La primavera esta siendo lluviosa en Cantabria y eso dificulta el ataque a una sima como la Maza con un curso de agua, sobre el que hay que arrastrarse en algunos tramos. Hay aviso de tormentas aunque no de mucha precipitación, por lo que las dudas nos asaltan antes de dirigirnos a la boca.
Estamos cinco aunque Cristóbal solo nos
acompaña hasta la boca ya que la escayola de su muñeca no aconseja entrar en
este agujero, También Marta, Zape y un
fichaje nuevo Magin. Gallego pero que en los últimos años ha explorado en la
zona de Grenoble, ahora se ha venido a Cantabria a vivir y ha cometido el error
de contactar con nosotros..
La yerba esta muy mojada y llegamos a la
boca con las piernas mojadas y las nubes entrando y saliendo, nos cambiamos y
despedimos de Cristóbal según nos colamos por la incómoda gatera. La sima está
bastante húmeda y cuando llegamos la río baja bastante cargado, pero asumible.
Esperemos que a la salida no sea un problema.
En dos horas estamos en la gran sala e
iniciamos el camino ascendente por la larguísima escalada de más de 120 m. que
llevamos haciendo desde hace tiempo lo que nos lleva otra hora más.
En la pequeña salita base de la escalada
pendiente, comemos algo y Marta y Zape se pelean por hacer la escalada. La
disputa se resuelve por el científico método de “Piedra,Papel o Tijera” y gana
Zape, que inicia la corta escalada que pronto le lleva a un meandro desfondado,
que precisa instalar pasamanos y algún resalte. Oímos los gritos de alegría de
Marta que ha seguido a Zape y como siempre se emociona con todo lo que
encuentra.
Magin y yo subimos haciendo la topo y nos
agrupamos en una amplia sala de techo alto que corta el meandro. De esta sala
se puede descender a un nivel inferior del meandro volviendo bajo en camino de
llegada, hasta un resalte que hay que equipar.
Desde la sala continua el meandro con un
resalte que de nuevo lleva a un ensanchamiento donde el meandro se estrecha
mucho pero en el techo a 10 m. se aprecia un estrato arenisco con un tubo de al
menos un metro de diámetro.
No nos queda cuerda y casi chapas, así
que toca retirada haciendo algunas fotos y mejorando la instalación de algunos
pasos.
Bajamos cantando o más bien destrozando
diversas melodías que supongo contribuyen a empeorar aún más la imagen que
Magin se debe de estar haciendo de nosotros.
Llegamos a los pozos activos y
comprobamos con alivio que el nivel del agua no ha subido mucho y que hoy
saldremos sin novedad, pero nos equivocamos, ya que a Magin se le cae el puño
en la cascada y aunque bajo a buscarlo, no hay manera de verlo entre el fuerte
chorro. Por tanto el resto de la sima sube compartiendo puño con Zape que usa
de vez en cuando nudos para progresar.
Estamos en el exterior a las 10 de la
noche y nos recibe un paisaje espectacular con una niebla húmeda pegada al
suelo, entre los arboles, que parece que estamos en la selva de Papua.
Solo queda andar hasta el coche y dado
que no llueve ni hace frío estamos contentos camino de Ramales y de una bien
merecida cena.
En el pueblo nos despedimos de Magin que
supongo siga alucinado de los individuos con los que ha pasado el día..
Han salido 80 metros de topo que no es
mucho, pero las espadas siguen el alto en esta larga, larguísima escalada en la
que Marta nos impulsa a continuar..
Continuara….
No hay comentarios:
Publicar un comentario