Ángel García.
Estamos en agosto y casi todo el mundo está fuera de la comarca, de
campamentos en Picos o de vacaciones familiares, así que solo estamos el abuelo
y el profesor y vamos a las nuevas galerías situadas al norte del Pozo Balourd
(Galería de Cañete), en el Sumidero de Cellagua.
Bajamos con calma hablando de los
temas más diversos; cuando andamos por el cañón de Cellagua y las galerías de
Borgoñeses, incluso osamos abordar el oscuro mundo de la sexualidad femenina,
quedando clara nuestra ignorancia más absoluta. A las tres horas llegamos a la
escalada y a las nuevas galerías. Estas poseen buen tamaño, con falsos suelos
de coladas de más de 40 centrímetros de espesor. Hacemos algunas fotos y
continuamos hacia la punta. De camino encontramos bonitos tramos con formaciones
o suelos blancos.
Llegamos a la punta, donde dejamos hace unos días un tubo colgado a unos 8 metros, comemos algo y comienzo la escalada en libre sobre una fisura, recordando mis tiempos por Yosemite (que viejo soy). Un spit de salida de la fisura, salgo en libre y pongo el pie en el tubo.
Llega la emoción de la exploración, el tubo de 2 metros de diámetro con formaciones es bonito y con muy buena pinta. Una curva 10 metros más adelante oculta la continuación. Aparto las ganas de mirar e instalo la cuerda con 2 spits para que suba Pedro. Luego nervioso voy a la curva y... mierda; el tubo desaparece en un balcón sobre un cañón, que al principio pienso es el mismo por el que se llega a esa zona. Bajón. Miro mejor y no, es otro cañón diferente con un suelo intermedio de grandes bloques y arena y el techo roto a 8 ó 10 metros por encima.
Empezamos topo desde la escalada
y bajamos al fondo del cañón por una rampa instalando una cuerda en unas
formaciones. Seguimos bajando entre bloques hasta un resalte que equipamos en
precario con un trozo de cuerda ya que no llevamos muchos anclajes.
Trepo sobre un bloque plano
empotrado en las paredes y llego a un gran desfonde que sondeado cae 30 ó 40
metros. Enfrente, a unos 8 metros, otro suelo de bloques empotrados y por la
pinta más desfonde. El disto da unos 20 metros de cañón por delante.
No está claro que es lo que tenemos delante, pero lo que sí está claro es que no llevamos material para afrontarlo. Por tanto, decidimos usar lo que tenemos para hacer un pasamanos a otra ventana y revisar una escalada corta en Cellagua, así que media vuelta y como siempre la incógnita de lo desconocido... ¿Qué pasará?
No está claro que es lo que tenemos delante, pero lo que sí está claro es que no llevamos material para afrontarlo. Por tanto, decidimos usar lo que tenemos para hacer un pasamanos a otra ventana y revisar una escalada corta en Cellagua, así que media vuelta y como siempre la incógnita de lo desconocido... ¿Qué pasará?
Pedro hace la travesía a la otra
ventana, donde un tubo ascendente acaba enseguida, no teniendo mayor interés.
Luego, antes de irnos, reinstalo la escalada a la galería norte de “la
vértebra”, para hacer fotos a la misteriosa vértebra gigante que apareció en un
lateral de la galería y que pensamos debe de ser muy, muy antigua, ya que sólo
ha podido llegar a través del antiguo río que relleno la galería de grava. Las
fotos con la cámara que llevo salen fatal pero espero den idea del tamaño.
Desinstalo de nuevo la escalada y nos vamos para Cellagua.
Una hora después estamos en el cañón y afronto la aparente fácil escalada. Pero en este negocio nada es lo que parece: una trepada en libre un spit de salida y me encuentro debajo de una escombrera inestable sobre la que se posan grandes, muy grandes bloques (el de Zape al lado de estos es de juguete). No me atrevo a tocar nada y mi corazón se pone a prueba... Decido subir por una placa clavando 4 spit, para salir sobre escombros en un lateral. Subo por los escombros junto a los gigantes y con más miedo que vergüenza, pensando en la bajada.
En lo alto, como se intuía un gran volumen de bloques gigantes y todo muy roto y caótico. Pero en lo alto veo un hito y luego más que me da idea de que han subido allí por otro lado río arriba. Reviso la zona y no veo nada que merezca la pena; tampoco es un lugar muy agradable para estar... Bajo hasta la cuerda con muchísimo cuidado, mirando de reojo los monstruos asesinos y de nuevo a las cuerdas donde monto rappel en doble de un As y bajo desinstalando la escalada.
Una vez recuperada la cuerda, yo recupero la calma y nos vamos para la calle. Nos queda remontar los pozos y alguna sorpresa cardiaca por el camino con una cuerda enganchada. A las 22:30 en la calle tras 12 horas de actividad; no hay manera de jubilarse en este club...
Una hora después estamos en el cañón y afronto la aparente fácil escalada. Pero en este negocio nada es lo que parece: una trepada en libre un spit de salida y me encuentro debajo de una escombrera inestable sobre la que se posan grandes, muy grandes bloques (el de Zape al lado de estos es de juguete). No me atrevo a tocar nada y mi corazón se pone a prueba... Decido subir por una placa clavando 4 spit, para salir sobre escombros en un lateral. Subo por los escombros junto a los gigantes y con más miedo que vergüenza, pensando en la bajada.
En lo alto, como se intuía un gran volumen de bloques gigantes y todo muy roto y caótico. Pero en lo alto veo un hito y luego más que me da idea de que han subido allí por otro lado río arriba. Reviso la zona y no veo nada que merezca la pena; tampoco es un lugar muy agradable para estar... Bajo hasta la cuerda con muchísimo cuidado, mirando de reojo los monstruos asesinos y de nuevo a las cuerdas donde monto rappel en doble de un As y bajo desinstalando la escalada.
Una vez recuperada la cuerda, yo recupero la calma y nos vamos para la calle. Nos queda remontar los pozos y alguna sorpresa cardiaca por el camino con una cuerda enganchada. A las 22:30 en la calle tras 12 horas de actividad; no hay manera de jubilarse en este club...
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