jueves, 31 de diciembre de 2015

La Gran Migración, capitulo I

Rubicera 26 de Diciembre de 2015



Tras una larga temporada sin pisar Rubicera , volvemos para iniciar la Trashumancia  del material y del vivac hacia la zona del río Totxe.
Nos juntamos Pedro Merino, Cristobal, Moises y Angel caminando hacia la boca con un fuerte viento del sur, que solo dejamos atrás cuando entramos en la cueva sobre las 11:00. Avanzamos con una animada conversación poniéndonos al día de nuestras respectivas vidas, ya que algunos hace tiempo que no nos vemos.
Una hora después estamos en el nido de material que dejamos al inicio de las nuevas redes. Las sacas cogen mucho peso y las conversaciones disminuyen camino del P30 que descendemos por dos cuerdas para agilizar el avance que de nuevo se ve frenado por las estrechas diaclasas que tenemos delante y que nos obligan a gatear en algunos tramos.
 
Pasamos por el libro de la travesía del Acebo, y leemos algunos de los mensajes dejados por los grupos que han pasado por allí. Nos llama la atención la solidaridad de los fumadores de todo tipo de sustancias con los colegas, a los que dejan “material” para sobrellevar los esfuerzos que requiere la travesía.
Continuamos río abajo admirando como siempre la belleza de este tramo y equipando alguna pequeña cuerda que nos permita pasar sin mojarnos en las vadinas profundas.
Más adelante abandonamos el río y ascendemos a las galerías de la SEII, donde Pedro y yo, que nos las conocemos , quedamos impresionados por el tamaño y sobre todo por su característica forma de T invertida que conforma casi todo el recorrido hasta llegar al techo de la gran sala. Descendemos la cuerda y comemos algo en la sala antes de arrastrarnos por las gateras pedregosas que conducen a las galerías de “Los Mares de China”, aunque la pesada saca se empeña en engancharse en todas las esquinas. Por fin salimos a la zona más amplia y bajamos el pozo de la escalada de los Andaluces, en cuya base nos espera otro nido de material, del que tomamos algún elemento más.
 
Un corto tramo de galería bellamente decorada por formaciones y de nuevo otra gatera pedregosa esta vez ascendente, que nos hace resoplar tirando de la saca, pero no es muy larga y por fin podemos ponernos de pie y caminar por una bonita galería hasta oír el sonido de las cascadas del rio Totxe.
Alguna arrastrada corta más y llegamos a la cabecera de los meandros por los que pensamos circula el río y que solo habíamos bajado un primer pozo de 20 m. Mientras Cristobal y Moi, instalan y descienden por el meandro, Pedro revisa una gatera y yo busco y buen lugar para colocar el vivac.
Cuando Pedro vuelve sin nada interesante que destacar, revisamos los caos de bloques por los que llega el río y cada uno por un lado acabamos llegando a una sala superior a la que llega el rio, desde una estrecha chimenea y a través de otro caos de bloques que cubre el techo. La búsqueda por el caos no tiene éxito, pero en un lateral vemos unos tubos muy rotos llenos de derrubios, pero con varios cruces y salas pequeñas. Su revisión nos lleva un buen rato y sudores, aunque no dan para más, habrá que volver a topografiarlo ya que serán más de 150 m. de galerías.
 
Bajamos por otro lado hacia la galería superior y localizamos un lugar perfecto para el vivac con suelo arenoso y más o menos llano. El tema del agua será más delicado ya que para bajar al desfonde donde llega el río habrá que instalar cuerda lo que siempre es un coñazo.
Vamos en busca de los otros que están saliendo del meandro y aunque no han bajado mucho, hablan de que tiene buena pinta, con varios cruces con aportes e incluso algún posible nivel colgado. También piensan que el caudal que baja por el meandro es menor que la que llega del río Totxe, por lo que puede que no se trate del mismo cauce habrá que “investigar”, que es la gracia de estas actividades que hacemos en nuestro tiempo libre y por lo que penamos arrastrando pesadas sacas y aguantando las fugas gaseosas de los individuos que tenemos al lado.
Anotamos el material que dejamos e iniciamos con calma el regreso en una animada conversación, que hace más amena la marcha de unas 3:20 horas hasta la boca de Rubicera.
 
Cerca de la boca empezamos a olor a humo y nos tememos que los fuegos que asolan la comarca se hayan cebado en la ladera de la cueva, lo que sería un verdadero problema para poder volver al coche. Afortunadamente para nosotros pero no para el valle, el fuego es en la ladera de enfrente donde una larga lengua de fuego ilumina la noche y llena de humo todo el valle. En días posteriores arrasará toda la vertiente oeste del Asón en ese tramo, convirtiendo el más bonito rincón de la comarca en una negrura de ceniza. Una prueba más de la “estupidez”, del ser humano y de que las “tradiciones”, no son buenas per se y en muchos casos son cosas a erradicar y olvidar.



 
Iniciamos el camino de retorno hacia el coche con una animada y muy divertida conversación sobre las “experiencias”, en las noches de fiesta etílica y las diversas técnicas de ligue conocidas, aunque por mucho que nos devanamos la cabeza solo podemos llegar a la conclusión, ya conocida de que son “ellas”, las que con su desconocido criterio deciden quien “moja” y quien no. Claro que hay alguno de nosotros que tiene más que contar que otros.. El mundo nunca ha sido justo..
Llegamos al coche sobre las 23:30, tras más de 13 horas de actividad que terminamos cenando unos huevos con patatas donde Margari..
 
















Nos espera un próximo capítulo de la Migración hacia las nuevas redes, donde quien sabe qué futuro nos espera, pero seguro que habrá sudor, maldiciones y quizá alguna fuerte sensación al pisar terreno virgen… vamos lo de siempre..