26-Febrero de 2022, Mortillano, Soba
Llevamos casi un año sin volver por esta cueva, en la que tantas horas hemos metido. Las campañas de verano, el COVID, las lesiones y otras exploraciones, nos han mantenido lejos de esta bonita cavidad.
La idea inicial de ir al vivac, se aplaza por que somos pocos y con ganas de cenar en el bar, así que lo cambiamos por un ataque relámpago, que implica una buena tunda de paseo de ida y vuelta.
Estamos cuatro, los castreños, Pedro y yo, que hacemos la parada habitual en Ason para tomar un café y luego subimos hasta los Collados, donde dejamos los coches y tomamos las pesadas mochilas. El día que ha amanecido muy frio, se va templando y el sol nos acompaña dando luz al bonito paisaje invernal del Asón.
Con las conversaciones habituales, llegamos a la rampa de yerba, donde solemos poner una cuerda que escondemos en una grieta, pero o.o. La cuerda no está, parece que el pastor nos ha pillado el truco y la cuerda estará ahora atando alguna cabra de la comarca. Afortunadamente el terreno no está muy húmedo y con mucho cuidado bajamos las rampas, para tomar los pasamanos y bajar luego a la boca de la cueva.
Son casi las 12:00 cuando entramos en la boca y tomamos los caminos que conocemos bien. Amplias galerías, paso estrecho, mas galerías medias, de nuevo grandes, pozo del Chocolate meandros incomodos, río,… Cuando subimos a las galerías superiores son casi las 13:30 y como allí nos vamos a separar, hacemos una parada para comer.
Repuestas las fuerzas, hacemos dos equipos. Los castreños irán a la punta donde hace tiempo vimos en cabecera de una amplio pozo, un posible tubo colgado, que permita avanzar a ese nivel, aunque se trata de una escalada larga y descubrimos que no hemos traído estribos.. Pero Zape es muy apañado y seguro que se busca la vida.
Pedro y yo iremos a revisar y hacer poligonal de una zona de tubos explorada por la SEII, de la que no tenemos información y por tanto se parece un poco a explorar..
Nos despedimos y quedamos sobre las 18:00 para vernos de nuevo las caras.
Pedro y yo dejamos el material y solo con lo de topo y fotos tomamos los estrechos tubos, que en principio son bastante pequeños e incomodos, pero que poco a poco, van cogiendo tamaño hasta llegar a un amplio tubo de más de 4 m. de diámetro y muy relleno de arena.
Tomamos a la izquierda y pronto se suceden los cruces hacia nuevos tubos de diversos diámetros. Seguimos el mas importante y tras unas vadinas fósiles, nos deja en un pozo por el cae agua y al otro lado se ven nuevas galerías.
Volvemos al cruce anterior y llegamos a una sala de bloques con tubos en el techo y un paso bajo, que nos lleva a nuevos tubos de mas de 8 m. de ancho, con montones de cruces. Pensamos en lo mucho que habrán disfrutado los colegas de la SEII, explorando este bonito laberinto de galerías. Vamos haciendo topo para saber donde andamos y poder relacionar estas redes con las nuevas que hemos encontrado en esta gran cueva. No es fácil tener que repetir el trabajo ya realizado por otros espeleólogos, pero bueno es lo que toca si queremos unir nuestros trabajos y poder conocer bien todos los niveles y rincones del Mortillano.
La galería principal nos lleva en un momento dado sobre un balcón, donde se oye el ruido de un rio abajo, que no puede ser otro, que el río de la travesía como nos confirma la topo. Continuamos por unos conductos de tamaño medio, que nos llevan de nuevo a otra ancha galería de más de 11 m. y con el suelo de arena y colada. Tomando el camino de la izquierda pronto de nuevo salimos a un balcón sobre el río.
Volvemos en sentido contrario en esta galería, siguiendo el sendero en la arena que los colegas de la SEII han mantenido para no desfigurar mucho el suelo de la galería. De nuevo dejamos muchos cruces a ambos lados, algunos de ellos vírgenes y en los que Pedro se adentra a rastras bastantes metros, con su persistencia habitual. Yo sigo con la topo del eje principal hasta desembocar en lo alto de un amplio cañón que unos 10 m. mas abajo tienen un suelo de bloques, al que en ese punto parece que no se ha bajado, por lo que deduzco que hay otras galerías que puentean el cañón.
Vuelvo atrás y efectivamente unos tubos más altos, me permiten avanzar paralelo al cañón hasta otro balcón, donde me doy la vuelta.
Busco a Pedro y le grito, pero no oigo nada, así que deambulo por la zona esperando que este vivo. Por fin le oigo volver gruñendo de una pesada excursión por uno de los tubos, que dice sigue después de un paso estrecho.
Se nos hace tarde para la cita, así que volvemos haciendo alguna foto y revisando alguno de los cruces más importantes, de este autentico laberinto disfrutan para cualquier explorador subterráneo.
Foto Marta |
Foto Marta |
Llegamos alas 18:15 a la cita con los castreños, pero aún no han llegado, lo que me anima a pensar que tal vez tengamos suerte y el tubo colgado continúe. De momento bebemos y comemos algo, y cuando estamos pensando en ir a su encuentro, oímos sus voces en la larga galería.
El informe no es bueno, ya que han alcanzado el tubo, pero este se desfonda pronto sobre el pozo, sin aportarnos el ansiado nivel perdido. Han continuado luego equipando un pozo que estamos revisando y mas tarde han vuelto a la cita. Lo bueno es que la rodilla de Marta no le ha dado muchos problemas y ella ha disfrutado como en los viejos tiempos de la cueva.
Unas gominolas y emprendemos el retorno a la superficie, pensando ya en la cena que nos vamos a dar donde Margari, pero aun nos quedan casi dos horas de ascenso hasta la boca, donde hacemos la foto de rigor.
Cargamos las mochilas y con una noche oscura pero no muy
fría, emprendemos el ascenso por las duras rampas de yerba, para una hora
después llegar al coche, cambiarnos y despedirnos de Pedro, que tiene invitadas
en casa y tiene que hacer de anfitrión el pobre o las pobres.
Foto Marta |
Nosotros bajamos a Asón y charlamos un rato en la barra con Margari y Chichi, antes de entrar al comedor y reponer fuerzas. Zape duda de si pedirse un cocido y luego cabrito y luego…
Marta apenas puede cenar con un fuerte dolor de espalda la pobre, pero es una chica muy dura y mira sin extrañarse como nosotros devoramos su plato.
En Ramales nos despedimos esperando que la espalada de Marta mejore pronto.
El resumen del día, no puede ser brillante, ya que no hemos encontrado ningún terreno virgen que explorar, pero si hemos disfrutado de bonitas galerías, que de todas formas, nos abren puertas a posibles exploraciones en el futuro.. Sigue el juego y nadie dijo que fuera fácil.
Foto Marta |
Además lo más importante lo hemos pasado bien, con buena conversación y viendo a Marta volver a disfrutar de la espeleo.
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