lunes, 29 de diciembre de 2014

Inocentada preview (26 y 27/12/14)

Llegada del Río Totxe
Parece que las entrañables fiestas han hecho mella en la "chavalería" del AER, ya que el viernes 26 nos encontramos solos en el club Gelo y yo. Nos miramos de soslayo, balbuceamos alguna excusa poco consistente para tratar de autoconvencernos y poder volver al catre (cada uno al suyo, se entiende; joder, cómo sois...): que si llueve mucho, que si la cena/comida me ha sentado de pena, que si dos solos va a ser mucha paliza...

Finalmente, y ante la falta de alternativas (bueno, salvo ver Sólo en casa 3, Jack Frost o similar), nos encaminamos resignadamente hacia Rubicera. Salimos del coche entre bruma y una ligera llovizna, que va amainando por el camino, aunque no contribuye a mejorar nuestro escaso ánimo. Masoquismo postnavideño, para bajar turronazo y brebajes varios... Yo me lío ya con esto de la penitencia, no sé si es en navidades, en Cuaresma, en el Ramadán... puto lío.

Nos cambiamos y entramos agradecidos en la cueva, al menos desaparece el viento y el frío. El agua que se filtra en el paso de los bloques ya promete aguas altas, así que de camino descartamos retomar la exploración del río en el que nos quedamos la entrada anterior.

Vamos a proponer a Fredo que  MTDE fabrique trajes NBQ para poder entrar en la tienda...

Caminamos con brío hasta el vivac, aprovechando para hacer un repaso a la actualidad nacional y comarcal (con mención especial para nuestro imputado alcalde) para hacer más llevadero el peregrinaje por este verdadero laberinto. Bajados los pozos (que tienen un notable goteo), nos recibe el ya conocido olor a moho del vivac. Decidimos acercarnos hasta una escalada que entrevió Wychy en la galería con la que logramos unir en el vivac anterior, aunque se encuentra en el extremo más lejano, cerca ya de las Galerías de los Osos. Bajamos por tanto siguiendo el río hasta la gran sala por la que se precipita la cascada, para bajar después el P.40, que nos sitúa al pie de la escalada que nos permitió acceder a este nuevo "atajo". Una vez superadas las zonas bajas (menos mal que hoy me he acordado de traer rodilleras), llegamos hasta el lugar por el que una cascada nos trae un nuevo río, lugar en el que habíamos depositado el material. Decidimos bautizar este río como "Río Totxe", en recuerdo de un compañero riojano recientemente fallecido.


Recogemos material y nos dirigimos hacia la escalada. De paso, revisamos una serie de incógnitas laterales pendientes, pero ninguna de ella tira más allá de una decena de metros. El camino, sin ser penoso, tampoco es muy cómodo, dada la continua presencia de bloques.

Llegamos a la escalada que, vista con el foco, más parece una cúpula de disolución de enormes proporciones que un nivel colgado. Antes de liarnos con ella, vamos un poco más lejos, a mirar otro par de incógnitas. La primera, un ramal lateral en cuyo inicio hay huellas de algún animal, apenas avanza unos 40 metros hasta cerrarse por un derrumbamiento. Así que nos dirigimos hacia la siguiente: un meandro-pozo pendiente de bajar. Gelo comienza a instalar, y tras sortear algunos bloques llega a la cabecera de un pozo que se desfonda en una gran sala. Nos las prometemos muy felices, pero... al llegar a la sala, vemos una cuerda instalada en un lateral: nos encontramos en la Sala de la Momia Verde, ya explorada.

Volvemos por tanto a la escalada, y Gelo me cede el turno. Y como somos muy de tradiciones, pues...
   - Gelo, que el taladro no percute.
   - No jodas, si iba perfecto hace un momento.
   - Pues...
   -Ah, mira, del revés sí percute.
  -Pues dale...
Brrr, brrr, tac, tac, tac...
   -Geloooo, "mesaroto" el burilador...
   -¡Argggggggghhhh!

Resignados, desmontamos y nos dirigimos de vuelta hacia el vivac, tras fotografiar los huesos de un carnívoro en la Galería de la Tumba Blanca. Retornamos hasta el Río Totxe, donde dejamos de nuevo el material de exploración. La progresión por la "Galería de los Imputados" se hace más penosa de vuelta, cuando la motivación ha desaparecido. Sí, queda la motivación de la cena y eso, pero  si tenemos en cuenta que el menú son las sobras de lo que no fuimos capaces de tragar en el vivac veraniego de la 32, pues...











Llegamos al vivac con las rodillas al rojo vivo, tras casi 14 horas de actividad. Efectivamente, la cena no tiene mucho que ver con lo que hemos degustado dos días atrás: unos carbonara caducados, y una lata de albóndigas incomible. Nos quedará la duda de si el sabor picante venía de serie o es un extra provocado por algún agente patógeno presente en la comida (o en los cubiertos, cuya flora tiene poco que envidiar a la nuestra intestinal; es el Amazonas del mundo subterráneo).



La fosforescencia proviene de la comida...

Apuramos los restos de orujo, y una dormidina (aunque no nos queda muy claro si eran tales, o Saldevas), y al catre. Afortunadamente, este noche no hay ronquidos, pero los dolores acumulados (ay, la edad) hacen difícil conciliar el sueño. De fondo, el rumor del río crecido nos arrulla hasta caer comatosos... La noche será bastante mala, así que definitivamente debían ser Saldevas...


A las ocho y media tocamos diana, y tras un desayuno algo mejor que la cena, nos encaminamos hacia la calle. Las "gacelas" de ayer (ejem) han tornado hoy en rígidos y esclerotizados "robocops", que se arrastran hacia el exterior entre murmuraciones de "aymiciática" y "aymisrodillas"... En el exterior, el viento sur ha alejado la amenaza de lluvia, y entre las ventoleras nos vamos hacia el coche. Unas rabas y unas cañas en el bar pondrán fin al último vivac del año. No ha sido muy productivo en metros (apenas un centenar sumando pequeños recovecos), pero al menos nos ha permitido eliminar unas cuantas incógnitas. Si es que el que no se consuela es porque no quiere...

Y feliz año a todos, menos a uno...

domingo, 28 de diciembre de 2014

Fracasando... (20/12/14)

Érase una vez tres aguerridos espeleólogos del AER que un buen día decidieron reinstalar una sima de la comarca para revisar algunas de sus recónditas oquedades. Así que los tres cerdi... espeleólogos (no, no: cerditos, que todos conocemos las seculares deficiencias de su higiene personal) quedaron en el club, que no era de cartón ni de madera, sino de ladrillo (eso sí, un tanto cutre, que es la antigua sede del Sindicato Vertical; muy apropiado, por lo de vertical...). Y comenzaron a preparar, muy hacendosos, el material, con el alto grado de concentración que les caracterizaba, sólo ligeramente mermado por el consumo de psicotrópicos, la resaca, y los berridos del querubín de uno de ellos a las tres de la mañana que le había impedido conciliar el sueño...


Apaga la cámara, que te la vas a comer, julay...

Así que nuestros tres amiguitos se dirigieron a la cavidad, dispuestos a escribir otra página de oro de esas en el libro de la espeleología (libro, por cierto, que debe ser más sucio que las obras completas del marqués de Sade). De camino, se pasaron a ver a la Bella Durmiente, y aprovecharon su indefensión para ******************************* (que luego Google nos saca de sus buscadores).

...y el flash, en el club...
Ya en la boca, uno de los espeleólogos le dijo al otro:
       -Abuelito, abuelito, que nariz más grande tienes.
A lo que el otro le contesto:
       - No me toques los cojones y pásame la saca, pedezo de imbécil
(el que quiera cuentos buenistas, que cambie de web).

 Tras ponerse los atavíos, entraron para el oscuro averno.
      -Pásame el martillo.
      - ...
       -Joder, si es que no tenéis cabeza. En fin, ya me apaño con una piedra; dame el espitador.
      -....
      -  (snif)

Así que los tres espeleólogos se dirigieron hacia las profundidas del abismo utilizando lo que quedaba de la instalación antigua, amén de algunos naturales un tanto antinaturales (y antigravitacionales, porque contra todo pronóstico desafiaron la ley de la gravedad).
De canto no, Gelo, de frente...

      - Vaya, vaya, con este pasamanos no había contado. Tendremos que cortar cuerda y utilizar la del siguiente pozo.
      - Pues no nos llegará.
      - Que sí, que he metido un par de comodines.
      - Ya, los que hemos metido en los otros "no había contado"...
      - ...

Finalmente, los tres exploradorcillos llegaron al pie de la cavidad... Bueno, no. En realidad, se quedaron a siete metros de la base, debido a los diversos "no había contado". Así que los tres emprendieron la retirada, llegaron a la calle, donde dieron cuenta de sus suculentas viandas (aunque, lamentablemente, esta vez no había "dulcesoles"), y se retiraron hacia sus respectivas moradas...

PD: sí, ni tiene mucho sentido ni es particularmente interesante. Pero a ver qué cojones voy a hacer con una salida que ha sido una pérdida de tiempo total, y que no ha dado ni para hacer chistes...


domingo, 23 de noviembre de 2014

¡Pudimos! (15/16-11-12)



..y otro sábado de cuevas, que las drogas están caras y la programación da pena. De nuevo nos vemos las caras el sector castreño (Marta y Zape), Gelo, Cristóbal, Moisés (que retorna de entre los muertos en vida -es decir, padres) y muá (yo, para los que no seáis bilingües, ignaros).

En primer lugar, revisión del material, no vaya ser que esta vez (también) se nos olvide algo: cuerdas, taladros, dormidina, vino y orujo... Vale, está todo. Para los coches, parada en el Coventosa a tomar un café, y para Rubicera. En la entrada coincidimos con unos espeleólogos mallorquines que van a hacer la travesía hasta el Mortero de Astrana.

Una vez en camino, me doy cuenta de que se me ha olvidado (otra vez) hacerme la pedicura, oig. Los callos me matan con las putas botas de goma. Mis quejas sólo provocan risas despectivas, siendo motejado de "nenaza" (lo más suave). Ya en el vivac, papeamos para ir más descargados hacia la punta, y preparamos los equipos: Marta y Cristóbal harán una escalada de unos 30 metros encima del pasamanos situado en la base del P.40, y el resto nos iremos a tratar de unir la zona fósil que encontramos antes de verano con la galería en la que anduvimos el Rubio y yo. Llevamos tres intentos frustrados, pero hemos decidido insistir, dado que, de lograr unir, el ahorro en tiempo y esfuerzo para explorar la zona final de ese sector sería más que considerable. También el ahorro en rodilleras (nos evita la gatera de más de 300 metros, laputasumadre).

Busca a Wally...


Así que llegados al P.40 nos separamos, y de camino hacia la punta revisamos unos conductos ascendentes bastante estrechos, en los que se nota cierta corriente de aire. Moisés se desbrava como un titán, y logro llegar hasta la cabecera de un P.5 que queda pendiente de bajar. Decidimos dejarlo como última opción, y nos dirigimos hacia el punto que, según la topo, se encuentra más cerca de la galería objeto de nuestros deseos. Afortunadamente, contamos con la presencia de Gelo: haciendo gala de un olfato espeleológico acorde con la dimensión de su naso, en un "titá" nos sitúa en la "recta vía": una trepada -un tanto expuesta- permite así a Zape llegar al punto 81 de la topo que hicimos hace más de un año y medio: el tan ansiado atajo es un hecho.

¿Contempla extasiado las formaciones, o las lame? Putos pervertidos estos del AER...


Una vez instalado, optamos por dirigirnos a una de las zonas con incógnitas pendientes en ese sector: un río que proviene de algún nivel superior aún desconocido, y que corta la galería para dirigirse a su vez hacia otro nivel inferior. Suponemos que estas aguas resurgirán en la zona activa de la Galería de la Espeleogénesis (a una cota unos 80 metros por debajo de donde nos encontramos).

Antes de eso, Zape hace una trepada y encuentra una pequeña galería superior por la que llega otro pequeño aporte de agua. Mientras Gelo la topografía, Moisés trata de instalar el pozo, pero tras bajar varios metros, la batería fallecerá. De mientras, reviso un par de cruces pendientes (que se cierran enseguida), y una pequeña galería superior de unos 40 metros de desarrollo que acaba muriendo encima del pozo.

Prometemos acordarnos del flash algún día...

Vista la hora que es, nos dirigimos hacia el lugar donde el otro par habían realizado la escalada, topografiando el tramo de unión. Allí nos encontramos con Cristóbal y Marta, que acaban de finalizar su escalada. Marta nos cuenta cómo fue la cosa: "Partiendo del pasamanos,  hacemos una escalada de unos 20 metros que nos lleva a una repisa que bordea la sala. Hacia la izquierd,a tras una trepada de tres metros, un pozo baja de nuevo a la sala y abajo, a unos seis metros, podemos ver huellas antiguas de Cristóbal, de una repisa a donde llegó escalando otro día. Hacia la derecha escalamos otros ocho metros y continuamos por la terraza que bordea la sala, y acabamos en una zona arenosa que se estrecha sin posibilidad de continuación".

¡NO A LOS RECORTES EN LA ESPELEO!

Emprendemos el camino hacia el vivac, adonde llegamos a las diez y media pasadas, dispuestos a disfrutar de la pasta fresca que los castreños han traído (nada que ver con la espartana dieta a la que nos tiene acostumbrados Wychy). Acabamos el vino, y damos un buen bajón a las reservas de orujo. Tras la sobremesa (bueno, sobrebote, que es lo que hay), al saco, donde Marta se verá afectada una vez más por los efectos colaterales de la famosa dormidina, y su risa nos impedirá conciliar el sueño. Al menos, es mejor que la vez anterior, cuando fueron los rebuz... ronquidos de varios de los presentes los que lo impidieron.

Sex and violence...


El domingo nos levantamos calmosos, recogemos las cosas, y para la calle, donde tocará sesión fotográfica y de vídeo, con coreografía incluida (no pueden ser reproducidos aquí porque mi integridad física corre peligro si cometo tal atrevimiento). Paseo sin lluvia hasta el coche (nos vamos a malacostumbrar, ya verás...), birra donde Margari, y jornadas del cerdo en Ramales. Ya que los callos me han dado el fin de semana, qué mejor forma de contraatacar que con una ración de manitas de cerdo...

Estamos tan contentos porque sabemos que al menos en una semana no tenemos que volver a olernos...

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Retorno con descubrimientos

29 de Octubre de 2014


Hace muchos ,muchos años cuando no tendría más de 16 años me encontraba en la misma cueva de la que voy a hablar hoy Cxx, sin duda con mucha más agilidad y menos achaques, no se si con más ilusión seguramente…

Efectivamente en esta cueva hice mi primera topo, luego más adelante trabajamos con un generador y martillo eléctrico tratando de superar el laminador ventilado que hay en un lateral de la cueva. Posteriormente otros intentos con cemento expansivo fueron igualmente infructuosos y nos hicieron abandonar esta cueva en busca de lugares más generosos..

En los últimos años la mejora de nuestros medios de desobstrucción nos hicieron visitar puntualmente la cueva sobre todo Wichi que dispone de poco tiempo y la veía como un buen sitio donde pasar la tarde. Desgraciadamente esto solía ser en invierno y casi siempre el agua frustraba sus intentos.

El año pasado Wichi se dirigió de nuevo a la cueva para desentumecerse un poco, pero se encontró con que la tarea ya estaba hecha y un muro de escombro en la entrada de la gatera indicaba que alguien había trabajado mucho en el agujero.

Deducimos rápidamente quien podía haber estado trabajando en nuestra puerta trasera y no podían ser otros que Sandrine y Patrick Degouve, siempre atentos a todos los agujeros de la comarca y con una constancia demostrada necesaria para una obra como esa.

Formaciones en pared de colada
Tras contactar con ellos y calmar en lo posible , a las facciones antifrancesas del club, decidimos trabajar conjuntamente en las exploraciones de Cxx. Esto la verdad que era más fácil decirlo que hacerlo, ya que se trataba de una cueva muy peligrosa ante crecidas, que obligaba a contar siempre con el tiempo para poder acceder y con formas y sobre todo tiempos de trabajo muy distintos entre los Degouve y nosotros espeleólogos de fin de semana, con familia y fiestas que atender..

Finalmente se consiguió hacer una salida conjunta con Wichi, Cardin y Jose por nuestra parte, donde exploraron un nivel superior al lago y lo dejaron en rampas sobre sifones.

Las siguientes salidas las hicieron solo franceses por el mencionado problema de calendarios, realizando 2 escaladas y nuevas bajadas al nivel activo dejando la exploración en cabecera de un pozo en un tubo.

En este punto pudimos de nuevo encontrar una fecha que cumpliera los diversos requisitos y yo al menos puede ir con ellos a la cueva.

Por tanto heme aquí de nuevo muchos años después dudando que llevar al agujero estrecho y barroso , que no me asfixiara en las largas arrastradas pero que no me muriera de frío en las aguas profundas.

En la boca donde quedé con S&P nos saludamos y hablamos brevemente de las ultimas exploraciones respectivas que como casi siempre ellos tienen más que contar. Decidimos que material llevar y preparamos los petates. Yo desempolve mi viejo pvc y decidí no llevar chaqueta de neopreno y solo un chaleco ligero sobre mí no tan ligero peto.

Sobre las 9:30 entrábamos en la cueva con fuerte corriente de aire y tras un corto paseo llegamos a la famosa desobstrucción que Patrick acomete dándose la vuelta antes y entrado con los pies por delante. Le imito, pero ni conozco los lados más altos del laminador , ni tengo la fina figura de Patrick, por lo que me atasco y tengo que volver a salir revisar el paso y volverlo a intentar tratando de pasar mi hermoso culo por el lado más grande cosa que consigo a duras penas.

Descanso para comer en las nuevas galerías
El siguiente asalto es la desobstrucción propiamente dicha con una paso en S que solo me deja 1 cm. De margen a mi fémur para pasar, que divertida será la vuelta…

Lo siguiente es una larga pista americana de subir y bajar pequeñas rampas barrosas en un tubo de 0.5 m. de media ,intercalado por tramos medio inundados, que me hacen resoplar hasta llegar a un resalte donde me esperan, supongo que pensando que vaya paquete que hemos metido en el agujero, pero a lo hecho pecho y tendrán que aguantarme el resto del día.

Para refrigerar los calores del tubo llegamos a un profundo lago que hay que cruzar nadando , para de nuevo calentar subiendo unas rampas con barro a la rodilla y una cuerda de las de un paso para arriba y dos para abajo mientras patina todo bajo las botas. Superado el obstáculo , un pasamanos igual de deslizante nos deja en una galería fósil y baja que hoy está seca pero que otras veces ha estado sifonada.

Continuamos la progresión por mas rampas barrosas, cuerdas barrosas, escaladas barrosas, pasamanos barrosos, pues eso que la cueva tiene "algo" de barro.

Pendants cerca del río
Llegamos a la punta con el pozo inexplorado que Patrick me ofrece instalar, pero no me parece de buena educación, así que baja equipando unos 20 m. y le seguimos poco después. El pozo como era de esperar se convierte en rampa de barro y un nuevo lago, que mientras Patrick lo cruza, yo reviso un paso entre bloques que me deja en la base de una gran chimenea con una larga colada de más de 30 m.

Llega Patrick y bajamos una rampa hasta un pequeño sifón con algún tubo sobre él, pero no da para mas.

Volvemos al lago y lo cruzamos todos ,remontando luego más rampas , pero por fin la cueva nos da tregua y frente a nosotros se abre una gran negrura con una galería de grandes dimensiones con numerosas coladas y formaciones.

Avanzamos admirados y contentos como niños , aunque entre todos sumamos mas años que un puente romano. Unos centenares de metros más adelante hacemos una parada para comer algo y comenzar la topo antes de que nos liemos. La sopa que prepara Sandrine nos calienta un poco y reanudamos el trabajo con Patrick haciendo la topo con su técnica de “hombre orquesta”, ya que maneja el disto  y dibuja y el resto solo ponemos la mano para apuntar el disto.

Techo de la galería superior
Vamos recorriendo amplias galerías arenosas y pronto oímos el rumor de un río. Que proviene de unos bloques en el suelo de la galería.


Un cruce a la izquierda por el que se van P&S haciendo topo mientras yo sigo a la derecha , haciendo algo de video sin luz por la amplia galería hasta una sala donde la galería gira bruscamente a la derecha , pierde algo de tamaño y desciende hasta que un pozo casi la corta , aunque se puede pasar por una vira. Doy la vuelta hacia la sala donde en altura remontando unos bloques parece que hay un nivel , retorno hacia los topógrafos y oigo los gritos de Sandrine , que me llama y me hecha la “bronca”, por que hay que repartir la exploración, la entiendo aunque en el AER estoy acostumbrado a ir detrás , haciendo la topo y ni me planteo decirle a las tropas que me esperen, ya que tampoco lo iban a hacer.


Formaciones en galería superior
Llegamos a la sala y ascendemos los bloques topografiando y revisando algunas zonas laterales con bonitas formaciones y coladas que llegan de algunos niveles superiores que precisan cortas escaladas. En un extremo los bloques cierran el paso pero hay bastante aire que baja por ellos, por lo que asciendo entre bloques que no están muy estables y llego a una salita con coladas y un agujero sobre ella muestra un paso con aire entre bloques aun mas delicados, y que no se si mi cuerpo serrado pasará sin empujarlos. Bajo y les cuento lo que hay , con lo que damos la vuelta y revisamos otros ramales laterales también con pinta de colmatarse pero con niveles mas altos con formaciones.

Bajamos de nuevo a la sala y hacemos topo hasta el pozo que cortaba la galería y Sandrine cruza al otro lado para hacer el último punto.

Nos retiramos completando la topo hacia el origen de las exploraciones y yo bajo entre los bloques en búsqueda del río, al que llego tras unos pasos que me dejan en un estrato arenisco inclinado a la derecha por donde circula el río aunque es impracticable sifonándose río arriba y río abajo de esa sala.


Tapón de formaciones que cierra una de las galerías

Salimos terminando la topo, baño en el lago, y reasegurando el pozo, para seguir por el circo de pozos, rampas y pasamanos barrosos hasta llegar al lago y cruzarlo a nado para entrar en el tubo deslizante en el que  de nuevo peno por mi tamaño.

Les doy "pena" y se ponen uno delante y otro detrás para ayudarme a salir y empujar la saca cuando se atasca , Patrick me pasa la saca en la estrechez mientras yo trato de pasar mi femur y mi 46 por estos pasos, cosa que consigo entre resoplidos y sudores , pero hoy para variar no soy el más viejo y ni siquiera me queda el consuelo de echarle la culpa de mi fatiga a la vejez, al lado de estos “chavales” que me acompañan.

Son las 19:30 cuando salimos y hace calor por lo que nos quitamos los molestos neoprenos que hemos soportado unas 10 horas de ejercicios gimnásticos .

Empaquetamos el equipo cubierto de barro y arena y nos despedimos hasta la próxima ocasión a la espera de ver donde nos lleva la topo de esta vieja colega que es la cueva Cxx..

Hasta la próxima Sandrine y Patrick y gracias por el vino que daremos cuenta en breve no lo dudéis..

  

lunes, 27 de octubre de 2014

De ébola, rescates y cegueras morales...





 (Artículo de opinión PURAMENTE PERSONAL, sin conservantes ni colorantes...).

En las últimas semanas, con el rescate de Ceci, los espeleólogos y nuestra actividad hemos estado “en la cresta de la ola” (o en el fondo de la torca). Muchos hemos estado siguiendo blogs y noticias en prensa, ansiando tener noticias de cómo evolucionaban los acontecimientos. Las noticias (como no podía ser menos en un país en el que todos los ciudadanos somos los mejores ministros, los mejores seleccionadores y los mejores “todo”) venían acompañadas por una retahíla de comentarios de variado pelaje. Los más humanos, deseando un pronto rescate y una rápida recuperación, o pidiendo que las autoridades pertinentes actuaran con la debida premura. Sin embargo, había dos “tipologías”de mensajes que me han provocado una cierta “repugnancia moral”, si se me permite ponerme tan pedante.

En primer lugar, una serie de argumentos muy en la órbita “neoliberal”, que vende esa supuesta “responsabilidad personal” que debemos tener todos, para no depender de “papá Estado”. Esos comentarios venían a dar a entender que Ceci (y, por ende, todos los espeleólogos) éramos poco más que unos imprudentes e inmaduros, que íbamos por el mundo buscando el riesgo extremo sin preocuparnos de las consecuencias para nosotros ni para los demás. Particularmente, sin preocuparnos de esos responsables “contribuyentes” que venían a reclamar algo así como “ni un duro de mis impuestos para rescatar irresponsables”: si los espeleólogos son tan alocados, que se paguen un seguro para sufragar las consecuencias de sus vicios.

Creo que son mensajes muy sintomáticos de esa ética que tristemente se está imponiendo en España, de raigambre anglosajona y protestante, muy WASP ella, thatcheriana a tope (recuerden “no hay sociedad, sólo individuos"). Cuando esa mentalidad se junta con la tradicional mentalidad hispana de la trapacería, el chalaneo y el chanchullo, pues tenemos las portadas de los periódicos: “Nicolases”, Blesas, Ratos…
 

Muchos dirán que no es el caso, que lo único que se critica es que se dedique dinero público para pagar las consecuencias de vicios privados. Sí, pero… démosle una vuelta. ¿Y si en lugar de un espeleólogo accidentado –recordemos, una actividad estadísticamente muy segura- habláramos de un ciudadano que requiere un trasplante de pulmón tras décadas de fumar tres paquetes diarios –una actividad estadísticamente muy insegura? ¿Seguiríamos defendiendo que no merece ser tratado por un sistema público de salud?  Es posible que un neoliberal a ultranza diga que sí, pero probablemente muchos de los que critican que se rescate sin cobrar al accidentado, en este caso dijeran que no. Y las diferencias no son tantas. Y si las hay, en todo caso serían favorables al espeleólogo: su actividad es más segura; el problema es que es menos “normal” (en el sentido de cotidiano).

Pero había un segundo tipo de mensajes que también mostraban una notable bajeza moral. Y eran aquellos que  utilizaban el paralelismo con el caso del sacerdote español afectado por el ébola y repatriado.

Vaya por delante que soy ateo convicto y confeso, forofo de Europa Laica y, como profesor, firmo –y firmaré – todos los manifiestos para que la religión católica deje de usar institutos públicos para hacer proselitismo. Por si hay alguna duda, personalmente creo que a estas alturas del partido, las religiones (particularmente las monoteístas) poco tienen que aportar en el ámbito de la moral y la ética: sus virtudes, que las tuvieron- acompañadas de tantos o más defectos- han sido de sobra “absorbidos” por la(s) ética(s) laicas, con la ventaja de que estas son autónomas y racionales. Vamos, que no beso santos precisamente.

Ello no obsta para que valore que una persona con motivaciones religiosas dedique su vida a hacer el bien. El caso del sacerdote fallecido por el ébola es una de esas personas. Independientemente de mi opinión sobre su fe, sus acciones y su coherencia lo hacen merecedor de respeto. Por eso me resultó particularmente chocante ver mensajes de gente (quiero creer que eran los habituales “trolles”, y no espeleólogos) que, pidiendo la intervención del Estado en el rescate, aducía argumentos tales como “mejor traer al espeleólogo que a un cura”. El Gobierno español tenía la obligación ética –si no jurídica- de facilitar el rescate de Ceci, al menos para mi. Pero si eso es así para una persona accidentada que en su tiempo libre realiza un hobby (y, nos pongamos como nos pongamos de estupendos con eso de que “lo nuestro es un deporte-ciencia”, la espeleología es un pasatiempo para el 99% de sus practicantes, y me incluyo, aunque en ocasiones pueda tener connotaciones tangencialmente científicas) vale aún más para una persona que ha dedicado su tiempo a ayudar a los demás, máxime cuando lo ha hecho a sabiendas del riesgo que corre. No ver una cosa tan obvia es síntoma de una notable “ceguera moral”. Creo que ese tipo de argumentos nos han hecho un flaco favor en los medios de comunicación a los espeleólogos, y responden más al típico –y tópico- anticlericalismo analfabeto pseudoprogre (tan de pandereta como las habituales declaraciones de la propia Conferencia Episcopal) que al sentir del colectivo espeleológico.

 
Y creo que no es el sentir del colectivo porque precisamente éste se ha portado en el caso de Ceci. Se han portado aquellos que han acudido a Perú a rescatarle, se han portado los que han organizado rifas y campañas de apoyo, y se han portado todos aquellos que han colaborado económicamente o de cualquier otra manera. Y seguro que no han perdido mucho tiempo escribiendo tonterías en los diarios…

PD: Ceci, que te recuperes pronto, y a ver si vuelves por Fuente Fría, hombre…

PD2: las fotos están cogidas de la web, si alguna tiene derechos, por favor me lo indiquen y la retiro...

jueves, 16 de octubre de 2014

Rubicera again... (10/11/12-10-14)

La maja vestida... con buri

Tras varias salidas de día al sistema del Mortillano y cavidades adyacentes (no contadas en el blog por pura vagancia de los participantes), hacemos de tripas corazón y nos preparamos para dirigirnos de nuevo a nuestras famosas gateras rubiceriles. El objetivo es encontrar un paso en las galerías que encontramos más allá de la gatera de 400 metros (su puta madre, se dice pronto) que nos permita evitarla. La topografía nos decía que se encontraban relativamente "cerca" de las galerías que habíamos estado explorando en el entorno del Pozo de la Galleta antes del verano, así que...

Así que el viernes nos encontramos en el club Cristóbal, Wychy, los castreños y los Pedros, dispuestos a escribir otra de esas brillantes páginas de oro de la espeleología de las que habla Alfredo (teniendo en cuenta nuestra suerte y nuestra ortografía, sería de "horo" o asín). Pese a las nubes, el tiempo nos respeta hasta la boca de Rubicera, y tras cambiarnos enfilamos el archiconocido camino hacia el vivac. El cansancio semanal se refleja en los rostros y en los andares... Por lo demás, conversaciones costumbristras:

-¿Tienes el hornillo"
-No, creí que lo tenías tú.
-Hostia, se quedó en el club...

-¿Llevas el taladro?
-Sí; tú, las baterías, ¿no?
-Euhhh... Bueno, las del otro, ¿son compatibles?
-...

Todo ello, amenizado por la orquesta de viento de los que han tenido a bien hormigonar su estómago con cantidades ingentes de alubias de la tierra...

Tras llegar al vivac y comprobar que la mayoría no hemos traído cena, pues comenzamos a atacar las provisiones del día siguiente (ante todo, organización). Un poco de vino, otro poco más de orujo, una dormidina, y al catre. Zape se ha debido equivocar y, según Marta, se toma una (o dos) "Ronquidinas". Su popularidad en el vivac baja más rápidamente que la de Ana Mato en plena crisis del ébola...

Esto tá más negro que las tarjetas de Rato...
Nos levantamos entumecidos y poco descansados. Desayunamos bien (las provisiones merman que es un primor), y para abajo. Nos esperan varias horas hasta la punta de exploración. Como sólo uno de los presentes ha estado, la conversación toma un tono escolar: 

-¿Queda mucho?
-¿Cuánto falta?
-Tengo pis...
-Estoy hasta el rabo de ir a rastras...


 



Este debe ser el "Excalibur" ese del ébola...


A medio camino paramos a comer, y seguimos hacia la punta. Poco antes del lugar donde dejamos la exploración hace ya año y medio, nos dividimos en dos grupos para ir mirando incógnitas. Mientras los castreños y Cristóbal revisan varios laterales, los Pedros y Wyhcy vamos hasta el punto final, y retomamos la topografía. Unas gateras de arena con huellas de lirón van descendiendo progresivamente. Pedro se adelanta mientras los otros dos vamos topografiando. La dirección es magnífica, va como un tiro hacia las galerías con las que esperamos conectar; la inclinación, la adecuada; las formas de las galerías (que se van ampliando hasta formar un bello meandro con marmitas) y las formaciones, espectaculares; huellas de un mamífero muy similares a las que habíamos visto en la otra galería; todo huele a unión... hasta que se cierra en la base de un P.20 impenetrable, por el que circula una notable corriente de aire. Desconcertados y cansados, emprendemos la retirada. A mitad del meandro nos encontramos con el resto del grupo: uno de los ramales que han revisado les ha llevado hasta el mismo punto. Tampoco han logrado unir, y la decepción se refleja en nuestros caretos...

Alegrad esas caras, que peor lo lleva la Ana Mato...

Son las ocho de la noche, y nos quedan muchas horas hasta poder llegar al vivac. Volvemos lentamente por la variante encontrada por los otros, con bastante menos ánimo. Al salir de las gateras, los rapidillos salen en cabeza hacia el vivac, mientras que los lentos optamos por un ritmo más pausado. A eso de la una y media de la mañana superamos "el resalte de 150 metros" (como lo llama Wychy) y llegamos al vivac, donde el olor del rissoto con setas enmascara el habitual olor a moho (glamour...). Una cena reconstituyente, y unas horas de sueños nos dejarán...

...baldados, que es como nos levantamos el domingo. Un desayuno raquítico, recuento de material, y para afuera. Al menos, comenzaremos a ahogar nuestras penas en el Coventosa, con unas birras y unas rabas. Esta vez no pudo ser, veremos si la próxima...

Fotos: Marta Candel y Pedro González
















domingo, 7 de septiembre de 2014

Ffria 2014 : Explorando, riendo, bebiendo, comiendo..

 18 al 26 de Julio de 2014

Las actividades que se han realizado en la campaña ffria 2014 se han centrado básicamente en dos cavidades en curso de exploración. El sumidero de Rueñes y la sima FA 32.


Foto Nuria
Foto Carol

 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
El sumidero que ya fue explorado en el pasado por la SEII y los franceses del SCP y nosotros lo reequipamos el año pasado.
Tras bajar un pozo de 20 m. , hacia el norte se abren unas salas de bloques y coladas entre las que llegan dos o 3 afluentes resbalando por el estrato arenisco.

Fotos Carol

  Hacia el sur el agua se desliza por el estrato arenisco y nosotros resbalando sobre él descendemos a veces a 4 patas y otras arrastras evitando bajar sobre el agua.
Algunos aportes fósiles por la derecha pero en general no hay cruces y se trata de un laminador ancho y bajo , que tras 290 m. parece cerrarse en un sifón.
Foto Carol
Pero un selectivo paso a la derecha de unos cuantos metros permite acceder a una galería paralela a la que llega otro aporte. Aguas arriba se estrecha excesivamente, pero aguas abajo permite superar el sifón (tras otro paso muy estrecho), y continuar la exploración sobre el estrato margoso. Tres entradas durante el campamento permitirán incrementar el desarrollo de la cavidad hasta el kilómetro. El sumidero sigue, aunque las condiciones de exploración son bastante penosas, debido al tamaño de los conductos y al agua que te empapa desde el primer minuto, y que vuelve a esta cavidad particularmente peligrosa en caso de lluvia.


Respecto a la FA32, o sima de los hoyos de la Yesca, lleva 10 años formando parte de las actividades habituales de las campañas de ffria, pero por fin el año pasado fue posible forzar el paso estrecho de la cota -100 y bajar nuevos pozos hasta la cota -200 , donde un laborioso meandro necesita una hora de recorrido , para llegar a una nueva línea de pozos con algunos aportes y espacio justo para montar un vivac, cosa que hicimos en Junio.
Los últimos ataques efectuados en enero a esta sima por un aguerrido equipo y con una instalación más que ligera, permitió llegar a la cota -545 con pozos de 50, 37,100 ,20 m. y otros varios de menor tamaño.
Foto Juan
 
Como preparación a la campaña también se instaló cable telefónico hasta el vivac como parte de un ejercicio de comunicaciones del socorro cántabro.







Foto Pedro
Así pues durante la campaña partíamos de una situación con vivac para 4 personas montado en la cota -250 a unas dos horas del exterior y conexión telefónica hasta la boca de la sima.

Por tanto hicimos un plan de ataque basado en equipos de 4 personas que se irían turnando en la sima, en descensos de un día, vuelta a dormir al vivac y salida al día siguiente.

Se necesitaba tirar cable desde la boca hasta el campamento durante unos 700 m. y reequipar casi todos los pozos instalados por debajo del vivac con una instalación más alejada del agua y más segura.

El sábado 19 entraba en la sima un aguerrido equipo formado por los castreños, Cristobal y Moi , mientras que otro equipo instalaba cable por el lapiaz hasta el campamento.

Durante el descenso se fue comprobando la conexión telefónica y quedó confirmada la conexión Vivac –campamento.

Se comenzó la reinstalación de los pozos de 50 y 37 m. situados por debajo del vivac así como del gran pozo de 100 m. Por la noche el equipo comunicaba que solo habían podido completar parte de la instalación del p100 al quedarse sin baterías y casi sin spit debido al gran número de anclajes que había precisado esta reinstalación.
 

El domingo mientras iniciaban el ascenso desde el vivac, entraba otro nuevo equipo formado por Juan, Cardin ,Cola y Ángel, con dos nuevas baterías y más anclajes y cuerdas. Tras cruzarnos en el camino y confirmar la información el nuevo equipo llegó a una repisa situada a unos 20 m. de la cabecera donde habían instalado un pasamanos sobre un espolón.
Foto Juan
Decidimos cambiar de pared en el pozo para alejarnos aún más del agua y tras algunos equilibrios se consiguió iniciar el descenso por ese lado y con varios péndulos y fraccionamientos llegar a la base de este pozo por el lado contrario del agua. Había sido largo y con mucho material pero el agua ya no era un problema en este pozo.
El siguiente pozo de 20 m. también fue reequipado fuera del agua mientras Juan desinstalaba la vía antigua y se calaba de agua claro. Una vez abajo y dado que era las 16:00 decidimos comer algo y continuar por un meandro en general ancho pero con numerosos resaltes, algunos equipados por la expedición de enero y otros que precisaban equipamiento. Dado que todavía estaba bien seco, decidí meter una pierna en un profundo gours y llevar uno de mis pies empapado (debe de ser que los años no me hacen más listo).




 
Foto Juan
La instalación de este meandro nos llevó varias horas y se clavaron al menos 6 resaltes, hasta llegar a la punta alcanzada en enero en la cota -545.
Se trataba de un gran pozo de unos 20 m. de diámetro y sondeado en más de 80 m.



Comenzamos instalando un pasamanos de cabecera en altura sobre el agua y una línea de pequeños péndulos hasta una repisa 40 m. más abajo, desgraciadamente el pozo giraba hasta desarrollarse justo bajo el agua que caía por el pozo resultando muy difícil evitar la lluvia. Además nuestra última batería se agotó y fue preciso meter un spit a mano, para bajar un pozo de unos 20 m bajo el agua hasta otra repisa y estudiar al menos la continuación de la sima. Una vez abajo se pudo ver que seguía otro pozo de unos 40 m., pero la subida del último tramo me dejó completamente empapado y suponía un serio inconveniente para continuar las exploraciones.
Se habría una esperanza ya que me pareció ver un rayo de luz que atravesaba un espolón justo bajo el curso de agua, lo que si era viable tal vez permitiera esquivar el agua. Sin baterías, mojado y tras muchas horas, dejé esta variante en manos del siguiente equipo, ya que todavía nos quedaba ascender hasta el vivac casi 400 m. por encima.

Foto Juan
Tras alcanzar el vivac y comunicar con el exterior informándoles de lo realizado y necesidades de material y opciones, nos metimos en la tienda con el hornillo que nos devolvió el calor y desató aun más la lengua de Juan que nos amenizó con sus comentarios sobre el “master chef” subterráneo. Desgraciadamente la información sobre la comida que había en el vivac no era correcta y aunque había mucho de todo, solo había pasta china como plato fuerte para cenar, cosa que no nos llenó de alegría.
La noche pasó rápida y vino el habitual esfuerzo por salir del saco, aunque el hornillo pronto caldeó la tienda y animó los espíritus.
En dos horas salimos hacia el exterior y nos encontramos por el camino con el siguiente equipo de élite que descendía a continuar las exploraciones, Bernard, Cristóbal y los Pedros a los que dimos las últimas indicaciones y continuamos hacia el exterior pensando ya en las cervezas frías y los torreznos a la parrilla.
Foto Pedro

El día pasó y por la noche de nuevo sonaba el teléfono en el campamento informando del resultado de la punta realizada. Había buenas noticias como que el pozo de la Mojadura efectivamente se podía esquivar por la ventana que habíamos intuido y no te mojabas al bajar. Habían bajado la segunda parte del pozo unos 40 m. más y luego un meandro con el río y algunos resalte de más de 10 m. , que precisaban pasamanos y mucho material.




 
Foto Pedro
Se habían quedado sin spit, baterías y casi sin cuerda y la sima estaba en la cota -700 que era lo más que esperábamos bajara esta sima y seguían los pozos sin ver fondo.
Esa noche se configuró el siguiente equipo de ataque a la sima, que lo compondrían Moisés, Miguel, Manu y Alex un andaluz que llegó con Miguel y que era su primera visita a ffria.
Por la mañana de nuevo ambos equipos se cruzaron en la sima, pero en el meandro de los Cantarines Manu se hizo daño en la mano y Alex se encontraba muy cansado, por lo que decidieron darse la vuelta. Así pues el equipo se redujo a la mitad y las posibilidades de llegar a la punta y poder avanzar se redujeron bastante.
En el exterior quedamos a la espera de contactar por teléfono durante la noche pero esa conexión no llegó. Por la mañana mandamos un equipo a revisar la línea y descubrimos que los caballos la habían arrollado en un punto y estaba cortada. Se reparó y se pudo contactar con los de la sima que ya estaban saliendo.
Moi y Miguel, habían llegado a punta y habían seguido instalando péndulos y pasamanos esquivando varias cascadas, la sima seguía bajando y la cota alcanzada a falta de topo rompía todas las previsiones que teníamos..
Ese día miércoles no entró nadie en la sima pero el jueves un último equipo nos dirigimos de nuevo al agujero, lo formábamos Juan, Miguel el gallego, Cardín y Ángel. Llevamos las ultimas cuerdas que quedaban en Ffria, dos baterías y más spit que habíamos tenido que pedir con urgencia a Alfredo en uno de sus viajes desde Ramales a Ffria. Esta vez nos aseguramos de llevar una cena decente y nos lanzamos por las cuerdas, llegando a la punta alcanzada por Moi sobre las 15:00, donde comimos algo y emprendimos los trabajos de topo y equipamiento de los nuevos resaltes que seguían pareciendo bajo nuestros pies.
Foto Pedro
Foto Miguel















Sobre las 18:20 llegamos a la cabecera de un pozo de 40 m, pero solo nos quedaban 20 m. de cuerda por lo que Juan bajo hasta donde le llegó la cuerda y nos dimos la vuelta. La topo mostraría que estábamos en cota -750 por lo que la base del pozo debería de estar sobre los -790 es decir casi la cota del sifón de Garma y por tanto de los niveles activos del sistema del Mortillano, pero a más de 2 Km en línea recta de cualquier punto del sistema a esa cota.
Comenzamos el ascenso sobre las 18:40 un poco decepcionados y muy extrañados de los niveles alcanzados.
La subida fue lenta y yo para colmo volví a meter la pata en el mismo gours profundo pero esta vez fueron las dos piernas..
Sobre las 23:10 estábamos todos en el vivac cansados y hambrientos. Intentamos contactar con el exterior pero no fue posible, luego nos enteramos de que los caballos de nuevo habían saboteado nuestra línea de comunicaciones.
La cena fue mucho mejor y mis pies mojados se secaron por lo que conseguimos dormir algo. Por la mañana tras dejar recogido el vivac y tomar nota de la comida y material que quedaba salimos al exterior donde nos esperaba buen tiempo y las inevitables cervezas…
 
Imagen de la Virgen del Vivac
Terminaban así los descensos en Ffria a la FA32, que mantiene todos sus secretos aún ocultos y que nos ha dejado desconcertados sin saber dónde puede ir el agua de sus ríos. Ya que parece casi imposible que se dirijan a la surgencia del sistema del Mortillano, cuya cota ya ha alcanzado prácticamente y se encuentra a más de 3 Km. en línea recta de dicha surgencia.
Habrá que realizar coloraciones para ver si descubrimos donde se dirigen sus aguas aunque actualmente la sima se encuentra en medio de ninguna parte y muy lejos de cualquier posible surgencia conocida.
 
Lo que es seguro es que esta sima nos va a dar mucho trabajo ya que solo en esta campaña se han clavado más de 150 spit y muchos metros de cuerda, pero dado lo lejos que se encuentra de “todo”, y si algún sifón o derrumbe no lo impiden es probable que tengamos aún muchas horas de progresión bajo la punta actual de la sima..
 
Continuaraaaaaaaa…..