01 del 05 de 2021
Continúo el relato de nuestras exploraciones en la Torca de la Calera, durante las semanas de restricciones de la pandemia.
Este sábado estamos cuatro para continuar las exploraciones, pero el pronóstico del tiempo da lluvia, así que es posible que empecemos el día mojados.
En el club cogemos una cuerda de 72 m. y 15 anclajes más y nos vamos al Wili a tomar el café ritual. Poco después partimos hacia la cueva donde llegamos sobre las 12:00 y por suerte sin mojarnos, nos cambiamos y para dentro.
En una hora estamos en la sala de la Encrucijada donde recogemos todo el material que hay en ese punto y continuamos descendiendo camino de la galería de Los siete Magníficos, donde el meandro final nos complica un poco el camino. Bajamos los pozos y llegamos al nivel de bloques, donde lo dejamos la última vez en cabecera de un largo pozo.
Sacamos las viandas y comemos algo, antes de que Zape comience la instalación de la cabecera entre bloques. El pozo pronto se divide en dos, a la derecha una rampa pegada a una fractura se ciega 15 m. mas abajo. A la izquierda una vertical por la que cae algo de agua también se termina cerrando 25 m. mas abajo.
El pozo que nos pareció la última vez muy largo y amplio ha resultado mucho más pequeño y sin ninguna continuación, por lo que la gran acumulación de cuerda y anclajes que hemos traído, solo sirve para salir bien cargados de allí, pero este negocio es así. Topografiamos e iniciamos el ascenso desinstalando toda la zona.
Llegados al p30 Marta y Zape se adelantan, para ir instalando un pozo que nos detuvo al final de la galería del Ovni. Pedro y yo desequipamos el p30 y los pasamanos que hay después, ascendemos hasta la sala de la encrucijada y nos encaminamos, detrás de los castreños por la bonita galería muy bien decorada, incluyendo el disco de un metro de diámetro que da nombre a la galería.
Esta amplia galería esta cortada por un amplio pozo chimenea con un fuerte goteo y comienza por una rampas de barro, tierra y colada que Zape va equipando con pasamanos y resaltes, hasta una repisa. En esta una pequeña sala tiene una bonita colección de formaciones de macarrones.
Los demás le seguimos topografiando y tras una vertical de 10 m., ponemos pie en la amplia base del pozo con bloques, entre los que se cuela el agua. Esperábamos encontrar alguna galería siguiendo la dirección de la galería principal, pero no hay nada.
Una trepada en la misma dirección que traemos, si que da a acceso a una galería alta pero estrecha, que pronto aparece cerrada por bloques.
Un paso entre los bloques nos permite pasar al otro lado del tapón, donde se sale a una galería pequeña con coladas, que poco después conecta con otra galería, más amplia que a la izquierda tienen un meandro estrecho que podría seguir por arriba. Mas adelante un giro a la izquierda con grandes bloques, tiene un pocete a la izquierda que podría llevar a un nivel inferior. En la curva a la derecha, Pedro entra en una gatera que precisa desobstruir para pasar.
Siguiendo galería se llega a amplia sala con muchos bloques y bonitas banderas en el techo. A la izquierda otro pequeño meandro colgado precisa corta escalada. La galería se cierra poco después por bloques y colada con bonitas formaciones. No se aprecia aire.
Son las 19:00 y toca salir de allí, con parada para contar material en La Encrucijada y a las 21:00 todos en la calle. El tiempo tiene mala pinta y camino del coche la lluvia nos alcanza y nos putea para cambiarnos.
La hora de cierre de los bares está próxima y nos tememos que no podamos cenar nada. Pedro se ha buscado la vida y ya tiene encargado su bocadillo favorito para que se lo lleven a casa.
Nosotros intentamos sin éxito tomar algo en el pueblo así que para casa, esto del toque de queda nos está dejando sin los rituales propios de la espeleo..
Porca miseria…
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