domingo, 25 de agosto de 2013

Dancing in the cave (15/06/13)



Cristina Robles

Amanece un  nuevo día en Ramales y para variar el Pico de San Vicente no tiene ni txapela ni abrigo, lo que significa que puede que sea la primera jornada soleada de la primavera.  Como viene siendo habitual quedamos a las 10:00 en el club y esta vez estamos Carol, Gelo, Fredo, Marta, Zape, Pedro y yo. Con todo el equipaje a cuestas partimos hacia La Gran Cascada. Se aparca cerquita del bar Coventosa, aunque sin café previo que hay mucho que hacer. Al prepararnos para el ascenso me doy cuenta, o me informan en ese preciso momento, de que no puedo llevar puesto nada más ni nada menos que el estampado y calado mono de Pedro hasta la boca de la cueva… menos mal que el paseo hasta allí lo merece. Tras pasar por unos prados muy pendientes, subimos a un bosquecillo lleno de petirrojos y pajarillos de diferentes especies que también están contentos de disfrutar de este primer día de primavera y nos deleitan con su canto. Pasamos por las cabañas del Chumino y por un regatillo y después de muchas risas y amenas conversaciones llegamos a la boca de la cueva que está a unos 700 m de altitud. Antes de entrar comemos para ir con el menor peso posible, que exageración, pienso yo, casi no me dejan meter ni la funda de las gafas, pero luego dentro de la cueva me doy cuenta de que en las estrecheces todo abulta demasiado y cuando tienes que arrastrar todo tu cuerpo hasta una  hormiga te quitarías para intentar llevar menos peso….


La entrada está en un altillo y ligeramente trepamos hasta ella. Una vez dentro otra vez me encuentro con la cueva más bonita que he visto en mi vida. Se llama Sopladoras porque según entras una ráfaga de viento te lleva casi volando hasta el nivel freático que vas dejando bajo tus pies. A medida que vas avanzando por una galería de bloques ascendentes, llega un momento en el que se tiene que trepar a un nivel superior y descender otra vez. Parece tan fácil cuando les veo… Marta me dice… si es muy fácil, solo tienes que poner un pie aquí y el otro allá, un, dos, tres, y con pirueta incluida llegas al otro lado del río. ¿Como saben que no se van a resbalar? Es como aprender ballet pero sin saber dónde pisas, combinas la gimnasia, el baile, la acrobacia, la danza, y todo ello acompañado de la belleza de  las formaciones que te encuentras, los meandros, la emoción de saber que muy pocas personas,  solo las afortunadas, como yo, han estado en este lugar tan bello y oculto…

Gelo me dice, si es un saltito aquí y otro allá, bufff…otro paso de ballet que tengo que aprender … que para mí es un mini suicidio…no es para tanto … además, todos me llevan tan en palmitas que en una pequeña bajada que todos pasan con los ojos cerrados me ponen un rappel con una cuerda tan gorda que me quedo ahí colgada, y ni para arriba ni para abajo puedo moverme…


La ultima parte de la travesía, es un pasillo que se va ensanchando y el río te va cubriendo poco a poco… menos mal que sólo te mojas de cintura para abajo por decirlo finamente. Zape decide evitar el agua poniendo las manos en una pared y los pies en la otra… hasta que el pasillo se hizo demasiado ancho…


Salimos empapados, cada paso que  damos hace choff, choff y fuera no sé qué ha podido pasar pero parece que hay clima tropical. Pasamos por un helechal precioso y como no, sin poder evitarlo, alguna garrapata decide bajar al bar y luego a la casa de Merinuco… Fredo nos va marcando el camino de vuelta, por si queremos regresar… ¡¡yo sí quiero!!






domingo, 11 de agosto de 2013

Galeria de Cañete , Cellagua siempre sorprende (03/08/2013)




Ángel García.
Estamos en agosto y casi todo el mundo está fuera de la comarca, de campamentos en Picos o de vacaciones familiares, así que solo estamos el abuelo y el profesor y vamos a las nuevas galerías situadas al norte del Pozo Balourd (Galería de Cañete), en el Sumidero de Cellagua.

Bajamos con calma hablando de los temas más diversos; cuando andamos por el cañón de Cellagua y las galerías de Borgoñeses, incluso osamos abordar el oscuro mundo de la sexualidad femenina, quedando clara nuestra ignorancia más absoluta. A las tres horas llegamos a la escalada y a las nuevas galerías. Estas poseen buen tamaño, con falsos suelos de coladas de más de 40 centrímetros de espesor. Hacemos algunas fotos y continuamos hacia la punta. De camino encontramos bonitos tramos con formaciones o suelos blancos.



Llegamos a la punta, donde dejamos hace unos días un tubo colgado a unos 8 metros, comemos algo y comienzo la escalada en libre sobre una fisura, recordando mis tiempos por Yosemite (que viejo soy). Un spit de salida de la fisura, salgo en libre y pongo el pie en el tubo.
 

Llega la emoción de la exploración, el tubo de 2 metros de diámetro con formaciones es bonito y con muy buena pinta. Una curva 10 metros más adelante oculta la continuación. Aparto las ganas de mirar e instalo la cuerda con 2 spits para que suba Pedro. Luego nervioso voy a la curva y... mierda; el tubo desaparece en un balcón sobre un cañón, que al principio pienso es el mismo por el que se llega a esa zona. Bajón. Miro mejor y no, es otro cañón diferente con un suelo intermedio de grandes bloques y arena y el techo roto a 8 ó 10 metros por encima.

Empezamos topo desde la escalada y bajamos al fondo del cañón por una rampa instalando una cuerda en unas formaciones. Seguimos bajando entre bloques hasta un resalte que equipamos en precario con un trozo de cuerda ya que no llevamos muchos anclajes.

Trepo sobre un bloque plano empotrado en las paredes y llego a un gran desfonde que sondeado cae 30 ó 40 metros. Enfrente, a unos 8 metros, otro suelo de bloques empotrados y por la pinta más desfonde. El disto da unos 20 metros de cañón por delante.

No está claro que es lo que tenemos delante, pero lo que sí está claro es que no llevamos material para afrontarlo. Por tanto, decidimos usar lo que tenemos para hacer un pasamanos a otra ventana y revisar una escalada corta en Cellagua, así que media vuelta y como siempre la incógnita de lo desconocido... ¿Qué pasará?

Pedro hace la travesía a la otra ventana, donde un tubo ascendente acaba enseguida, no teniendo mayor interés. Luego, antes de irnos, reinstalo la escalada a la galería norte de “la vértebra”, para hacer fotos a la misteriosa vértebra gigante que apareció en un lateral de la galería y que pensamos debe de ser muy, muy antigua, ya que sólo ha podido llegar a través del antiguo río que relleno la galería de grava. Las fotos con la cámara que llevo salen fatal pero espero den idea del tamaño. Desinstalo de nuevo la escalada y nos vamos para Cellagua.


Una hora después estamos en el cañón y afronto la aparente fácil escalada. Pero en este negocio nada es lo que parece: una trepada en libre un spit de salida y me encuentro debajo de una escombrera inestable sobre la que se posan grandes, muy grandes bloques (el de Zape al lado de estos es de juguete). No me atrevo a tocar nada y mi corazón se pone a prueba... Decido subir por una placa clavando 4 spit, para salir sobre escombros en un lateral. Subo por los escombros junto a los gigantes y con más miedo que vergüenza, pensando en la bajada.


En lo alto, como se intuía un gran volumen de bloques gigantes y todo muy roto y caótico. Pero en lo alto veo un hito y luego más que me da idea de que han subido allí por otro lado río arriba. Reviso la zona y no veo nada que merezca la pena; tampoco es un lugar muy agradable para estar... Bajo hasta la cuerda con muchísimo cuidado, mirando de reojo los monstruos asesinos y de nuevo a las cuerdas donde monto rappel en doble de un As y bajo desinstalando la escalada.

Una vez recuperada la cuerda, yo recupero la calma y nos vamos para la calle. Nos queda remontar los pozos y alguna sorpresa cardiaca por el camino con una cuerda enganchada. A las 22:30 en la calle tras 12 horas de actividad; no hay manera de jubilarse en este club...

Una de (haciendo el) indio(s) en Calaca (30/07/2013)


Carolina Rodríguez
Después de una semanita por las tierras altas de Fuente Fría el lunes Pedro M. nos "engaña" para ir a "su  cueva" a sacar unos cuantos cubos de tierra y cantos rodados...¡¡y ni siquiera nos invita a unas cervezas después!! El martes, en vista de que el plan de pasar un buen día al sol y con piragüas no puede ser, Cristina y yo decidimos hacer caso a Pedro (craso error) e ir los tres a hacer Calaca-Crucero. Así Cristina estrenaría su rapelador nuevo..

Bien, pues este interesante día comienza con horario madrileño. Instalamos primero el pozo del Crucero del Polaco y después nos vamos a la boca de Calaca. Nos vestimos y ya empezamos bien... Cristina se olvida en el coche el puño, el pedal y el arnés de pecho (según ella...es culpa de Pedro, por cambiarle las cosas de espeleo a una saca). A todo esto...Pedro ha tenido la precaución de imprimir la topo y la descripción (que, a poco más se queda, primero en el coche y luego en la boca....) pero se olvida la brújula. Así que dos incautas espeleólogas se fían de un tipo con gafas, con aire de "yo conozco la cueva de sobra"... incautas...

Llegamos al Río Negro y aquí empieza la diversión. Nos pasamos el cruce y acabamos en la sala del Gran Mogollón. Después de varias vueltas, Pedro empieza con su "esperad aquí que voy a ver"...y tras 3 ó 4 "voy a ver", empezamos a pensar que la mejor idea es volver al Río Negro y buscar ese paso que a Pedro le suena...pero no aparece... Vuelta para atrás y por fin conseguimos encontrar el camino bueno. Según el "guía autóctono" que llevamos, todo ha sido un paseo completo por la cueva y lo justifica después como que hay que revisar ciertas galerías...ja ja!! Y para justificar que se ha tardado cuatro horas en hacer la travesía. Llegamos al pozo de salida y como última acción, rescatamos a una pobre rana que estaba en el fondo.

Salimos con solete y llegamos a tiempo de darnos una ducha e ir a la charla sobre el paleolítico, donde hacemos algunos esfuerzos (a nuestro pesar) para no quedar abrumadas con la experiencia que hemos "sufrido". Pedro, ... la próxima vez ...te guiamos nosotras!!. 

PD del interfecto: juraría que la última vez que había estado en esta magna cavidad, iba acompañado entre otros de la autora de estas líneas... y también se "pasó el paso", ejem, ejem...