miércoles, 28 de marzo de 2018

Bajo la Tormenta

 Sabado 10 de Marzo de 2018


El día no tiene un buen pronóstico de tiempo pero como no tenemos nada mejor que hacer, decidimos ir a Rubicera para terminar la exploración del último día. Solo estamos Marta , Zape y Angel y no nos damos mucha prisa, por lo que tomamos unos cafés en el bar de Wili, antes de salir.
En el embarrado aparcamiento completamos la mochila e iniciamos la marcha con bastante viento y algo de llovizna, pero sin problemas llegamos a la boca.
La marcha hasta la zona de trabajo es tranquila pero el hambre nos ataca y paramos a recuperar fuerzas antes de la tarea.
Foto Zape

Mientras Zape se dirige a instalar el obstáculo, Marta y yo comenzamos la topo y la revisión de una estrecha gatera que más adelante nos deja en una ventana sobre la galería principal.
Volvemos al cruce más allá del pozo y nos encontramos con Zape que vuelve tras comprobar que la ventana vuelve hacia el pozo sin más interés. También ha revisado dos meandros que parten de una salita y que Marta y yo volvemos recorrer para hacer la topo.

Foto Zape

Nos retiramos haciendo alguna foto y desequipando el pozo y su pasamanos.
Como es pronto decidimos ir a completar la exploración de un pozo cercano que dejamos pendiente hace tiempo y con algo de material, porque es bastante regado.
Tras subir una cuerda llegamos al meandro desfondado que termina en el pozo, donde Zape instala algunos fraccionamientos y baja a su fondo, comprobando que el agua se pierde por una zona estrecha.
Desequipamos la zona y volvemos con el material recuperado.
Decidimos volver por otro camino y revisar algunas de las galerías exploradas por la SEII. Cuando llegamos a la zona estudiamos alguna escalada  ya realizada y localizamos unos amplios tubos que yo no conocía.

Foto Zape

Es una zona bonita con grandes tubos freáticos de suelo arenoso y con muchos restos de corales en sus paredes. Algunos cruces separan galerías pero todas terminan en derrumbes que cortan el paso. También aparecen bonitas formaciones que fotografiamos. Pienso en cuanto tuvieron que disfrutar los chicos de la SEII explorando esta bonita zona de la cueva.

Foto Zape

Llegamos a la boca ya de noche y el tiempo ha empeorado mucho con lo que nos espera un fuerte viento con agua nieve que parece nos tiran a paladas..
Foto Zape

Llegamos al coche en medio de la ventisca y ni siquiera intentamos cambiarnos y bajamos rápidamente a Asón , donde nos cambiamos bajo un balcón y nos vamos a cenar una sopa caliente donde Margari.
El día no ha sido muy productivo aunque han salido 190 m. de topo y hemos conocido unas bonitas galerías…. De que nos vamos a quejar..

lunes, 5 de marzo de 2018

Dias de Sur

Sabado 03 de Marzo de 2018



El viento sur ha vuelto con fuerza a la comarca y ha retirado la nieve que cubre el Mortillano, por lo que volvemos a la carga con las exploraciones.
Decidimos realizar algunas escaladas en zonas fósiles para no bajar a los ríos que aun estarán cargadillos con el desnieve.

Cardin deja aparcada su intensa vida social y viene en esta salida. También están Cristobal y su hija Maider, que nos acompañarán un rato en la pista de acceso.
Hacemos la parada ritual en Ason para el café y llegamos al embarrado aparcamiento con fuerte viento y alguna gota de agua..
Cristobal y Maider se despiden hasta la noche y continuamos el camino hasta la boca.
Zape se ha comprado un reloj de esos que te miden hasta los gases que sueltas para la bici, pero ha decidido probarlo en la cueva a ver que sale..
Vamos con calma y son casi las 12:00 cuando entramos en la cueva, esto parece horario madrileño, pero como vamos muy cerca, la cosa no es preocupante..
Llegamos al nido de material y repartimos la tarea, Zape y Cardin se quedan allí mismo para hacer una larga escalada con travesía a unos posible tubos.

Marta y yo bajaremos a una galería inferior para escalar a un tubo a presión que cruza por encima de una galería a ver que hay al otro lado.
Cuando llegamos comemos algo y clavo los primeros anclajes lo mas alto que puedo, lo que le ahorra a Marta dos pasos que alguna ventaja tienen que tener ser grande en este negocio.
Marta inicia la escalada con su alegría e ilusión habitual, disfrutando del bonito techo de pendand. Pero pronto llega al otro lado de la galería y el supuesto tubo se queda en fisura, por lo que solo queda desequipar y a otra cosa.
Volvemos con el equipo masculino que ha terminado su escalada y Zape ha llegado a los tubos, pero tampoco parece que lleven a ninguna parte.
El team mixto nos vamos a otra galería cercana donde creo recordar que había una antigua escalada de la SEII que quiero revisar. Pero llegados allí descubro que mis recuerdos se han cruzado y no es en esta galería donde está, el alzhéimer galopante hace de las suyas. De todas formas revisamos la galería y Marta sube por un estrecho paso entre bloques y al poco dice que ha llegado a otra zona conocida de la cueva.

Volvemos por la galería y decidimos hacer una escalada a un alto techo de la galería y de donde parte una amplia chimenea.
Comienzo la escalada por una rampa de colada con algunos anclajes naturales pero pronto se pone vertical y precisa usar los estribos. Llego a lo alto de la galería sin ver nada interesante y Marta sube para continuar la travesía hasta la base de la chimenea.
Cuando llega a la base oímos por encima a Zape que ha alcanzado lo alto de la Chimenea, a través se unos estrechos meandros en los niveles superiores.
Por tanto de nuevo la escalada ha resultado inútil, cosa que empieza a resultar una costumbre, así que desequipamos y volvemos a la zona de la cita, donde nos esperan los chicos y nos detallan sus última actividades.
Han revisado algunas zonas que les han llevado a galerías ya exploradas por la SEII, por lo que no hay nada nuevo que destacar, mas allá de ir conociendo este laberinto de niveles.

Dejamos material e iniciamos el retorno, pero paramos a ver el meandro que ha conducido a Zape sobre el tubo, donde ha visto al otro lado algún posible meandro sin revisar. Se instala la travesía y Zape alcanza el primer meandro que se cierra pronto, pero el segundo, parece seguir y tarda un rato en volver.

Cuando regresa dice que ha seguido en dos direcciones que parecen cerrarse, pero queda pendiente atravesar por otro lado el pozo a una posible continuación.
 
Dejamos equipado y hago algo de poligonal para enlazar esta zona con otra parte de la que disponemos poligonal.
Salimos a paso ligero que Zape va controlando sus pulsaciones y la espeleorunning tienen sus exigencias..
A las 20:00 estamos en la boca donde en viento y la lluvia nos dan la bienvenida y nos acompañan hasta el coche y nos estimulan para cambiarnos rápidamente. El superreloj de Zape nos informa de que hemos consumido 3700 calorías en 10 horas de actividad, por lo que se hace urgente recuperar esta perdida con una buena cena donde Margari, junto con Cristobal y Maider que han subido a buscarnos.
Cardin y Zape recuperan las calorías comiendo dos platos de cocido cada uno y rebañando el plato de Maider .
Continuamos la rehidratación con unos Cristalitos en el bar de Wili.
Resumiendo un día mas de desencantos y esperanzas en la vida de unos espeleólogos…

martes, 23 de enero de 2018

La exploración siempre da sorpresas...

Días 20 y 21 de Enero de 2018


Marta tiene mono de cuevas y toca arrebato para ir de vivac a Rubicera. Los pronósticos a principio de semana eran muy malos y vista a experiencia de la vez anterior es para pensarlo, pero finalmente la cosa mejora y no dan lluvia para el sábado .Nos juntamos cinco satélites para ir un par de días de exploración. Cristobal, Zape, Marta, Angel y Olga de Logroño que ha vuelto hace poco de un viajecito de cinco años en bicicleta por todo el mundo y se reincorpora a la espeleo.
Vamos tarde, ya que en Asón, Chichi ya ha terminado de pelar las patatas del sábado y nos sirve el café ritual..
El aparcamiento habitual está muy embarrado y dejamos los coches mas lejos, completamos las mochilas y salimos a las 10:30 camino de la boca con un fuerte viento.
Llegamos sin novedad a la boca y tras cambiarnos iniciamos con calma el camino al vivac, tratando de explicar a Olga la configuración de las galerías por donde pasamos. El río esta alto pero no mucho, por lo que casi todos llegamos al vivac sin meter la pata, menos el Cañetero, que ha estrenado botas de siete leguas y no atina con los charcos.
Comemos en el vivac y salimos hacia la punta , pasando junto a las cascadas del río Toxe que viene bastante cargado y ruidoso.

Foto Marta
Llegamos a la zona del P70, donde los andaluces seguirán con su largo pasamanos en busca de una posible galería al otro lado del pozo.
Foto Marta

Los tres restantes nos dividimos en dos equipos, mientras Zape y Angel, escalan un amplio tubo, Olga revisará un laminador cercano que vimos la última vez.
La escalada es sencilla y pronto llegamos a un laminador horizontal , que corta el tubo unos 17 m. mas arriba. Mientras Zape revisa un desfonde lateral veo una luz y me doy cuenta de que es Olga que llega al mismo punto por el laminador que esta recorriendo.
Foto Marta

Nos juntamos y mientras Olga asegura a Zape, en otra corta escalada a lo alto de la fisura, yo voy haciendo la topo. La escalada no lleva a ninguna parte y nos retiramos topografiando el laminador y desequipando la escalada. Al llegar a la sala de la Momia Verde, Olga descubre un par de fósiles de amonites.
El trio calavera vamos a revisar una cornisa elevada sobre la galería que lleva al P70, mientras oímos a los andaluces que están desequipando el pasamanos tras no llegar a ninguna parte o mas bien a otro pozo paralelo al P70.
Foto Marta

En el impás llevo a Olga a visitar el oso que encontramos hace unos años cuando llegamos a esta zona. Marta le ha contado “maravillas” del “cadáver” del oso, pero lo ha hecho en andaluz, por que Olga se espera encontrar casi a un oso rugiendo entre los bloques, por lo que cuando le enseño los blancos huesos, parece desilusionada..
Volvemos donde Zape y le aseguro en una travesía delicada hacia uno tubos. Terminado e paso le sigo y llegamos a un desfonde sobre el P70, por un cruce seguimos hasta alcanzar otro desfonde sobre el pozo. El resto de tubos son demasiado pequeños y nos retiramos topografiando la zona.
Nos reunimos todos en la galería principal y tenemos una montaña de material que sacar de allí. Afortunadamente una parte se quedará cerca para una futura revisión de un meandro que hay en las gateras y otra parte algo mas lejos para otra escalada que hemos decidido acometer para revisar unos tubos.
Ascendemos el pozo de conexión con la sala y seguimos por las zonas bajas hasta la salita redonda que hay en esa zona. Zape husmea y revisa una fisura que corta la sala y en cuyo lateral parece que se agranda lo suficiente para intentar pasar.
Cristobal fuerza el paso y desaparece durante un buen rato, lo que siempre es buen síntoma. Retorna y de primeras dice que no hay nada, pero ante nuestro escepticismo confiesa la verdad y habla de una bonita y amplia galería.
Foto Marta

Foto Marta

Es tarde y estamos cansados, pero el hambre de exploración es mas fuerte y decidimos hacer al menos un tramo de topo a ver como evoluciona esta “galería Escondida”. Entran todos por la estrecha entrada sin problemas pero yo no estoy tan estilizado y mis costillas no pasan por la parte alta donde han entrado ellos. Afortunadamente cavando por debajo del paso en el grijo, es posible arrastrarse y consigo pasar por la gatera descendente hasta un resalte en cuyo fondo una gatera ascendente con grijo en el suelo termina en una galería de mas amplitud con un cruce que lleva a un pozo estrecho. Siguiendo a la derecha la galería aumenta de tamaño y una salita con un destrepe y otro pequeño pozo en su base, da paso a una bonita galería de unos 4  m. de ancho por 2 m. de altura, con suelo arenoso y muy cristalizada de gran belleza con paredes brillantes, que desciende durante mas de 300 m. Olga que va en punta adelantada vuelve con malas noticias indicando que la galería se cierra y no ha visto ninguna continuación.
Avanzamos topografiando y se confirma el fin de la ilusión. Volvemos revisando todos los cruces y haciendo alguna foto a restos de posible lirones , aunque parecen mas pequeños y alargados que los habituales que vemos en otros puntos.
Foto Marta

Zape entra en una estrecha gatera y avanza hasta salir a mitad del primer pozo, donde habla con los otros y cierra la poligonal.
Salimos de esta nueva zona, algunos con mas facilidad que otros y tras beber un poco, emprendemos el camino de retorno al vivac, dejando otro nido de material para la escalada prevista.
Foto Marta

Por fin a las 00:30 estamos en el vivac tras una actividad de 14 horas, que se ha saldado con 528 m. de nuevas galerías exploradas, algunas muy bonitas.
Mientras cenamos Olga nos cuenta historias de la Siberia invernal y los problemas que conlleva sobrevivir con esas temperaturas bajo cero, donde hasta las cosas más sencillas se convierten en una experiencia. Por tanto las incomodidades de nuestro vivac 5 estrellas, no nos parecen tan grandes después de lo escuchado a Olga.
Sobre las 02:00 estamos en el saco pensando en la comilona que nos daremos mañana en Ason, si es que nos levantamos a tiempo.
Son casi las 10 cuando nos levantamos y preparamos el desayuno y dejamos el vivac listo para revista. Hay una montaña de material en el vivac que hay que ir moviendo hacia la calle u otros puntos de la cueva en exploración.
Cargamos lo que podemos e iniciamos la ascensión hasta los niveles superiores. Llegamos al río que también esta crecido pero no tanto como la última vez y pasamos sin problemas hacia la galería del chocolate, donde llegamos solo los chicos. Tras un rato de espera Cristobal se vuelve a buscar a las chicas y yo le digo que seguramente están entretenidas mirando las anotaciones del libro de la travesía del Acebo.
Finalmente resulta que el “Triangulo de las Bermudas”, se había tragado a Marta de nuevo.. para que luego digan que el hombre es el único que tropieza dos veces en la misma piedra…
Rescatadas las intrépidas exploradoras ascendemos el pozo y  Zape y yo revisamos algunas posibles escaladas, mientras Olga visita por su cuenta alguna galería lateral.
Hacemos un nuevo nido de material para otras exploraciones y tomamos rumbo a la calle salivando pensando en la comida.
Foto Marta

Llegamos alas 14:30 a la boca y con buen tiempo para variar caminamos hasta el coche y de seguido al bar de Margari, donde somos torturados por la espera necesaria para conseguir mesa y saciar nuestros más bajos instintos, aunque Zape esta a dieta y solo se come dos platos de cocido y trata de robar el postre de Marta..
Así como casi siempre termina esta historia de espeleólogos… Bueno falta lo de lavar el material, curar los golpes, pasar la topo y fanfarronear en el bar…

viernes, 29 de diciembre de 2017

Inocentada 2017 (26 al 28/12/17)





 Fotos: Gelo.

Como Wychy tiene vacaciones, hay prevista expedición a Rubicera; expedición, y sin subvención (que cantaban Tijuana in Blue). Tras el papeo navideño, pocas ganas hay de entrar, pero como andamos sin internet en el pueblo, y ya no sabemos qué hacer sin cobertura, pues para adentro. A las seis de la tarde nos encontramos en el club Gelo, Wychy y yo, con poco ánimo, pues el viento y la lluvia parecen invitarnos a que nos vayamos al bar. Por aquello del "qué dirán" nos subimos hasta los Collados, esperando que el temporal arrecie y nos dé una excusa lo suficientemente buena para volvernos. Pero al llegar arriba, amaina algo. Además, volverte a casa por una tormenta con un nombre tan moñas como "Bruno"... Si fuera "Ramón", o "Manolo", o algo más viril... Pero "Bruno", no jodas...

Aprovechamos la tregua para llegar hasta Rubicera, y vamos poco a poco hacia el vivac, aprovechando que hoy estamos el pelotón de los lentos. El río baja con un nivel normal, lo que nos tranquiliza un tanto, ya que la previsión es de mucha agua para los próximos días, y pensábamos que quizá se juntara con el desnieve; pero parece que éste ya ha ocurrido.



Ya en el vivac, preparamos un menú-degustación de productos caducados (la tónica general para estos días), y nos dedicamos a realizar un análisis semiológico del discurso navideño del rey, además de discutir sobre el concepto de la postverdad y... Bueno, vale: nos bebemos una botella de vino, y la mayor parte del orujo que ha bajado Wychy (y, de postre, las rosquillas que le ha robado a su hijo Erik), y cotilleamos sobre las novedades del pueblo. Pero que conste que también podríamos tener conversaciones cultas, lo que pasa es que no queremos... El alcohol y la dormidina ejercen su magia, y caemos como troncos hasta el día siguiente. 

A eso de las nueve nos levantamos, nos chutamos la correspondiente cafeína, y para la punta, con el piloto automático puesto, que ya tenemos muy vistas estas galerías. Tras una hora de camino por ellas llegamos al P.40 que nos deja en la salida de las gateras (la antigua vía de acceso a la punta). Allí Gelo, inquieto él, se encarama a una grieta que nos había pasado desapercibida, y encuentra un laminador que continúa. Tomamos nota, pero lo dejamos para otro día, pues el objetivo es tratar de acabar lo que hay en el fondo del gran P.70 que hay poco después. 





Tras bajarlo, nos encaminamos primeramente a mirar una posible escalada en la gran galería que va dirección Norte; esta se colmata, pero una chimenea lateral pudiera permitir evitar el tapón. Poco antes de ella, revisando un desfondamiento tapizado de bloques, encuentro una diaclasa que cae unos cinco metros, en cuya base aparece un laminador. Lo sigo un rato y doy a un dédalo de galerías y gateras. Vuelvo, y decidimos en primer lugar acabar una zona de gateras en una escalada, que Zape y el Momi habían dejado pendientes en la última entrada.


Vamos hasta allá, y subimos por una rampa con piedras que habían dejado instalada, retomando la topografía donde la habían dejado. Tras arrastrarnos miserablemente por unos cuantos conductos que acaban volviendo sobre sí mismos, concluimos la exploración en esta zona (con algo más de cien metros de topo) y nos bajamos, desmontando Wychy la instalación en doble.



Volvemos a la otra punta y, tras comer, decidimos dividirnos: Gelo y Wychy harán la escalada por la chimenea, y yo me iré a topografiar la red de galerías; puto coñazo topografiar solo... Así que me voy para allá con los trastos: el laminador tras la diaclasa pronto se convierte en un tubo de unos 3 metros de alto por dos de ancho, rellano de un barro seco y con tendencia descendente; parece la típica red que se genera por pérdidas entre dos niveles de galerías, y tiene toda la pinta de acabar dando al nivel inferior que se colmata de barro por todas partes. Pronto comienzan a surgir cruces a izquierda y derecha, y me dedico a esparcir puntos de topo y reflectantes por todos lados. Finalmente, llego a un lugar donde aparece un estrato de arenisca y rojiza, y poco más allá aparece un pozo que requiere cuerda. Toca volver... 



Justo en la base de la diaclasa me encuentro a Gelo y Wychy: han escalado más de 30 metros por la chimenea, pero finalmente se cierra. Valoramos qué hacer, y pese a que da pereza, optamos por ir a bajar el pozo para tratar de dejar finiquitada la zona. Allá vamos, con Wychy en la punta instalando; y como dicta la estadística, apenas diez metros más allá de donde lo había dejado, la galería se colmata completamente de barro, acabando la exploración, tras casi medio kilómetro de galerías en esta zona.





Comienza la lenta retirada, bien cargados de material, pues toca sacar lo que llevábamos más el material que había puesto en la escalada de Zape. Subimos pausadamente el 70, que desinstala Gelo, y en la cabecera hacemos recuento de material y bebemos (hemos llegado un tanto deshidratados, pues toda esta zona es sequísima). De camino al pozo de 40 Gelo intuye un tubo ascendente que se nos había pasado, y pajareamos un poco por allá, mirando unos tubos rellenos de arena. El tubo principal requiere una fácil escalada, quedando pendiente para otro día pues es tarde ya.

Dejamos material en la base del P.40, para mirar un meandro que hay cerca del inicio de las gateras de arena, y subimos piano piano. A eso de las 23:30 llegamos al vivac, tras casi 14 horas de marcha. La gran cascada que hay junto al campamento no parece haber crecido nada, si acaso decrecido: parece que lo de "Bruno" va a ser el típico bluff metereológico...

Ya en el vivac seguimos con el festival de la caducidad, y hacemos un gran descubrimiento: los gilipollas de los homeópatas tenían razón: el agua tiene memoria (hay que contárselo al escéptico de Tim Minchin). Y es que sólo así se explica que, tras cocinar cuatro cosas diferentes (dos sopas y dos pastas en ambas noches) la última pasta siga sabiendo a la primera sopa; claro que el hecho de reaprovechar continuamente el agua quizá tenga algo que ver. Agotamos el vino, el orujo y la dormidina, y para el catre a eso de la una de la mañana.

Nos levantamos con bastante calma, pasadas las nueve de la mañana. La cascada tampoco parece haber cogido más volumen de agua, así que la salida se prevé tranquila. Desayunamos, hacemos recuento de material y dejamos todo (más o menos) organizado, y comenzamos el regreso a la calle sacando alguna foto. En un par de sitios donde hay agua cerca, el rumor parece bastante mayor que de costumbre, y comienzo a tener la mosca detrás de la oreja. Cuando llegamos al río de Rubicera, sorpresa: va bastante crecido. Aunque no son muchos los metros que hay que remontar por él, en un par de puntos se pone complicado. De hecho, en el punto en el que se juntan ambos aportes es imposible avanzar por el cauce, por lo que nos toca avanzar malamente en oposición un par de metros por encima, rogando por no caernos y sufrir la inocentada del año. Justo al abandonar el río, la fuerza del agua deja alguna imagen espectacular.




Finalmente llegamos a la zona fósil, y desde aquí avanzamos hasta la salida, para disfrutar de un pequeño chorrete en el paso de la lavadora. En la calle nos espera un vendaval de viento, que afortunadamente no trae demasiada lluvia. Hasta las cabras se han refugiado del desapacible clima en Rubicera. Retornamos por los pasamanos, con cuidado por las fuertes ráfagas de viento, que mueven al agua de la cercana cascada del Asón de una manera espectacular. Podemos ver cómo Bruno al final se ha debido portar como un hombretón, y ha cumplido con el pronóstico, muy a nuestro pesar.










En fin, para mantener las añejas tradiciones nos acercamos a comer donde Margari, y recuperamos fuerzas con alubias y filete, prácticamente lo primero no caducado que comemos en tres días; y de postre, algún aguerrido miembro de la exploración se pide un sol y sombra (esto ya pasa del tradicionalismo al carlismo). Todo es poco para engañar a las articulaciones, pues tras levantarnos de la mesa parecemos "madelman" (por lo rígido, no por lo machotes). En fin, con un poco de suerte no nos tocará volver a sufrir hasta el próximo año...