miércoles, 20 de septiembre de 2017

Campamento Fuente Fría 2017




Con el retraso (en toda su polisémica extensión) que nos caracteriza, toca resumir lo que ha sido el campamento de este año, en el que hemos abandonado el Salzoso para volver a las umbrías hayas de Fuente Fría. En torno a unos 25 inconscientes han pasado por acá en un momento u otro...

Los objetivos que teníamos eran prospectar por la zona de Claverizas y la zona encima de la Mole. En cuanto a las simas, teníamos intención de continuar explorando el río de la Sima de la Maza aguas arriba, y revisar un posible aporte de Mazo Chico. Sin embargo, el hombre propone y la meteo dispone, así que los planes se trastocaron tras tres días de lluvia casi continua: las dos cuevas, activas, tendrían que esperar a mejor ocasión. Al menos, la cerveza, el vino y la panceta eran abundantes...



Tampoco las prospecciones comenzaron con buen pie: nuestra compañera Susanna se rompió el
cóndilo femoral interno, y tuvo que ser evacuada en camilla (el helicóptero no pudo volar por la densa niebla) desde las Claverizas hasta los Collados. Afortunadamente la operación ha ido bien, y "progresa adecuadamente". Poco de interés encontramos en la zona de las Claverizas, así que el resto de los días que el tiempo nos dejó los dedicamos a la zona del Mortillano ubicada bajo el Haza Pascual y encima de la Mole.

Foto: Teio
Se trata de una zona surcada de canales y dolinas, con una enrevesada orografía que hace muy lenta la prospección. Nuestro primer objetivo era encontrar y revisar un par de simas que espeleólogos franceses habían bajado 40 años antes. En particular, la CH-67 (-90), que contaba con una corriente de aire aspirante (la única de todo el sector). Tras su localización, la revisión logró avanzar un poco más de lo que lo habían hecho los compañeros del Chablis, pero finalmente la progresión se ve detenida por dos estrecheces impenetrables.

Foto: Teio

La revisión de la CH-64 (-84), que a priori no tenía mayor interés, nos ha permitido alcanzar una vía paralela con una notable corriente de aire. La progresión se ha visto detenida por una estrechez, quedando pendiente para el próximo campamento.


Además, hemos encontrado algunas de las simas marcadas por los compañeros del Niphargus en los años 90, de buenas dimensiones (pozos de 80-90 metros), que no nos ha dado tiempo de revisar. De todos modos, las exhaustivas exploraciones del grupo burgalés en esta zona no nos hacen albergar muchas esperanzas de encontrar alguna incógnita en las mismas.



Por lo demás, se han encontrado una treintena de simas, y se han bajado la mayoría de ellas. Pese al número elevado de cavidades (sobre todo si tenemos en cuenta los pocos días "útiles" de prospección), ninguna de ellas ha dado resultados positivos, siendo todas de tamaño reducido o medio.


De cara al año que viene, probablemente nos centremos en la zona ubicada en la vertical del Haza Pascual, lugar que concentra el grueso de las cavidades sin bajar (y más prometedoras por su tamaño y situación). Cerca de ese entorno (pero a bastante profundidad) se encuentran las galerías de la Mole, gran cavidad (con pozo de 300 incluido) que exploramos hace ya 15 años. Veremos...


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