Cueva del Valle del Oso
9 Noviembre 2024
Por Marta Candel
No volvíamos a esta sima desde Junio. Tenemos tantos frentes abiertos que Gelo se está empezando a poner nervioso. Pero somos pocos y aunque parezca mentira siguen apareciendo muchos sitios nuevos donde explorar ya que contamos con la inestimable colaboración del mejor rastreador de la comarca: Pedro Merino, alias Rastreator. No hay agujero que respire que no sea detectado por su… ¿agudeza visual?
Sea por lo que fuere, nos provee de continua diversión, por mucho que a alguno le pese.
Este sábado no está Gelo, así que preparamos el material sin restricciones ;) a tope de todo, que no falte de nada.
Pedro tampoco viene, pero amenaza con darse un paseo por fuera “a ver si encuentra algo”, y todos le rogamos encarecidamente que se quede en casita tranquilo, que ya tenemos bastante.
Viene con nosotros Nelín, de la Asociación Espeleológica Burnia de Galdames, por lo que la risa está asegurada.
Así que vamos muy entretenidos para la torca Zape, Cristóbal, Nelín y yo, Marta, poniéndonos al día de las últimas anécdotas acontecidas.
La primera parte de esta cueva es una preciosidad. Enormes cúpulas de disolución mezclan colores y texturas que te transportan a otros mundos. Avanzamos de una sala a otra como si fuésemos astronautas en paseo interestelar contemplando sobre nuestras cabezas la corteza de otros planetas. Uy, lo voy a dejar aquí que se me va la cabeza y a saber adónde puede llevarme esta historia si sigo tirando del hilo ;) que soy una flipada.
Después de caminar, trepar, escurrirnos, y reptar por caminos arenosos interplanetarios (no lo he podido evitar, pero ya me callo), llegamos a la cabecera de la serie de pozos que nos llevarán a la punta de exploración.
Vamos haciendo algún retoque en la instalación y llegamos al último pozo en donde la última vez teníamos la duda de por dónde se perdía el aire.
- Yo creo que por la fisura de abajo.
- No, va a ser por la de arriba.
- Espera a ver que bajo. Voy a echar polvo de talco. Mira, se lo traga en un momento.
- Espera que bajo a ver. Vale, pues subo y miro lo de arriba.
- Gelo dijo el otro día que le parecía mejor la de arriba.
- Te paso por encima. Ay, no me pises la cabeza.
- Por aquí arriba no traga nada. Es por ahí abajo, sin duda.
- ¿Es por la de arriba?
- ¡¡Noo, por la de abajo!!
- Vale, vamos para abajo.
Nos apelotonamos todos en la pequeña repisa en la que casi no se cabe, intentando pasar unos por encima de otros queriendo mirar más allá de lo que permite la roca. Intentando ver lo que no se ve. ¡¡Qué maraña humana!!
- Pues sí que está estrecho…
- Pues a ver cómo lo hacemos, porque seguir sigue.
- Vamos allá ¿Quién se licua primero?
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