Marta tiene mono de cuevas y toca arrebato
para ir de vivac a Rubicera. Los pronósticos a principio de semana eran muy
malos y vista a experiencia de la vez anterior es para pensarlo, pero
finalmente la cosa mejora y no dan lluvia para el sábado .Nos juntamos cinco satélites
para ir un par de días de exploración. Cristobal, Zape, Marta, Angel y Olga de
Logroño que ha vuelto hace poco de un viajecito de cinco años en bicicleta por
todo el mundo y se reincorpora a la espeleo.
Vamos tarde, ya que en Asón, Chichi ya ha
terminado de pelar las patatas del sábado y nos sirve el café ritual..
El aparcamiento habitual está muy embarrado
y dejamos los coches mas lejos, completamos las mochilas y salimos a las 10:30
camino de la boca con un fuerte viento.
Llegamos sin novedad a la boca y tras
cambiarnos iniciamos con calma el camino al vivac, tratando de explicar a Olga
la configuración de las galerías por donde pasamos. El río esta alto pero no
mucho, por lo que casi todos llegamos al vivac sin meter la pata, menos el
Cañetero, que ha estrenado botas de siete leguas y no atina con los charcos.
Comemos en el vivac y salimos hacia la
punta , pasando junto a las cascadas del río Toxe que viene bastante cargado y
ruidoso.
Foto Marta |
Llegamos a la zona del P70, donde los
andaluces seguirán con su largo pasamanos en busca de una posible galería al
otro lado del pozo.
Foto Marta |
Los tres restantes nos dividimos en dos
equipos, mientras Zape y Angel, escalan un amplio tubo, Olga revisará un
laminador cercano que vimos la última vez.
La escalada es sencilla y pronto llegamos a
un laminador horizontal , que corta el tubo unos 17 m. mas arriba. Mientras
Zape revisa un desfonde lateral veo una luz y me doy cuenta de que es Olga que
llega al mismo punto por el laminador que esta recorriendo.
Foto Marta |
Nos juntamos y mientras Olga asegura a Zape,
en otra corta escalada a lo alto de la fisura, yo voy haciendo la topo. La
escalada no lleva a ninguna parte y nos retiramos topografiando el laminador y
desequipando la escalada. Al llegar a la sala de la Momia Verde, Olga descubre
un par de fósiles de amonites.
El trio calavera vamos a revisar una
cornisa elevada sobre la galería que lleva al P70, mientras oímos a los
andaluces que están desequipando el pasamanos tras no llegar a ninguna parte o
mas bien a otro pozo paralelo al P70.
Foto Marta |
En el impás llevo a Olga a visitar el oso
que encontramos hace unos años cuando llegamos a esta zona. Marta le ha contado
“maravillas” del “cadáver” del oso, pero lo ha hecho en andaluz, por que Olga
se espera encontrar casi a un oso rugiendo entre los bloques, por lo que cuando
le enseño los blancos huesos, parece desilusionada..
Volvemos donde Zape y le aseguro en una
travesía delicada hacia uno tubos. Terminado e paso le sigo y llegamos a un
desfonde sobre el P70, por un cruce seguimos hasta alcanzar otro desfonde sobre
el pozo. El resto de tubos son demasiado pequeños y nos retiramos topografiando
la zona.
Nos reunimos todos en la galería principal
y tenemos una montaña de material que sacar de allí. Afortunadamente una parte
se quedará cerca para una futura revisión de un meandro que hay en las gateras
y otra parte algo mas lejos para otra escalada que hemos decidido acometer para
revisar unos tubos.
Ascendemos el pozo de conexión con la sala
y seguimos por las zonas bajas hasta la salita redonda que hay en esa zona.
Zape husmea y revisa una fisura que corta la sala y en cuyo lateral parece que
se agranda lo suficiente para intentar pasar.
Cristobal fuerza el paso y desaparece
durante un buen rato, lo que siempre es buen síntoma. Retorna y de primeras
dice que no hay nada, pero ante nuestro escepticismo confiesa la verdad y habla
de una bonita y amplia galería.
Foto Marta |
Foto Marta |
Es tarde y estamos cansados, pero el hambre
de exploración es mas fuerte y decidimos hacer al menos un tramo de topo a ver
como evoluciona esta “galería Escondida”. Entran todos por la estrecha entrada
sin problemas pero yo no estoy tan estilizado y mis costillas no pasan por la
parte alta donde han entrado ellos. Afortunadamente cavando por debajo del paso
en el grijo, es posible arrastrarse y consigo pasar por la gatera descendente hasta
un resalte en cuyo fondo una gatera ascendente con grijo en el suelo termina en
una galería de mas amplitud con un cruce que lleva a un pozo estrecho.
Siguiendo a la derecha la galería aumenta de tamaño y una salita con un
destrepe y otro pequeño pozo en su base, da paso a una bonita galería de unos
4 m. de ancho por 2 m. de altura, con
suelo arenoso y muy cristalizada de gran belleza con paredes brillantes, que
desciende durante mas de 300 m. Olga que va en punta adelantada vuelve con
malas noticias indicando que la galería se cierra y no ha visto ninguna
continuación.
Avanzamos topografiando y se confirma el
fin de la ilusión. Volvemos revisando todos los cruces y haciendo alguna foto a
restos de posible lirones , aunque parecen mas pequeños y alargados que los habituales
que vemos en otros puntos.
Foto Marta |
Zape entra en una estrecha gatera y avanza
hasta salir a mitad del primer pozo, donde habla con los otros y cierra la
poligonal.
Salimos de esta nueva zona, algunos con mas
facilidad que otros y tras beber un poco, emprendemos el camino de retorno al
vivac, dejando otro nido de material para la escalada prevista.
Foto Marta |
Por fin a las 00:30 estamos en el vivac
tras una actividad de 14 horas, que se ha saldado con 528 m. de nuevas galerías
exploradas, algunas muy bonitas.
Mientras cenamos Olga nos cuenta historias
de la Siberia invernal y los problemas que conlleva sobrevivir con esas
temperaturas bajo cero, donde hasta las cosas más sencillas se convierten en
una experiencia. Por tanto las incomodidades de nuestro vivac 5 estrellas, no
nos parecen tan grandes después de lo escuchado a Olga.
Sobre las 02:00 estamos en el saco pensando
en la comilona que nos daremos mañana en Ason, si es que nos levantamos a
tiempo.
Son casi las 10 cuando nos levantamos y
preparamos el desayuno y dejamos el vivac listo para revista. Hay una montaña
de material en el vivac que hay que ir moviendo hacia la calle u otros puntos
de la cueva en exploración.
Cargamos lo que podemos e iniciamos la
ascensión hasta los niveles superiores. Llegamos al río que también esta
crecido pero no tanto como la última vez y pasamos sin problemas hacia la
galería del chocolate, donde llegamos solo los chicos. Tras un rato de espera
Cristobal se vuelve a buscar a las chicas y yo le digo que seguramente están
entretenidas mirando las anotaciones del libro de la travesía del Acebo.
Finalmente resulta que el “Triangulo de las
Bermudas”, se había tragado a Marta de nuevo.. para que luego digan que el
hombre es el único que tropieza dos veces en la misma piedra…
Rescatadas las intrépidas exploradoras
ascendemos el pozo y Zape y yo revisamos
algunas posibles escaladas, mientras Olga visita por su cuenta alguna galería
lateral.
Hacemos un nuevo nido de material para
otras exploraciones y tomamos rumbo a la calle salivando pensando en la comida.
Foto Marta |
Llegamos alas 14:30 a la boca y con buen
tiempo para variar caminamos hasta el coche y de seguido al bar de Margari,
donde somos torturados por la espera necesaria para conseguir mesa y saciar
nuestros más bajos instintos, aunque Zape esta a dieta y solo se come dos platos
de cocido y trata de robar el postre de Marta..
Así como casi siempre termina esta historia
de espeleólogos… Bueno falta lo de lavar el material, curar los golpes, pasar
la topo y fanfarronear en el bar…