Sábado 3 de Junio de 2023
Éste será el último artículo en el que hablemos de la Torca de Los Cubillones, aunque nunca se sabe con esta sima, ya que la hemos retomado tres veces a lo largo de los años.
Esta última salida la hemos dedicado a desequipar la cueva y completar la ficha de instalación para el artículo, que los interesados podéis bajar de nuestra web en el link:
http://www.aer-espeleo.com/publicaciones.htm , donde incluimos el track de acceso a la boca, descripción e histórico de las exploraciones.
Pero lo mejor de este día, ha sido la fiesta que hemos montado con unos cuantos amigos de diversos clubes y procedencias, que nos suelen acompañar en diversas exploraciones por el mundo. El poder de convocatoria de Marta ha quedado patente y nos hemos reunido 14 individuos para la despedida de la Torca.
Parece el típico chiste… Un vasco, un gallego, un polaco, un portugués, un andaluz y uno de Castro van a …
En realidad han sido tres vascos (Loti, Teio, Jabi), dos gallegos (Currás, Nacho), tres portugueses (Pinto, Pessoa, Samuel), dos polacos (de Polonia sí.., Kasia, Pawel) y cuatro de los pringaos de siempre, Marta, Zape, Cristóbal y Ángel.
A continuación breve relato de este día de risas y espéleo.
Marta ha llamado a asamblea y el personal ha llegado de todos los rincones de Europa para asistir al evento. Con el albergue de Rocío como punto de encuentro, empezamos el fin de semana poniéndonos al día de asuntos varios entre todo tipo de acentos, chanzas y risas.
El sábado conseguimos ponernos en marcha sobre las 10:30 de la mañana. Anuncian día de fuerte calor, cosa que se confirma cuando dejamos los coches en Ancillo sobre las 11:00 y tomamos el camino de subida. El sudor se nos mete en los ojos pero hay muchas cosas de qué hablar y el camino se hace ameno.
Cuando alcanzamos el collado que mira al Norte y contemplamos las vistas que llegan hasta la costa, sólo nos queda avanzar bordeando la peña, casi sin pendiente, hasta alcanzar el pequeño cordal en el que se sitúa la sima.
Nos dispersamos por los alrededores para equiparnos mientras seguimos con las bromas, puyas y risas.
Cristóbal inaugura el descenso sobre las 12:30, con una larga fila de seguidores, algunos conocedores ya del agujero y otros que lo pisan por primera vez.
Entro el último con idea de completar la ficha de instalación y al final voy solo por la sima, hasta que llego al pequeño agujero en el techo de la gran sala, donde veo las luces de los demás en el fondo de la gran negrura.
Cuando tomo tierra me dirijo al Sur para reunirme con un grupo que espera al pie de la escalada que sube a la galería en una de las paredes de la enorme sala. El resto ha subido ya, para conocerla, hacer alguna foto y desequipar las varias escaladas que tiene.
Poco a poco van volviendo
y los últimos, Marta y Cristóbal, que son quienes la escalaron en su día,
completan la desinstalación de esta zona.
Pawel, Pablito para los amigos, inicia la procesión y el resto le seguimos en peregrinación por las dos cuerdas que tenemos instaladas. Son las 16:00 y hemos ido bastante rápido para todos los que somos.
No sé que habrá pasado por la cabeza de cada uno al bajar a la enorme Sala Jose Gambino, pero creo que a ninguno le habrá dejado indiferente, tanto por lo inusual de su tamaño, como por los sentimientos que nos desata, al llevar ese nombre tan especial para todos nosotros.
La fila de espeleólogos cargados con sacas llenas de material va ascendiendo poco a poco por la sima y aunque soy el más viejo no debo ser el más sabio, porque acabo cargado con una cuerda de 100 m. y algún trasto más, que arrastro por los tubos y pozos pensando que es la última vez que recorro estos lugares, aunque pensándolo bien esta sensación ya la he tenido más veces y no ha sido verdad.
Llego al exterior donde parece que la amenaza de tormenta que había no se ha cumplido. Todo está seco y el sol aún calienta con fuerza. Cristóbal es el último en salir y sobre las 18:30 la sima ha quedado completamente desequipada.
Contemplo las caras y pregunto por las sensaciones del personal y parece que todos han disfrutado mucho de la cueva.
Algunas fotos de grupo y de nuevo tomamos el camino de bajada con algún trueno de fondo. Una hora después estamos en los coches soltando las pesadas mochilas.
La actividad espeleológica ha terminado pero ahora comienza la fiesta de despedida y cierre de la Cueva de Los Cubillones, que tantas esperanzas, alegrías, penas y trabajo nos ha dado; empezando por unas cañas en Vegacorredor, a la orilla de río, continuando con una riquísima cena en el Albergue de Roci y terminando con unas copas en la terraza del Willy como no podía ser de otra forma.
Fotos: Kasia Biernacka