Sábado sabadete, camisa nueva y polvete… euuuh, no. Sábado
sabadete, mono remendado y barrete. Triste pero cierto. Los seres carentes de
atractivo y de pasta se ven reducidos a pasar sus míseras horas gateando y
arrastrándose por recónditos lugares, sea una cueva, sea el Marcos a altas
horas de la madrugada… Así que el sábado 15 de diciembre, a la torca again.
Como la cosa tira, tontos… digo voluntarios no faltan. Esta
vez estamos Wychy, Zape, Marta, el Rubio y los Pedros. En unión y armonía (no
tanto) nos dirigimos a la boca, colgada en los farallones del Alto Asón. Para
adentro otra vez, por un camino que cada vez tenemos más trillado. Ya no sé si lo marcan las cabras, los cabrones, o los borregos... En la gatera, menciones varias a la progenitora del tontodelculo al que le dio por quitar las piedras (con lo bien que estaban en su sitio, joder). Alguno, sale más rojo que la p***** de un perro... Pero bueno, esto no es ná para la aguerrida tropa subterránea (ay, mi hernia; ay, mi menisco; ay, mi lumbago...).
En la galería que lleva al gran pozo nos separamos. Mientras unos
montan una rampa de barro (que con tanta pasada se ha vuelto impracticable),
otros van a recoger cuerdas a otra zona. De vuelta, ven que los demás han comenzado
a clavar una nueva vertical, para evitar así la ducha que recibimos el día
anterior. Esta vez se instala por la pared de enfrente, en la que apenas cae
agua. Acabada la labor, bajamos y comemos donde la vez anterior (otra
sobredosis de Dulcesoles buenos buenos). Saciados nuestros apetitos (aunque no
los más bajos), hacemos dos grupos otra vez: Marta, Zape y el Rubio se dirigen
al norte, a bajar los dos pozos que habían quedado pendientes. Sin embargo, hoy
la suerte no acompañará: a pesar de sus denodados esfuerzos, todos los pozos se
cierran, quedando sólo un par de incógnitas. Así, se dirigen a explorar un
aporte que habíamos dejado pendiente desde el primer día, y lo remontan hasta
un lugar en el que se vuelve impenetrable.
Esto en el fútbol no pasa... |
De mientras, Wychy ha descubierto que el pozo de 40 es más
bien un 60, con unos 50 metros de diámetro. En realidad, es donde el río rompe
el estrato margoso, por lo que tras una complicada instalación ponemos pie en
una enorme sala en declive muy resbaladiza, a la que llega el río de arriba.
Tras bajar una empinada y deslizante rampa junto al río, éste se filtra entre
bloques. Poco más allá, un pozo de al menos 50 metros detiene nuestro avance
(nos hemos quedado sin cuerda), ya en caliza. De subida, completamos la
topografía y vemos un par de posibles continuaciones. De subida retocamos la
instalación, y llegamos a las 9 al “meeting point”. Un poco de picoteo, y para
la calle, satisfechos de haber topografiado casi un kilómetro de nuevas
galerías. De camino para fuera, tranquilizaremos los temores de Zape de que ir
cabeza abajo en una gatera pudiera causarle un exceso de riego en el cerebro
que le provocara idea alguna. Gatera, pateo, reptar entre el caos de bloques
cercano a la entrada… y calle. Por una vez, no hace un frío que pela, así que
nos cambiamos con relativa comodidad. Después, sólo nos queda una horita de “tranquilo”
paseo (no está la cosa para hacer footing
con las mochilas) hasta el coche. A eso de la una y media, ya estamos en el
pueblo, dispuestos a ir a la piltra previo paso por la ducha (euuuhh…).
¿Las expectativas? Pues grandes… Dada la cota a la que está,
no parece que este río vaya a dar a la Sala del Río Perdido, sino que estamos
bastante más abajo; puede que dé al fondo del Mortero de Astrana (gran colector
de esta zona del macizo), o puede que se dirija hacia Las Fuentes (bastante más
improbable, nos parece). Sea como fuere, en las próximas salidas (bueno,
entradas), trataremos de ir descubriéndolo… Además, y aunque los números no dejan de ser algo anecdótico, hoy hemos superado la "barrera" de los 120 kilómetros. Quién nos lo iba a decir hace dieciocho años, cuando unimos la Sima del Chapeau a Cellagua, sumándole un kilómetro a un sistema que entonces se convertía en un "gigante" de 21 kilómetros...
¡Enhorabuena por los hallazgos!Sois la leche, y además, el relato se hace muy divertido.
ResponderEliminarSaludos.
Mariano (G.E.Niphargus,Burgos)