Sábado 12 Noviembre de 2022
Torca de La Calera.
El equipo de Castro está lesionado, Pedro y Wichi no están y nadie más da señales de vida, también ha llovido, así que preveo un fin de semana tranquilo y relajado. Craso error, a las 19:00 suena el teléfono.
Es Cristóbal, que aunque tenía compromisos familiares, tiene síndrome de abstinencia y propone ir de cuevas, aunque dice que podemos hacer cualquier otra cosa, no cave duda de que necesita un poco de oscuridad y humedad.
Como no he podido negarme, aquí estamos el sábado a las 10:00 en el club, recogiendo el material para volver de nuevo a la Torca de La calera, que s una actividad idónea para solo dos personas y terreno mojado.
La última salida nos dio un buen susto y a Zape un buen golpe, del que aún anda renqueante, cuando “voló” varios metros en una escalada y se golpeó con un saliente. No tiene nada claro que pasó si se salió el anclaje o que?.
El objetivo de hoy será continuar esa escalada, recuperar el material que hay allí, y alcanzar una posible ventana que Zape veía mas arriba.
Con estos planes en la cabeza, vamos al Willy para tomar café y allí vemos, una de las actitudes que tienen que soportar los que se dedican a ese negocio. Un tipo se hace el loco y trata de irse sin pagar el café, pero Willy tiene el culo pelado con estas cosas y lo pilla al vuelo, solo para oír excusas bastante pueriles.
Nosotros dejamos a Willy afrontando el resto día de cara al público y nos encaminamos hacia la soledad de la cueva que muchas veces agradecemos.
La marcha por el monte no es tan húmeda como esperaba, pero si debemos pelear con los espinos que de un día para otro ocupan el camino.
Sobre las 11:30 entramos en el agujero que está bastante seco a pesar de la lluvia, bajamos los pozos y llegamos a la galería principal, donde recogemos una cuerda y seguimos para la punta de la galería Camino al Sol, pero previamente hacemos una parada de avituallamiento en la sala, donde dejamos el resto de la comida.
Sobre la 13:00, llegamos a la base de la escalada, donde todo el material está bastante embarrado. Se supone que la cuerda pasa por cinco anclajes, aunque desde abajo solo se ven bien tres de ellos. En cualquier caso debe de ser suficientes y si aguantaron el vuelo del noble cuerpazo de Zape, no debe de haber problema en aguantar el peso pluma de Cristóbal.
Bloqueo un extremo de la cuerda y Cristóbal asciende por el otro extremo. Cuando llega al final, comenta que el último pulse que aguantó la caída está bastante salido.
Monta una reunión con dos multis y un pulse, fija la cuerda y subo hasta allí. Lo que vemos no nos cuadra mucho, ya que por encima de nosotros se ve otro pulse intacto con una cinta exprés por la que no pasa la cuerda. Especulamos si a Zape se le soltó el mosquetón, con el que se unía a ese anclaje antes de pasar la cuerda o que pudo pasar.
Mas tarde hablando con Zape nos aclara que el último anclaje bajó con él, así que lo que sucedió es que al salirse el último anclaje y caer sobre la exprés, se produjo un efecto conocido en algunos casos, en el que la cuerda hace un bucle sobre el gatillo del mosquetón del seguro y este se abre y la cuerda se sale. Esto hizo que el pobre volara más de 5 o 6 m.
Cristóbal ahora debe de continuar la escalada hacia una ventana que se ve a unos 5 m. por encima y otros tantos a nuestra izquierda. El problema es que la roca es bastante mala y por encima se ven bloques pegados con colada.
Asciende con algunos pulse tratando de buscar roca estable, hasta que llega a una vira, donde coloca varios multis y se acerca por encima a la ventana, por un terreno inestable.
Finalmente alcanza la ventana que parce continuar, pero una vez dentro y tras un destrepe todo se cierra. Es lo de casi siempre en este negocio, mucho esfuerzo para una nula recompensa.
Solo nos queda desequipar y bajarnos de allí, aunque es mas fácil decirlo que hacerlo, ya que desequipar la travesía es igual de malo que hacerla, pero lo conseguimos, montando una triple reunión de multis ya que la roca es mala en general.
Recuperamos la cuerda y tomamos el camino de salida, con todo lleno de barro y mojado, remontamos el pozo de cabecera estrecha y de nuevo estamos en la sala, donde nos queda por mirar un tubo, en lo alto de una colada.
Un par de anclajes y pronto queda descartada también esta incógnita. Parece que esta zona podemos darla por periclitada, aunque en lo alto de la sala a unos 30 m. de alto, podría haber una tubo o fisura, pero sería una escalada muy larga, en muy mala roca, para un objetivo muy poco probable, así que lo dejaremos para el día que no nos quede nada mejor que hacer en esta cueva o tal vez para generaciones futuras.
Cargamos unas pesadas sacas de cuerdas y material embarrado y desequipamos algunas cuerdas cortas hasta el rapel guiado. Nos deslizamos por este y seguimos hacia la galería principal, donde dejamos el material y aligeramos las sacas.
La salida es rápida y aun llegamos a la calle con luz al exterior sobre las 18:00., tomando el camino de vuelta por el cerrado monte donde la noche nos alcanza. Cunado estamos cerca de los coches, dos figuras emergen de la noche, son Marta y Zape, que andan de excursión por la comarca y han subido a buscarnos para ir juntos a tomar unas cervezas.
Terminamos la jornada donde empezamos, en un rincón del Willy con amigos y parejas comentando el día, que no ha sido provechoso en exploraciones, pero al menos a servido para quitar el mono de Cristóbal..