llega mucho aire.
Volvemos y bajamos más por el río hasta un cruce, donde a la izquierda, una fisura alta se hace mas ancha arriba, pero hay que escalar y no vemos huellas, por abajo el meandro es estrecho pero Zape avanza un rato sin tener claro si está mirado o no..
Yo mientras sigo hacia abajo. Allí mismo el rio se incrusta en los estratos con 1 m. de ancho, pero se sigue por arriba manteniendo en nivel por grandes cornisas. En un punto hay que saltar el desfonde para pasar al otro lado. La zona tiene unos 7 m. de ancho y 3 de alto. Es el inicio de la galería Real
Pronto se convierte solo en un meandro de 1 m. de ancho sobre suelo de areniscas, que va haciendo giros, hasta una salita en forma de gran gours fósil, que hay que destrepar por la derecha. Siguen otros tramos de meandro con giros y nueva salida a gour con destrepe, donde me paro para esperar a Zape que no llega.
Vuelvo y llego al cruce, pero no oigo a Zape hasta un rato después, resulta que él ha seguido por el rio hasta que cubría mucho.
Volvemos hasta la cuerda donde están las sacas y de allí salimos sobre las 18:15, hacia el exterior, de nuevo ligeros al ser pocos y no tener que esperar en los pasos y cuerdas.
Llegamos a la calle en 1:45 h. y la noche esta agradable con luna llena y buena temperatura, aun nos queda otra hora de camino, con alguna cuesta que nos hace sudar de modo que llegamos al coche sobre las 21:15.
Bajamos a Ason y cenamos cabrito donde Margari para recuperar las fuerzas.
Ha sido un buen día de espeleo, que no nos ha regalado ninguna “Première”, pero si bonitos rincones para recorrer y algún posible objetivo que nos ilusiona.
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