viernes, 29 de abril de 2022

Rejos y Rafas

 Sabado 23 Abril de 2022

El fin de semana se presenta pasado por agua, por lo que decidimos pasar el día en la cueva Cullalvera, que tiene un acceso cómodo y rápido.

Nos juntamos seis, incluida la sección juvenil del AER, ya que nos acompaña Maider, que ya casi está más alta que su padre, aunque el reto no es muy difícil claro. Al final tenéis la versión de Maider de esta historia.

Tras recoger material en el club, la primera parada inevitable es en el Willi, para tomar un café o comer algo dependiendo de las necesidades de cada cual. A estas horas la actividad en el bar ya es importante pero nada comparado con lo que vendrá a medio día, con la afluencia de los clientes en busca de raciones de rejos y Rafas, perdón rabas.

Buscamos una lonja cercana a la cueva donde cambiarnos bajo la lluvia y nos vamos para la boca, con la dura aproximación de  cinco minutos. Allí hablamos con la guía de turno para que nos abr la puerta e iniciar nuestra excursión subterránea.

Terminada la pasarela turística llegamos a la zona del lago y nos encontramos con la sorpresa de que se ha instalado una piscina cubierta en la comarca, ya que parte de este lago está inundado.

 

Cada uno adopta su estrategia para superar el obstáculo, algunos decidimos tirar para adelante y que pase lo que tenga que pasar .Otros optan por el método mariscador, remangándose todo hasta la rodilla y quitándose los calcetines.

 Con todo formamos una procesión de individuos que patinan en el  barro líquido y que a duras penas consiguen no caerse al agua. La pobre Maider flipa con este ejercicio para locos en la que la hemos embarcado.

 Pasadas las zonas inundadas y estrujados los calcetines de los que los llevábamos, continuamos avanzando hacia la gran sala Dantesca, que es el objetivo para hoy.

Cruzamos zonas inestables de bloques y llegamos a la base de la amplia sala, con bloques de gran tamaño, entre los que hay que buscar algún paso que permita subir a lo alto de la sala.

 

La caravana alcanza por sin el centro de la sala, donde nos vamos a dividir en varios equipos.

Los andaluces se dedicaran a una larga escalada en travesía ascendente, que les debe de llevar a una amplia ventana, que podemos intuir en una de las paredes. Serán más de 40 m. de escalada. Maider de momento se queda con ellos en la base de la escalada, cuidando de la comida, lo que me temo es poner al zorro a cuidar las gallinas.


El resto ascendemos a lo alto de la sala, donde una larga diaclasa inclinada forma una galería, que se desfonda por la derecha. Hay que avanzar con cuidado para no resbalar en el barro y progresar por la zona intermedia de la diaclasa.

Más adelante, coladas y columnas en algunas salitas, hasta llegar a un muro de colada con un pozo al lado. Esta colada parece tener un posible nivel superior y no parece que nadie haya subido antes por allí, así que Pedro y Zape se preparan para hacer la escalada mientras yo saco los tratos de topo y me dispongo a topografiar la galería y la gran sala. Cuando empiezo, le oigo preguntar a Pedro como funciona el stop para asegurar.. Así que me voy corriendo antes de que alguno me caiga encima..

Terminada la topo de la galería, continúo con una rampa cercana, que marca el punto más alto de la sala y luego al bajar, prosigo por el centro de la sala hasta un gran bloque con forma de proa de barco que se sitúa en el centro de la sala.

 Voy junto a Maider para comer el bocata, cosa que ella aprovecha para recomer también. Luego vamos los dos para seguir topografiando la sala, aprovechando para que Maider aprenda los entresijos del mundo de la topografía, cosa que a su padre le ha llevado años y ella aprende rápido, esta claro que ha salido a su madre.

Vamos con calma, moviéndonos entre grandes bloques, que a veces forman pasillos por los que nos colamos hasta llegar a la zona derecha de la sala, donde largas coladas descienden desde el techo y donde también es posible que sea interesante hacer alguna escalada.

 

Topógrafa del AER en acción

Completamos un bucle en la zona superior de la sala, uniendo la topo con la entrada de la galería. Luego volvemos a la base de la escalada, donde Maider vuelve a comer un poco más, que la topo da mucha hambre.

Yo voy a completar la topo de la sala y conectarla con la topo anterior en la galería principal de Cullalvera, descendiendo de nuevo por rampas de tierra y cola entre grandes bloques. Una vez conectadas las topos, continuó topografiando la base de la sala y una gran galería que es la zona superior del cañón de la cueva.

Asciendo con la topo de la pared izquierda de la sala y justo llega allí la cuerda de los escaladores, que están equipando una vía de descenso desde la ventana, que han conseguido alcanzar tras una dura escalada, pero que no ha dado los frutos esperados, ya que no hay un amplio nivel horizontal, si no una chimenea-pozo, que se queda pendiente de bajar, pero que seguramente nos lleve de nuevo a la sala.


 Zape y Pedro han vuelto de su exploración y cuentan que la escalada terminó sin victimas, pero sin éxito, ya que no había ningún nivel, si no solo una larga y estrecha fisura. En cambio han revisado unos tubos en la base de la escalada y tras rebasar una cabecera de pozo y forzar una estrechez, han alcanzado una galería de tamaño razonable, que es preciso continuar explorando.


 Nos reagrupamos todos en la base de la sala, y tomamos el camino de regreso al exterior, ya que debemos salir antes de que cierren los guías. Llegados a la zona inundada esta vez nos lo tomamos con más decisión y nadie se remanga la ropa.

Algunos patinazos llevan los culos al suelo y Maider insiste en morder el barro varias veces, cuando trata de levantarse con poco éxito.

Foto Marta
Por fin salimos a la boca, donde los turistas flipan un poco con las pintas que llevamos. En el exterior llueve bastante y parece que ha estado así todo el día.

Foto Marta

 Nosotros hacemos la foto de rigor de la expedición y volvemos a la lonja a cambiarnos y pensar ya en la hidratación en el Willi, donde Rafa calma nuestras necesidades de hidratación y como le damos pena, nos obsequia con unos pinchos.. 

No le pedimos ni rejos ni rafas, que no es hora…

Ahora la versión de Maider de esta historia.

RAFAS Y REJOS

 

 Me comenta mi padre que mañana hay una salida de espeleo en la que puedo participar. Son las diez de la mañana, y estamos en la casa de Gelo para cambiarnos y ponernos los aparatos dentro, porque fuera llueve.


 Lo hacemos a toda prisa porque la guía de Cullalvera nos espera.

Una vez en la pasarela, Gelo comenta que el río está un poco subido y que nos vamos a mojar. Efectivamente, el agua llega hasta las rodillas. Y entonces a Zape se le ocurre la idea de quitarnos los calcetines y subirnos el buzo.

 ¡En que hora, que fría estaba el agua! Cuando escucho todo esto lo primero que pienso es darme media vuelta y marcharme. Pero no me dejan claro. Así que pasamos los tramos de galerías con agua con bastante frío en los pies. 


 Llegamos a la sala Dantesca y nos dividimos en dos grupos: Pedro, Zape y Gelo van ha hacer una pequeña escalada. Por otra parte Marta, mi padre y yo nos quedamos en la sala. Después de organizar todo el material empiezan con la larga escalada mientras yo me quedo sentada comiendo todo lo que pillaba. 

Después de un rato largo llega Gelo y me pongo con él a topografiar la sala. Previamente me da un cursillo acelerado de como hacer la  topo de la sala.

Son ya las cuatro y  media de la tarde, Marta y mi padre ya están llegando  a la ventana y comentan que hay una galería y un pozo. (Esto quedará para la siguiente salida).

Nos reagrupamos todos en la sala y vamos yendo de vuelta hacia la calle. De camino voy charlando con Pedro y me comenta que hay unas pinturas de la época  paleolítica.

Ya estamos otra vez en las zonas de agua en la que yo me caigo tres veces seguidas y una de ellas meto un poco la cabeza en el agua. 

Ya casi en la salida nos cruzamos con un grupo que está visitando la cueva. 

Una vez en la salida, nos hacemos la foto de grupo. 

 

Foto Marta

La verdad es que me lo he pasado muy bien, aunque al principio me haya costado un poco con el agua fría. Pero parece ser que esto es la espeleo…

 

 

miércoles, 20 de abril de 2022

Penitencia en el Moro

 

Domingo 17 Abril de 2022, Torca de La Calera

Estamos en Semana Santa y como buenos creyentes decidimos procesionar hasta la Torca de la Calera, en el Moro. Como el personal está de vacaciones podemos ir un domingo y con buen tiempo y calor.

Estamos cuatro para entrar en el agujero, Pedro, Wichi, Ángel y hoy nos acompaña un nuevo fichaje , El Pesca, soriano afincado en la comarca y que aún no ha aprendido cuales son las “malas compañías” en esta zona.

Nos acompañan hasta la boca, la flor y nata de la geología Española, bueno Paco y el Bui…, también los hijos del Bui y el Churri.



Una vez en la boca y rescatado Paco, que ha desaparecido en la foresta de espinos, sacamos los trastos y Wichi olfatea el chorizo soriano del Pesca y propone tomar un tentempié, cosa que es aprobada por mayoría. Así que le dejamos sin chorizo al pobre y aun así decide entrar en la cueva con nosotros, pobre hombre.

Sobre las 11:30 nos despedimos de los científicos, esperando que no se pierdan a la vuelta y entramos en el agujero. Bajamos con calma hasta llegar a la gran galería del Reencuentro, donde tenemos un nido de material y hacemos dos equipos.

Pedro y el Pesca se irán a la galería del Rabu de Satanas, en cuya punta quedo por revisara un caos de bloques y alguna cosa mas. El pobre Pesca no sabe lo que le espera con Pedro, que seguro que lo hará meterse con él, por todos los agujeros míseros que encuentre por el camino.

 

Wichi y yo, vamos a realizar una escalada –travesía sobre un pozo, que cortó la galería del Camino al Sol, para lo que tomamos un pasamanos sobre flores de calcita, que nos deja en el alto meandro con dos niveles separados por bloques, que poco después está cortado por un pozo chimenea, con algo de agua. 

Una corta escalada de 5 m. permite subir al nivel superior y un pasamanos bordea el pozo, hasta otra escalada corta, que llega a una ventana estrecha por la que llega aire y se accede a una amplia galería de 3 m. de ancha unos 5 m. de alta, con rampas descendentes y ascendente de arena.

Una rampa conduce a un amplio pozo de 10 m. que ya bajamos el día anterior y que mas abajo termina cerrándose en estrechos meandros. Pero enfrente, se aprecia una posible continuación de la galería, que precisa escalar para llegar al otro lado.

Clavo una reunión bastante alta y me ato la cuerda mientras Wichi me asegura, primero descendiendo la rampa hasta el borde del pozo, donde coloco un multi, y de allí asciendo en travesía colocando varios pulse sobre roca decente y un tramo final de colada sólida.

  

Pongo el pie en la posible galería, pero se trata solo de un nicho, en cuyo suelo un pequeño agujero conduce a un meandro estrecho y sin aire. En el techo unos tubos pequeños parecen volver hacia el pozo.. es decir una merde.. Miro hacia el pozo chimenea y veo que el agua no llega del techo si no que enfrente, desde unas coladas que parecen tener un hueco por el que pasar.

Dudo si merece la pena volver a atravesar el pozo en la zona alta con coladas, pero decido que si y le digo a Wichi que suba con el material y desequipe la escalada. Desequipar le cuesta bastante a Wichi ya que la travesía siempre es complicada de desequipar.

Cuando llega evaluamos como hacer la nueva travesía, pero nos damos cuenta de que nos hemos dejado la única cuerda que nos queda, en la base de la escalada. Bajo con un rapel guiado y recupero la cuerda y vuelvo a subir.

Durante el ascenso, veo que en la pared de enfrente del pozo, detrás de un panel de colada que casi lo tapa, hay un tubo a presión de mas de un metro de diámetro.

Cambio de planes, ahora el objetivo es el tubo escondido, por lo que Wichi baja equipando aunque se trata de una colada. Los multis agarran bien y podemos fraccionar sobre el tubo y pendulear para entrar en él.

Wichi avanza y llega a una amplia sala con un resalte y dice que se nota el aire, pero hemos gastado nuestra última cuerda, así que hago unos cambios en la instalación para aprovechar el sobrante de la cuerda de la escalada y liberar una cuerda, luego cojo el material de topo y foto y bajo hasta el tubo.

 Efectivamente se nota el aire y el tubo tienen al menos 1,5 m. de diámetro. Mientras Wichi equipa el resalte, yo arranco la topo y le sigo, por un tubo desfondado unos 2 m., con bonitas formaciones, que 15 m. después desemboca en una sala de 20 m. de alta, con el suelo a unos 5 m. por debajo.

 

Wichi alcanza el fondo y remonta al otro lado, donde una amplia ventana conduce a una galería de 8 m. de ancho y unos 30 m. de altura, que desciende en rampa con suelo de bloques durante unos 16 m. hasta un embudo estrecho, con un pozo de unos 8 m. por el que llega el aire. Encima a unos 6 m. se aprecia un agujero que parece la entrada a una galería sobre el pozo.

En el altísimo techo también podría haber un nivel, pero está muy lejos para confirmarlo, y en la sala de llegada, otra corta escalada en mala roca, conduce a un tubo de un metro de diámetro que no sabemos a donde va.

Como no tenemos mas cuerda volvemos haciendo alguna foto, completando la topo para unirlo a lo anterior y mejorando algún paso de la instalación.




 Para las 17:30 estamos de nuevo en el nido de material, donde nos separamos y quedamos en encontrarnos sobre las 16:00 o 17:00. Comemos algo y esperamos a los jóvenes que se retrasan, como era de esperar si está Pedro en el ajo. Wichi se echa una siesta y sobre las 18:30 aparecen sudorosos.


Al parecer la tecnología les ha fallado de lleno, tanto el taladro como la batería del disto, por lo que no han hecho topo, pero al menos han encontrado varias cosas que continúan, desde una galería paralela hasta un paso entre bloques que precisa desobstrucción. Como suponíamos no ha parado de mirar agujeros y el Pesca ha tenido un estreno digno de tal nombre, aunque lo lleva muy bien y es Pedro el que se queja de que esta flojo.

Ascendemos con mucha calma y para las 19:30 estamos en el exterior, aun de día y con buen tiempo, aunque ya llegan las nubes que traen la lluvia. Pero eso aun tardará y nosotros bajamos sin problemas al bar, para recuperar electrolitos como buenos deportistas de elite..


 Ha sido un día interesante, donde se han abierto nuevas opciones en esta compleja cueva, que no deja de presentar recovecos, sin desarrollarse en una dirección clara.

martes, 12 de abril de 2022

Patricio y el ejército de Pancho Villa

 

 

 Sábado 9 Abril de 2022

Torca de Los Cubillones

Marta está ansiosa por volver a la galería que se encontró en la última salida, a la gran sala José Gambino de la Torca de Cubillones y como los amigos franceses están por aquí, quedamos el sábado, aunque el pronóstico del tiempo no es bueno y la nieve a cubierto la zona hasta el jueves.

La noche anterior ha llovido bastante y el río ha subido, lo que pronostica que el pozo del Toldo va a estar bastante regado, pero nada detiene la ilusión de Marta y a las 9:15 estamos en el club para recoger cuerda y anclajes.

Hemos quedado con Patrick a las 9:30 en Vega, pero necesitamos la dosis de café y como buenos españoles llegamos tarde a la cita, pero Patrick ya está acostumbrado a tratar con esta banda.


 

Montamos todos en el camión de ganado de Zape y subimos hacia Ancillo, donde cargamos las mochilas y tomamos la ruta por el camino que se encuentra muy encharcado. Subimos charlando y poniéndonos al día de nuestras últimas actividades, entre las habituales bromas y chanzas. Patrick es una persona con buen humor y socarrón, por lo que creo que no tiene problema en adaptarse a nuestro usual tono ácido y de crítica destructiva.

En la cresta encontramos la lengua donde ha llegado el reciente incendio de la sierra, lo que facilita el avance por esta zona, mientras las nubes se vuelven más oscuras y caen algunas gotas. Buscamos la cuerda de entrada y aparece quemada, pero contábamos con ello y hemos traído un trozo de por si acaso que nos viene muy bien.

Una vez equipados nos vamos introduciendo en la torca uno tras otro, con la mecánica habitual del negocio. Nos reagrupamos en la sala anterior al pozo del Toldo, donde Zape va a hacer unas obras de mejora de la tubería de desvío del chorro de agua. Marta se queda de pinche como si estuviera en la obra de todos los días.. la pobre.

 El resto nos ponemos chubasqueros o plásticos y bajamos por el pozo que nos ofrece una ducha, aunque no es tan mala como pensaba. Pasada la estrechez, Cristóbal cambia la cuerda de la vía paralela en la gran sala y bajamos los cuatro hasta el fondo.

Hacemos dos equipos, uno formado por Cristóbal y Wichi que se dirige a la escalada y la galería que es el gran objetivo de hoy, pero se pierden en la gran oscuridad de la sala y dan varias vueltas, para localizar la fina cuerda que asciende hacia el tubo.

Patrick y yo hacemos una tournée por el centro de la sala para completar la topo de detalle. Cuando estamos terminando, aparecen en lo alto dos pequeñas luces, que se descuelgan por las cuerdas y proyectan sombras en las lejanas paredes de la sala.

Cuando aterrizan los castreños, sacan las vituallas y comen algo, recogen mas material y cuando llegamos nosotros para comer, ellos inician el camino hacia la escalada, pero también les cuesta encontrar la cuerda entre tanta negrura. Zape no puede evitar modificar la instalación, el pobre tiene una enfermedad que le vamos a hacer.

Los topógrafos comemos algo y después hacemos un poco más de poligonal hacia la base de la cuerda, para luego ascender la escalada continuando con la topo. Arriba un bonito tubo decorado con formaciones nos recibe, en el centro una columna esta partida y desplazada, lo que puede ser una muestra de alguna convulsión en el suelo en esta zona.







 

Enseguida, un pozo corta la galería y allí esta el primer equipo, bajando sus resaltes y mojándose con el agua que cae desde una chimenea. Un pasamanos bordea el pozo hacia la continuación de la galería con un techo bajo. Al otro lado los castreños han llegado a una amplia galería de unos 5 m. de ancho y 8 m. de alto, con las paredes de un todo rojizo, que asciende en rampa de piedras hasta un muro vertical que tienen que ser escalado.

 

 

 




Zape está en la faena, un poco limitado por el material que le han dejado los chicos del pozo y asegurado por Marta. En lo alto parece continuar la amplia galería y cuando Zape llega a lo alto, tirando de paso un gran bloque que casi nos atropella a todos, confirma que la galería sigue pero hay otro resalte que escalar.

Casi no tiene material, así que sube Marta y desequipa la escalada que queda un poco precaria, para poder seguir avanzando.


Los exploradores del pozo están subiendo, ya que el pozo se cierra y no continúa tras unos 25 m. de verticales.

 

 Los topógrafos subimos con las medidas y Patrick haciendo como siempre sus obras pictóricas, los artistas son así.




Zape ha culminado en libre la segunda escalada y tras bajar una rampa, ha llegado a un amplio pozo, cuya cabecera esta muy decorada con cristales de aragonito y vetas blancas.

Esperamos que lleguen los colegas con el material que han desequipado y luego Zape continua equipando el pozo, mientras Marta y yo hacemos fotos de la bonita galería y las flores de cristales.

Se equipa un primer salto corto a una amplia repisa y tras otro resalte, alcanzamos la cabecera de una amplio pozo, sondeado en mas de 30 m., pero ya no nos queda cuerda, ni anclajes ni nada, ya que Zape hace unas instalaciones que pasarían la inspección de Don Limpio, y se pueden exponer en un manual, aunque nos va a llevar a la ruina, lo de ahorrar no va con él, pero lo agradeceremos si hay suerte y pasamos por esa instalación muchas veces, como esperamos.

 Hay unos paneles de bonitas excéntricas que parecen espárragos de Navarra a las que hacemos algunas fotos mas una vez terminada la topo.





 Cristóbal está reequipando la escalada para evitar las piedras que caen desde la rampa final, por lo que hay que montar un largo pasamanos y fraccionamientos.










 Marta intenta hacer unas fotos como es debido, y da ordenes como si fuera un cabo chusquero de la Legión, pero el ejercito de Pancho Villa, no le hace mucho caso y apenas consigue que no nos movamos.


Terminado el trabajo, hacemos inventario del material y nos preparamos para bajar a la sala y subir las cuestas de bloques, hasta la base de las cuerdas que ascienden al techo de la sala.

 

Los primeros en subir son el Niño de Cañete y el Toro de Castro, que asciende en paralelo intentando convencernos que no están compitiendo, aunque están arriba en un suspiro.

La siguiente tanda la forman Marta y Wichi, que como es un caballero, deja que la muchacha le saque una ventaja de medio pozo, que la niña ha subido como un cohete en siete minutos sin despeinarse y probar de paso su maltrecha rodilla.

Yo comienzo mi turno, demostrando que la ley de la gravedad me tiene manía y se empeña en discriminarme antes estos flacuchos, por lo que no daré mi marca que no queda bien.

Wichi y yo salimos del pasamanos y la estrechez con menos agua, lo que confirma el buen trabajo de los fontaneros y en la base del pozo también ha mejorado la ducha.

Oigo llegar al “Abuelito” que también ha subido como si los años no pasaran por él. Está claro que tienen un pacto con el diablo.

De nuevo estamos todos en la sala superior y ascendemos hacia las gateras que nos hacen resoplar y nos dejan como una croqueta, con los monos húmedos en los que se pega el barro.



Los últimos en salir como no puede ser de otra forma, somos Wichi y yo, que somos los reyes del colesterol, pero aun es de día y está despejado.

 Hacemos la foto de rigor de la boca y bastante contentos con la galería explorada hoy, tomamos el camino de descenso unos andando y otro a base de sentar el culo.

 

Dejamos a Patrick en Vega, que mañana se va para Francia, a cumplir sus deberes cívicos de votante. Nosotros vamos a cumplir nuestros deberes poco cívicos de tragones y cenar algo rico.

Ha sido un muy buen día de espeleo, con buenos amigos, risas, bonitas galerías y las incógnitas abiertas que nos esperan en una nueva salida, que haremos cuando vuelvan los amigos franceses.

 

Continuara…