viernes, 17 de mayo de 2024

Los Renacidos.

 Macizo del Hornijo  4 de Mayo de 2024

La película empieza con un mensaje de Wichi, diciendo que quiere hacer espeleo el sábado. El hormiguero se revuelve, algunos preguntan quien es Wichi, otros le sugieren que primero haga un curso de reciclaje, y todos tenemos la duda de si el ministro de cultura, después de cargarse los toros, se ha cargado la caza.

Él como buen deportista encaja las puyas con estoicismo. Pero la cosa no termina aquí, resulta que aparece otro “renacido”, para la espeleo. Moi amenaza con venir a hacer cuevas, si consigue encontrar su material y dar esquinazo a Teo, que es el único espeleo que queda ya en la familia.

Foto Marta

Con este panorama tan extraordinario, la maquinaria del grupo se pone en marcha y se abre el debate sobre donde ir. Esta el sector de los deportistas amantes de la cuerda y de competir con su cuerpo en los pozos. Por otro lado esta el sector de los que prefieren arrastrase y caminar que subir cuerdas en verticales interminables. Finalmente el sector de los jubilados que todo le sienta fatal y piensa ya más en que bar vamos a ir luego.

Pedro propone ir a la zona de Cubillones en el Hornijo, donde tenemos una cueva, con un tubo estrecho, que parece tener un pozo en su extremo y corriente de aire. Lo malo es que hay que andar más de una hora, arrastrarse un poco y solo un pocete de 8 m.

Finalmente será Wichi quien decida y acepta la propuesta de Pedro, para frustración del sector deportivo. Yo soy escéptico con las expectativas de Pedro por que conozco la cueva y el paso estrecho, pero como soy pesimista con todo nunca me hago caso a mi mismo y aunque me gustan los pozos ya no me da la maquina y cualquier disculpa me sirve.

Una vez fijado el objetivo queda pendiente gestionar la logística, no no hablo del material que es secundario, hablo del papeo y la hidratación. De nuevo se impone el criterio de Wichi y compramos panceta para hacer en la hoguera, que a Wichi le gusta más que un chupete a un niño y además debe mantener su colesterol alto.

Con todo bien atado y tras lanzar varias pullas a Los Renacidos, salimos hacia Valle donde dejaremos los coches. Cargamos las mochilas que han cogido peso y bulto con una garrafa para sacar tierra.

Ascendemos por las pistas y caminos bastante entretenidos, con las historias de los nuevos fichajes a los que hace mucho que no vemos, con Wichi metido a cazador y Moi a escalador.

El pronóstico del tiempo daba viento sur y lluvias débiles y se ha cumplido, afortunadamente la lluvia para pronto y llegamos a la boca de la cueva sin novedad, más allá de las quejas de lo lejos que esta este agujero.

En este punto de la película, surge otro debate puramente técnico, sobre si debemos comer entes de entrar o salir luego a comer. Puede que a algunos os parezca baladí este dilema, pero no lo es, ya que el hambre provoca malestar y malos royos entre los equipos de elite y puede hacer sucumbir los proyectos mas sesudos.


 

De nuevo Wichi, no lo duda y dice que el va hacer la panceta y que el que quiera se vaya para dentro. Ante tal órdago Pedro mas partidario de comer tierra, se resigna y mira con ansia la hoguera donde se va haciendo la carne, goteando rica grasa.

Con la boca llena de comida y regado con la bota de vino, las discusiones se terminan y por fin todos estamos de acuerdo en algo.. Que está muy rico.

Terminado el condumio, el personal se equipa y se adentra en la cueva. Yo primero decido hacer una pequeña prospección sobre la cueva, en especial en la zona de punta, a ver si localizo alguna sima que pueda aportar el aire a la cueva. El viento y algo de lluvia me azotan andando sobre el lapiaz, que en algunos puntos está claramente erosionado por hielos glaciares.

Pronto encuentro un bonito pozo de unos 10 m, que no conocemos a pesar de haber prospectado por allí, pero es normal ya que es una zona de lapiaz intrincado y con bosque espeso, donde o tropiezas con el agujero o no lo ves. Sigo por una zona horrible encontrado una dolina profunda y vertical que puede tener un meandro a media pared. Luego giro hacia una zona de pradera que sé que está cerca, pero me las veo y deseo para llegar allí haciendo equilibrios sobre agujas y esquivando maleza.


 Vuelvo a la cueva y me equipo, recojo el material de topo y para adentro. Bajo el único pozo de la cueva que está en la entrada y sigo avanzando por las galerías que conozco, marcadas por continuas cúpulas de disolución algunas pequeñas y otras de gran tamaño.

Foto Marta

Pronto llego a la galería final tipo mina, que termina casi taponada por formaciones y piedras, donde en otra ocasión Patrick y yo llegamos y comprobamos que había aire pero había que trabajar para pasar. Luego Pedro y Cristina consiguieron avanzar un poco más quitando piedras por un tubo hasta otra estrechez.

Veo que ha dejado los arneses y trastos allí y han seguido por el tubo, así que yo también dejo mi material, saco los trastos de topo y empiezo la topo desde donde lo dejamos la última vez.

Foto Marta

El tubo es ancho de unos 2 m. pero bajo, de no más de 0,5m. de alto, con restos de desecación poligonal. Una salita más ancha esta bien decorada con excéntricas aunque muy fósiles, luego una gatera de suelo de tierra y alcanzo al resto de las tropas, que se encuentran en un sector más amplio de 2 m. de alto y con más excéntricas.

 Este tramo pronto se ve reducido por columnas de formaciones y de nuevo forma un tubo de tierra de 1 m. de diámetro. Al final los chicos y la chica, forman una cadena de obreros que van sacando piedras que cierran el camino. La corriente de aire es muy fuerte, casi siempre entrante pero a veces cambia de sentido, seguramente influido por el fuerte sur del exterior.

 Trabajamos durante horas con Wichi en cabeza que se resiste a soltar el taladro. Los que descansan mantienen variadas conversaciones, incluyendo las divertidas historias que cuenta Moi de su primogénito, al que todo echamos de menos y estamos deseando volver a ver en el próximo campamento de F.Fria. También Moi nos cuenta buenas historias de sus excursiones para ver animales, como osos y lobos, mucho mas amenas que lo que le ha dado por hacer hoy y sin este aire frío que te deja helado.

 

Por fin el acceso al pozo está libre y nadie duda en dejar que Zape equipe, ya que si no lo va cambiar luego y pa que. 


 El pozo resulta ser mas profundo y amplio de lo esperado y como solo hemos traído una cuerda de 40 y otra de 12m., culpa mía. Zape se ve obligado a usar desviadores y poca comba.

Foto Marta

 Supera dos repisas y finalmente se le termina la cuerda a unos 5 m. del suelo. El resto bajamos hasta la última repisa y completo la topo hasta allí.

Foto Marta

La perspectiva es muy buena, con el aire y este pozo de 50 m. en forma de meandro. Las especulaciones se disparan y cada uno tenemos una opinión sobre donde puede ir. La más optimista habla de alcanzar las galerías del Carcabon, que en planta están bastante cerca pero más de 200 m, más abajo en el mejor de los casos.

En cualquier caso resolver estas incógnitas, precisará seguro varias salidas y mucho sudor pero el gusanillo de la exploración se ha despertado y nos comerá la cabeza.

Foto Marta

 Los Renacidos intentan acordarse de como se sube por la cuerda y finalmente, todos salimos del pozo, quitando la cuerda que habrá que equipar bien la próxima vez.

 De salida Marta intenta hacer arte con las fotos de la cueva, a pesar de los modelos que tiene que posamos fatal y somos muy feos.

Foto Marta

Foto Marta

Foto Marta
 
Nos agrupamos en la boca dando fin a las viandas que quedaban y completando las mochilas, para iniciar el descenso con el viento acosándonos. Enviamos mensajes informando a los colegas franceses sobre el resultado de las exploraciones, que preguntan interesados por la situación y compartiendo nuestras especulaciones y anhelos, que resolveremos juntos en próximas salidas.

Las siguientes visitas a esta cueva como suele ocurrir, serán con las expectativas más altas y esperemos que como también suele pasar no se frustren en algún agujero estrecho.

Llegamos a los coches justo con la caída de la noche, cansados pero satisfechos como solo unos locos de las cuevas pueden estarlo ante la posibilidad de que una cueva continúe.

Veremos si los Renacidos vuelven a sus tumbas o se ven atraídos por el ansia de exploración..

Continuará la Película con estos u otros actores.

Director: Se desconoce..

Jefe de cocina: Wichi, alias Tiro Fijo, o Capitán Vinazo

Instalaciones: Zape, Don Perfecto.

Fotografía: Marta, la Chica… la única Chica, no digo más..

Estrecheces: Pedro el gafas, Rastreator.

Guion: Moi, el ruiseñor de Comillas.

Topo: Ángel, el viejo de la nariz grande.

domingo, 12 de mayo de 2024

Japibirdai


 (02/05/2024)

Pues hoy toca cumpleaños (como me dice una ex-alumna que también cumple hoy: cada vez nos morimos más), y que mejor forma de celebrarlo que lejos del mundanal ruido y de la cobertura. Así que Cristina y yo nos vamos a mirar una cueva que encontramos hace unos meses (precisamente, el cumpleaños de Ana, que también venía), y que luego los jubilosos jubiletas han topografiado y mirado hasta una estrechez. 


 

Salimos de Valle, con muy buen tiempo, pero con previsiones de cambio. Tras un rato de subida llegamos a la cueva. Un pozo rampa de entrada de unos 9 metros da paso a una galería muy descendente, que pronto se bifurca en dos. Una serie de pasos agaterados nos deja en una galería con un suelo muy negro, y pronto llegamos a la estrechez. Allí la cueva se divide en dos. De frente, un bloque caído deja un paso muy estrecho: el pecho de lata de Gelo seguro que no pasa. Yo, por los pelos (me quedan pocos). Avanzo un poco más, y una nueva estrechez dificulta el paso. Tras un rato quitando una arena muy amarilla (muy parecida a la que hemos encontrado en la Torca de los Cubillones), logro pasar, hasta otra estrechez entre columnas de calcita. Logro culebrear entre ellas, y poco más allá llegó a otra estrechez que exige más contorsiones. Tras quitarme el casco, logro avanzar hasta que mi mano llega sobre un estrecho meandro vertical. Tiro una piedra, y cae apenas un metro. Se acabó. Pero joder, que pereza volver. Tira otra, anda, y así descansas. Nada, un metro. Otra más, que te han caído muchos años y no estás para salir del tirón. Hostia, esta rebota, y cae. Y cae... 

 


Tiro un par de piedras más y, efectivamente, parece haber un pozo relativamente amplio (aunque el eco es muy engañoso). Cae unas decenas de metros (mejor no aventuro cuántos, que luego siempre la liamos por exagerados). Hay que quitar unas cuantas piedras, pero... Además, en ese momento me doy cuenta de que la corriente de aire aspirante es muy notable. Antes apenas se notaba, pero en esta zona estrecha es muy llamativa. Está claro que habrá que volver con el resto de la troupe.

 


Dedico un buen rato a quitar un poco de arena, para que puedan pasar los señores grandes (AKA gordos). En ese rato el aire cambia un par de veces de dirección (lo que no suele ser buena señal, aunque el tiempo está cambiante en el exterior), pero a ratos sopla con una fuerza notable.

 


 

Finalmente salgo de la zona estrecha, y junto con Cristina revisamos otras gateras laterales (algunas se asemejan más a un parto que a una exploración, dice la Cris). Tras descartar los demás agujeros, vamos al pozo-rampa de salida y llegamos al exterior, donde nos recibe una agradable lluvia primaveral, que nos acompañará un buen rato hasta llegar a Valle. Como en los viejos tiempo, cuando éramos jóvenes y melenudos...

Fotos: Ángel García



domingo, 5 de mayo de 2024

¿Donde está el aire?


Torca de la Calera  30 de Abril de 2024

Cristóbal tiene puente y yo nada mejor que hacer, así que improvisamos una salida al Moro para completar algunas pequeñas escaladas que están pendientes.

El día esta soleado, pero el pronóstico da agua para la tarde, por lo que es muy probable que acabemos mojados.

Después de un cafetito en el Wily, subimos a Zorrocillas y cogemos las mochilas tomando el camino que ya nos es muy conocido. Los espinos nos acosan pero llegamos indemnes a la boca, con 20 grd de temperatura.


Nos equipamos y entramos en la boca que sopla ligeramente, lo que permite refrigerar la maquinaria, mientras bajamos por las cuerdas y los atléticos pasamanos.

 

Recogemos anclajes y otra cuerda por el camino y seguimos descendiendo hasta la galería del Ovni, de amplias dimensiones que desciende en rampa hasta que un pozo la corta.

En esta galería se suele notar el aire a pesar de su tamaño, pero cuando bajamos el pozo, este aire no circulaba por allí. Tenemos la duda de si al otro lado del pozo podría haber una continuación de la galería, pero desde abajo no se ve bien todo el pozo.

Hay una repisa en el lado derecho del pozo, que puede ser alcanzada con una travesía y que tal vez nos permite ver toda la pared opuesta.

Sacamos el material y parece que me toca a mí buscarme la vida. Encuentro una columna que puedo rodear con la cuerda y moverme por la repisa, hasta un resalte donde coloco dos multis y bajo.


Desde allí parece que solo me queda subir una rampa fácil para llegar a la repisa, mucho más fácil de lo esperado. Fijo la cuerda y viene Cristóbal.

Con los focos miramos el otro lado y solo vemos una alta y estrecha fisura casi rellena de coladas, además llegar hasta allí sería complicado, por que las paredes del pozo están cubiertas de coladas poco sólidas.

Decidimos que por allí no va a ser, es muy probable que el aire se vaya hacia lo alto del pozo, pero allí ya llegamos desde un meandro superior, sin encontrar nada que nos permitiera avanzar.

Parece que esta incógnita de la cueva seguirá siendo un misterio.

Como es pronto, decidimos acometer otra escalada cercana al inicio de un meandro colgado que escalamos y recorrimos durante centenas de metros pero también se cerró. En su primera parte una sala desfondada, tiene el techo alto por donde llega una chimenea. Dejamos una cuerda en su inicio por si volvíamos y hoy es el día.

Remontamos y la incógnita como suele pasar, no se parece a lo que yo recordaba y más bien se trata de un tubo en el techo, que gira hacia una de las paredes en la que parece perderse.

Desde el exiguo hueco donde llega la cuerda, aseguro a Cristóbal que inicia la escalada colocando algunos pulse, que le dan mas tranquilidad después de los multi de 6 mm oxidados que forman la cabecera de la cuerda.

Asciende y pronto cruza  al lado derecho, hasta poner el pie en un amplio meandro de unos 8 m. de alto. Fija la cuerda y subo desequipando la escalada.

Un pequeño resalte que formaría una vieja cascada es trepado sin problema y subimos el material de escalada para llegar a otro resalte sobre el que se ve hueco más amplio.

 De nuevo trepamos, pero la cosa no pinta muy bien ya que solo un pequeño tubo en el techo parece tener alguna opción de seguir. Con poca fe cojo unos pulse y voy encadenado pasos hasta el techo del hueco.


Cuando me asomo al tubo, veo que esta casi relleno de arena y colada pero detrás parece un poco más grande, aunque no hay aire. Con algún anclaje más me acerco al agujero y lo limpio con la maza, hasta que finalmente puedo pasar medio cuerpo, ya que no hay sitio para más, por que todo esta cegado y no es más que un recodo de meandro colmatado.

Bajo como subí pasando de pulse a pulse y llegamos a la cabecera de la escalada de Cristóbal, hay que decidir si desequipamos todo o lo dejamos, para hacer una travesía hasta otra chimenea grande, por la que baja bastante escombro y que tiene mala pinta.

Como se nos están terminando las opciones en esta cueva, decidimos darle otra oportunidad y dejamos allí el material, nos engañamos pensando que quizás la chimenea corte algún nivel de galerías superior.


Retrocedemos a una amplia sala y allí comemos por fin a las 16:30 que ya es hora. Luego ascendemos una corta cuerda que nos saca de la sala, pero en lo alto ahora se nota una fuerte corriente aire frío que nos da en la cara y eso que el agujero tiene mas de 5 m. de diámetro.

Mientras sube Cristóbal, miro con el foco y veo otro posible objetivo en un pequeño tubo en lo alto de un techo, que es fácil de alcanzar con una corta escalada. Ya tenemos más terreno de juego para otro día.


 Seguimos el aire que nos viene de cara y comprobamos que la mayor parte llega de un pozo chimenea, que ya bajamos, pero que seguramente el aire venga de la chimenea y seguramente del exterior.

Tomamos la ruta de salida en la que también se nota el aire de frente. Cuando remontamos los pozos el aire es fuerte y frío.

La explicación la encontramos en la calle, donde está nublado con llovizna y la temperatura es de 11 grd. Ha bajado 9 grd en unas horas.

Nos cambiamos a toda prisa, por que las nubes negras amenazan lluvia y nos congratulamos de nuestra suerte al no haber pillado las lluvias que se pronosticaban. Llegamos sin novedad a la furgoneta aunque hace frío para cambiarnos de ropa.


 El día aun nos reserva una sorpresa en la carretera, un poco mas abajo encontramos una especie de gallina con muchos colores, que no parece asustarse y que resulta ser un faisán de los que han soltado para cazarlos y que parece ha librado la temporada.

 Cuando llegamos al bar se desata la fuerte lluvia anunciada, pero ya nos pilla refugiados e hidratados.

No hemos encontrado el camino del aire en la cueva, pero hemos pasado un día entretenido y tenemos buena disculpa para cenar..