Con
el retraso (en toda su polisémica extensión) que nos caracteriza, toca resumir
lo que ha sido el campamento de este año, en el que hemos abandonado el Salzoso
para volver a las umbrías hayas de Fuente Fría. En torno a unos 25 inconscientes han pasado por acá en un momento u otro...
Los
objetivos que teníamos eran prospectar por la zona de Claverizas y la zona
encima de la Mole. En cuanto a las simas, teníamos intención de continuar
explorando el río de la Sima de la Maza aguas arriba, y revisar un posible
aporte de Mazo Chico. Sin embargo, el hombre propone y la meteo dispone, así
que los planes se trastocaron tras tres días de lluvia casi continua: las dos
cuevas, activas, tendrían que esperar a mejor ocasión. Al menos, la cerveza, el
vino y la panceta eran abundantes...
Tampoco
las prospecciones comenzaron con buen pie: nuestra compañera Susanna se rompió
el
cóndilo femoral interno, y tuvo que ser evacuada en camilla (el helicóptero
no pudo volar por la densa niebla) desde las Claverizas hasta los Collados.
Afortunadamente la operación ha ido bien, y "progresa adecuadamente".
Poco de interés encontramos en la zona de las Claverizas, así que el resto de
los días que el tiempo nos dejó los dedicamos a la zona del Mortillano ubicada
bajo el Haza Pascual y encima de la Mole.Foto: Teio |
Se
trata de una zona surcada de canales y dolinas, con una enrevesada orografía
que hace muy lenta la prospección. Nuestro primer objetivo era encontrar y
revisar un par de simas que espeleólogos franceses habían bajado 40 años antes.
En particular, la CH-67 (-90), que contaba con una corriente de aire aspirante
(la única de todo el sector). Tras su localización, la revisión logró avanzar
un poco más de lo que lo habían hecho los compañeros del Chablis, pero
finalmente la progresión se ve detenida por dos estrecheces impenetrables.
Foto: Teio |
La
revisión de la CH-64 (-84), que a priori no tenía mayor interés, nos ha
permitido alcanzar una vía paralela con una notable corriente de aire. La
progresión se ha visto detenida por una estrechez, quedando pendiente para el
próximo campamento.
Además,
hemos encontrado algunas de las simas marcadas por los compañeros del Niphargus
en los años 90, de buenas dimensiones (pozos de 80-90 metros), que no nos ha
dado tiempo de revisar. De todos modos, las exhaustivas exploraciones del grupo
burgalés en esta zona no nos hacen albergar muchas esperanzas de encontrar
alguna incógnita en las mismas.
Por
lo demás, se han encontrado una treintena de simas, y se han bajado la mayoría
de ellas. Pese al número elevado de cavidades (sobre todo si tenemos en cuenta
los pocos días "útiles" de prospección), ninguna de ellas ha dado
resultados positivos, siendo todas de tamaño reducido o medio.
De
cara al año que viene, probablemente nos centremos en la zona ubicada en la
vertical del Haza Pascual, lugar que concentra el grueso de las cavidades sin
bajar (y más prometedoras por su tamaño y situación). Cerca de ese entorno
(pero a bastante profundidad) se encuentran las galerías de la Mole, gran
cavidad (con pozo de 300 incluido) que exploramos hace ya 15 años. Veremos...
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