miércoles, 2 de septiembre de 2015

Rehabilitando... (23/08/15)





Que dice Gelo que ya ha acabado su larga rehabilitación del hombro, y que podemos ir a la Sima de la Maza en plan light, para ir “probándose”. Guay, así a media tarde nos tomamos unas birras en el bar… Quedamos a las nueve y media en el club, con ese espíritu que presiden las salidas lights y poco comprometidas. De subida pasamos por La Gándara, donde vemos de primera mano los estragos causados por la fiesta del Día de Soba, que fue ayer. O bien hay una epidemia de conjuntivitis, o las sustancias estupefacientes han corrido con generosidad por el valle…

Cargamos los petates y para la Maza, en medio de una exuberante vegetación. La verdad es que con el parón cuevil por la lesión, se me ha olvidado hasta cómo se pone el arnés. Bueno, no será tan difícil, al fin y al cabo no vamos a bajar a “la sima más peligrosa del mundo” (sin comentarios, que con la Ley Mordaza de los cojones acabo en la cárcel fijo).

Aunque no es una sima compleja ni mucho menos, tampoco de mucho cuartel. Destrepe, arrastradita,
cuerda con cabecera estrecha, meandro bonito, cuerda con estrechez no-bonita, arrastrada con agua, cabecera volada, meandro desfondado… Joder, esto de la espeleo es un coñazo, se me había olvidado… Al menos, por una vez no han sido cicateros en la instalación de los pasos desfondados y (casi) no paso miedo… Tras remontar el meandro desfondado, llegamos a una galería de hundimiento de notables dimensiones. El cañón está debajo de los bloques, pero ahora progresamos por una zona fósil saltando de piedra en piedra. Encima nuestro unos tubos pendientes de escalar ya marcan alguna posibilidad. Nos acercamos a cargar agua al gran muro de arenisca por el que se precipita la cascada que –suponemos- viene de Rueñes. Pero hoy nuestro objetivo es topografiar un ramal situado al Oeste, que pudiera acercanos hacia Rubicera. Ya está explorado, pero “misteriosamente”, al anterior equipo se le olvidó (otra vez) el equipo de topo. 

Comenzamos a topografiar y, efectivamente, las galerías van hacia el SO, acercándonos a Rubicera, que apenas dista 150 metros en línea recta y a la misma cota. Pero, bajo tierra, 150 metros son todo un mundo… Pronto la galería cambia de rumbo, y se va hacia el Norte. En el lugar del giro, un meandro colgado unos 15-20 metros es una posible opción para continuar avanzando hacia Rubicera, pero será otro día. Continuamos con la topo, revisando laterales. Del norte viene un río, que remontamos por una amplia galería hasta la base de una escalada de 4 metros, donde vuelve a aparecer el omnipresente estrato de arenisca. Dejamos la escalada para otro día, pero el laminador que se intuye arriba no augura una exploración cómoda ni divertida (ni seca)…

Algo más abajo, en una zona de hundimiento, unas trepadas entre unos inmensos bloques nos sitúan en la parte superior de una gran sala. Gelo flanquea un paso un tanto peligroso, y revisa la zona norte de la sala, donde observa un par de posibles continuaciones, pero que requieren cuerda para llegar. De mientras, rapelo por una fisura que va en dirección sur, pero que pronto se estrecha hasta hacerse impenetrable. Allí, un paso estrecho permitiría acceder a un nivel inferior, pero requiere desobstrucción y no hay aire evidente.



Allí queda también una escalada de más de 40 metros a algo indefinido, que puede ser tanto una galería como una simple chimenea que viene de arriba; ni siquiera con el foco acabamos de tenerlo claro. Comemos un poco (son ya las cinco de la tarde), y seguimos con la topografía. De retirada, revisamos algunos laterales en el pasamanos inicial que da acceso a esta zona, donde unos estrechos laminadores se encaminan hacia el Sur. También requerirían desobstrucción, y la falta de aire no parece hacer muy prometedor esta opción…


Ya en la sala principal remontamos un meandro que Zape había seguido parcialmente. Continuamos más allá, pero acaba saliendo a la galería principal. Tras topografiarlo, Gelo se dirige a una zona entre bloques en la que un pocete da lugar a un bello cañón. Tras pelear un rato con el rebelde taladro, logramos bajar, topografiando aguas abajo hasta que se desfonda (más o menos, en el lugar al que llegamos meses atrás y que traía una gran cascada, que debe ser esta). Aguas arriba topografiamos el cañón principal y varios tubos paralelos hasta otro desfondamiento. Son las nueve de la noche y hay que pensar en tirar para afuera. Se suponía que era entradita light de medio día, pero cuando el chato coge el equipo de topo, cualquier le sugiere que es hora de ir pensando en pirárselas…




La salida se hace cuesta arriba, literal y metafóricamente. A las horas se le suma la falta de fondo. Bloques, meando desfondado, pozo, pasito con agua, pozo, estrechez… ¿Qué hostias hago boca abajo colgado del pantin? Juraría que esta técnica no está homologada por la EEE, ni la FCE, ni la FEE, ni el Estado Islámico… Mesecruzató…. Puta espeleo… Con lo bien que se está en el monte…



Por fin logramos salir, pasada ya la media noche, con una luna que asoma a ratos entre las nubes, dejando bonitas vistas. Más bonita aún es la vista del coche, y la del catre, cerca ya de las dos de la mañana, ni te cuento… En total, han sido casi 700 metros de topo, lo que sumado a las cosas pendientes de topografiar nos sitúan ya en los 137 kilómetros. Además, las múltiples incógnitas prometen… prometen que las vamos a pasar putas…



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