De nuevo planeamos visitar nuestro vivac
5 estrellas en Rubicera para continuar las exploraciones en esta cavidad.
Nos reunimos cinco a las nueve en el
club, ya que el doctor Ogando no ha dejado a Marta venir a la cueva para que
esté pronto en forma para trabajar.
El tiempo no está muy claro pero no nos
mojamos en la aproximación a la boca y tras cambiarnos entramos Zape, Moi,
Cardin ,Pedro y Angel, con una animada conversación sobre los más variados y
disparatados temas, que como siempre incluyen sexo, alcohol y fauna local..
Llegamos al río que baja muy tranquilo y
esta vez nadie se moja los pies, aunque poco más tarde algunos nos mojamos de
sudor en las gateras y llegamos resoplando al vivac.
Comemos en el vivac y dejamos la cena,
recogemos material y tomamos dirección a la zona de los osos, pero con idea de
revisar algún caos de bloques por el camino.
Esta revisión nos lleva más de una hora de
trabajo pero sin éxito, por lo que continuamos hacia el final de la galería de
los Imputados, donde nos dividimos en dos grupos.
Zape y yo nos quedamos para hacer una
escalada a un tubo descendente, que ya empecé con Pedro hace tiempo hasta que
se rompió primero el burilador y luego el taladro.
El resto se van por las gateras hacia las
galerías de los Osos a revisar algunos cruces.
La escalada se hace rápido y continuamos por
un meandro-tubo con paredes muy brillantes de singular belleza, que va
ascendiendo con cortas trepadas pero que finalmente se cierran, dando por
terminada la exploración de esta zona. Nos bajamos topografiando los 90 metros
de galería.
Nos reunimos con Moi que con Zape
inicia una travesía en la cabecera del pozo del Atajo para revisar un posible
meandro en el otro lado del pozo.
Yo voy por las gateras que no conozco
hacia las galerías de los Osos donde me encuentro a Pedro y Cardin que vuelven
de recorrer unas gateras que les han llevado a otras galerías ya conocidas en
el nivel superior.
Doy una vuelta por las galerías de los
Osos que como dijo Marta son “preciosísimas”, con paredes brillantes y bonitas
excéntricas. Llego hasta el pozo que une al menos tres niveles de esta red y
compruebo que hay una posible continuación al otro lado del pozo, donde se
aprecian trazas de un importante tubo a presión. Será un buen objetivo para
otro día.
Me vuelvo con Moi y Zape mientras los
otros se van a la zona alta a revisar otra gatera que dejó Pedro pendiente.
La travesía de Moi no ha sido exitosa y
nos bajamos por el pozo hacia la sala de la Momia Verde, donde Zape localizó un
meandro que le llevó a una sala que hay que topografiar y revisar.
El pozo del Atajo nos deja en el techo de
la sala y tras bajarlo descendemos entre bloques para llegar a un estrecho
meandro que después de varias curvas desemboca en una amplia sala que según
recorremos va adquiriendo más altura.
En el extremo una rampa de fuerte
pendiente permite a Zape llegar casi al techo sin más opciones de continuación.
Moi se introduce por un meandro
ascendente, con algo de aire que recorre durante un tramo antes de que se pone
complicado seguir ascendiendo.
Ellos revisan otras estrecheces mientras
yo topografio la sala y cuando damos por terminada la revisión volvemos por el
meandro hasta un cruce de este, que seguimos durante unas decenas de metros
hasta que volvemos a salir a las galerías que conducen al P70, donde cierro la
poligonal.
Ascendemos a las gateras donde hemos
quedado con los gateraman a una hora concreta, pero como no llegan nos vamos
hacia el vivac, tras dejar un nido de material.
Nos lleva casi dos horas volver y aún nos
queda hacer trabajos de ingeniería hidráulica para poder tomar agua de la
cascada del río Toxe que nos sirve de suministro.
Cuando estamos calentando el agua llegan
Cardin y Pedro que han topografiado otra gatera que lleva a un gran desfonde,
que habrá que ver si se trata de una zona conocida de la cueva o no. Otro
misterio a resolver en la próxima salida.
La comida es abundante como siempre que
Wichi no hace la compra y nos ponemos ciegos a pasta y queso, antes de irnos a
los sacos después de más de 14 horas de actividad bastante movida.
Los ronquidos y otros ruidos internos son
lo único que se oye poco después en la galería, hasta que suena el despertador
prontito, que Cardin tiene una “cita” misteriosa para comer y no quiere salir
tarde, cosa que a Zape no le gusta nada.
Tras desayunar los sobaos de rigor y
equiparnos, iniciamos la marcha de retorno, con sus laminadores, cuerdas
ascendentes, más gateras y cuerdas., bonitas galerías y de nuevo en el río.
El resto de zonas habituales en Rubicera
y las habituales conversaciones tratando en vano en averiguar con quien es la
cita misteriosa de Cardin, nos dejan por fin en la boca, donde comprobamos que
no llueve .
El pateo de una hora por pasamanos y
rampas herbosas ponen fin a la actividad espeleológica de este finde, donde hemos
podido topografiar 470 metros de galerías nuevas. El proximo número redondo para el desarrollo del Mortillano ya está cerca los 140 Km.
Las actividades poscueva continúan en el
bar de Arredondo donde hemos quedado con Marta, que ha subido en bicicleta
desde Castro más de 60 Km., solo para demostrarle a Zape que esta lista para todo,
como demostrará en la próxima salida que hemos hecho y que ya contaremos en
otro momento..
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