martes, 25 de diciembre de 2012

Exploraciones en la zona profunda de Mazo Chico (y II)




2012: trabajos previos

En el AER siempre tuvimos entre nuestros objetivos la posibilidad de revisar la zona profunda del río de Mazo Chico, pero fueron pasando los años y otros objetivos, así como la logística y dureza de esta actividad, hicieron que la pospusiéramos una y otra vez. Finalmente este 2012 decidimos dedicar parte de las energías del campamento de Fuente Fría a atacar esta zona del sistema. La idea era buscar posibles niveles colgados en la unión del río con las galerías fósiles que se les hubieran escapado a los franceses en sus ataques desde el lejano vivac de Borgoñeses.
Se pensó en la posibilidad de bajar el vivac hasta las galerías profundas de -700 y hacer desde allí una detenida exploración de toda la zona, pero la falta de “músculo” en esta edición del campamento nos decidió a realizar una opción intermedia que tenía varias ventajas. Así, decidimos montar un vivac en la zona final de un meandro fósil, en la antesala del río desde Cellagua, y que precisaba unas 4 horas para ser recorrido en ambos sentidos, además de bastante esfuerzo físico debido a sus numerosos pocillos y resaltes (Meandro Sur).

Dado que teníamos instalada la sima de Cellagua para otros trabajos de exploración en Borgoñeses, las actividades que se precisaban eran básicamente la instalación del citado Meandro Sur y del tramo del río de Mazo Chico desde que pinchábamos en él hasta el fondo. Disponíamos de las reseñas de los franceses, que indicaban unos once pozos en el Meandro Sur y once cascadas a instalar en el propio río. El planteamiento del ataque fue realizar un descenso pernoctando en el vivac de Borgoñeses (-260 desde Cellagua) e instalar el meandro Sur y lo que se pudiera del rio de Mazo Chico.

Con ese objetivo, el fin de semana del 7 de julio, cuatro espeleólogos del AER descendieron el viernes tarde por la sima de Cellagua, durmieron en el vivac en Borgoñeses y al día siguiente comenzaron la instalación del laborioso Meandro Sur, añadiendo algunas cuerdas más de las instaladas por los franceses.

El final del meandro es un muro que escalaron los franceses, dejando una cuerda fija y que nos permite acceder a una gran sala en forma de embudo con un mar de bloques inestables que se precipitan sobre el rio de Mazo Chico, 40 metros más abajo. Los franceses parece que descendían dicha rampa sin instalación pero nosotros montamos cuerda y aún así se demostró que todo estaba inestable y muy delicado.

Se instaló el P. 39 de acceso al río y se continuó por éste, encontrando las cuerdas y anclajes de SCP; como era de esperar, y a pesar de estar recogidas las cuerdas en cabecera, se encontraban en mal estado. La instalación existente era puramente de exploración y para ir todo por el agua, por lo que se decidió hacer una instalación más alejada y menos comprometida. Ello requirió mucho más material y tiempo, por lo que el equipo se retiró hacia el vivac instalando solo la mitad del río.


La vuelta al vivac remontando el Meandro Sur y pasando algo de miedo en las rampas de bloques les dejo en Borgoñeses tras una punta de 16 horas y muy agotados, con el agravante de que el hornillo se negó a funcionar y se tuvo que cenar frío y poco. Tras dormir unas horas iniciaron el ascenso al exterior para hidratarse convenientemente en el bar.






Un segundo ataque fue realizado por dos personas el sábado 16 de Julio, con idea de bajar material, reequipar la rampa de bloques y localizar un posible vivac en la zona final del Meandro Sur. Descendimos bastante cargados hasta la cota – 400 del Meandro Sur, y reequipamos la rampa por la pared derecha. Se pudo localizar y comenzar a acondicionar para vivac una plataforma rocosa justo al final de este meandro, al pie de la escalada. El ascenso al exterior desde este punto llevó unas cinco horas, resultando una punta de once horas en total.




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