viernes, 17 de junio de 2022

Retortijones subterráneos

 Cueva de Rubicera  11 de Junio de 2022

Llevamos tiempo sin visitar las cuevas del Mortillano a pesar de la belleza y lo disfrutonas que son muchas de sus cuevas, como La Rubicera que será nuestro objetivo de hoy.

A las 9:30 estamos tomando un café en el Willy, somos cuatro, Marta, Zape, Pedro y yo, que una vez dopados, salimos para  Ason pasando por el pueblo, que está en el inicio de su fiesta local.

Las nubes cubren la montaña pero por ahora no llueve, así que iniciamos la marcha hacia la boca, ligeros de ropa y sudorosos en la bochornosa mañana.

Yo voy cojeando, con las articulaciones de mi pie inflamadas y empeñadas en amargarme la vida, aunque por ahora voy ganado la batalla y no me dejo amilanar, si que pienso en que puede ser un día duro, con mucho que andar. Para colmo como no podia ser de otra manera, tropiezo con mi dedo malo y me hago mas daño.


 Una vez en la boca y equipados con los trastos del negocio, partimos para el interior sobre las 11:30, con una charla amigable, que es una de las cosas que mas me gusta de trabajar en estas cuevas basicamente horizontales y que permite moverse en grupo, comentar la actualidad y reirse de los fallos y caidas de los colegas, que por supuesto hacen lo propio con las mías. Que mas se puede pedir..

El objetivo de hoy es continuar con la revisión de una vía de pozos, explorada por la SEII al final de un bonito río fósil con muchas badinas fósiles. Llegar hasta allí lleva dos horas y media, recorriendo todo un mundo variado de terrenos subterráneos, desde amplias galerías, bonitos pozos, meandros estrechos, tubos arenosos, el río con sus pozas y cornisas y galerías con secciones curiosas.

 

Por el camino hemos recogido mas cuerdas de algunos depósitos que tenemos en la cueva, y ya vamos bien cargados cuando saltamos las badinas y los grandes cantos de arenisca que el antiguo río modelo en su paso por esta zona.

Llegados al inicio de los pozos paramos para comer algo, o mucho según los apetitos. Una vez saciados hacemos dos equipos de trabajo.

Pedro y yo revisamos un ramal ascendente que por un lado termina en un pozo, pero como no tenemos taladro, viene Zape y clava dos anclajes antes de irse con Marta a seguir equipando la vía de pozos.

 Pedro revisa varias gateras y una galería paralela y yo me dispongo a bajar el pozo con el material de topo. Pero comienzo a oír un rugido que sale de mis tripas y que no augura nada bueno. Bajo el pozo rampa de 10 m. y llego a una bonita sala de coladas con cristales en todas partes.



Los retortijones aumentan de intensidad, pero quiero creer que se aplacarán, así que me arrastro por un laminador con formaciones y más cristales que parte de la sala. Cuando llego a su final donde se colmata, un nuevo espasmo me deja encogido y temiéndome lo peor.

Me planteo vaciar mis tripas allí mismo, pero no me imagino como hacerlo, si apenas puedo moverme, así que me concentro, trato de relajarme, cosa que consigue aflojar la presión y me permite salir haciendo la topo, pero no llego muy lejos y una nueva envestida, me deja encogido en la gatera. De nuevo consigo superar el trance y me arrastro hasta la salita, consciente de que no podré aguantar un nuevo retortijón.

 

Busco un agujero de tierra donde vaciar mis tripas y consigo quitarme los trastos y monos, por los pelos, para a continuación disfrutar de uno de los mayores placeres que todos conocemos.

Terminada la faena me vuelvo a colocar los monos, arnés.. y me dispongo a completar la topo de los laminadores, pero al llegar al último punto, la cosa se repite y otra vez me retuerzo con los espasmos de mis tripas. No me lo puedo creer y salgo corriendo de nuevo a repetir la operación antes de que se produzca la catástrofe.

Una vez más me coloco toda la impedimenta y me dispongo a terminar el trabajo, pero no llego muy lejos y de nuevo tengo que quitarme todo a la carrera, no me lo puedo creer. Empiezo a preocuparme ya que si sigo así me voy a deshidratar y me costará mucho salir de la cueva.

Este es uno de los riesgos de la exploración subterránea, cosas que en casa solo nos hacen pasar unas horas malas y que nos dejan baldados, pero cerca de la cama, aquí se pueden convertir en un verdadero problema, con el exterior a varias horas y con diversos obstáculos por el camino.

Me equipo una vez más y termino la topo, remontando el pozo y desequipando la cuerda. Mis colegas deben de estar preocupados por mi tardanza, o tal vez no ..

Parece que mis tripas aguantan, así que me dirijo a los pozos y comienzo a descender los amplios pozos, hasta llegar al punto final de topo de la última ocasión. Comienzo la topo bajando un tramo de unos 20 m. que me deja en una sala de bloques y al fondo se ve un tubo inclinado por el que sigue la cueva.

 De repente mis tripas sufren un nuevo espasmo y otra vez me veo agachado y sudando. La cosa no pinta bien pero tampoco tengo muchas opciones, así que continúo con la topo y oigo a lo lejos un taladro, por lo menos los colegas no andan muy lejos.

Llego a un cruce donde una cuerda desciende un resalte y a la izquierda otra asciende a un tubo horizontal. Bajo el resalte con la topo y poco después, ya no hay cuerda instalada, así que parece que los amigos están en la otra vía.

Remonto y sigo la topo por la zona superior que pronto desemboca en otra más amplia que desciende entre bloques. Encuentro el puño de Pedro que ha perdido por el camino y enseguida contacto con él.

Han llegado a otro cruce con una diaclasa vertical que sigue hacia arriba, por donde llega aire y hacia abajo, donde unos bloques estrechan el paso. Una curiosa estalactita en forma de lámpara moderna, baliza el lugar.

Foto Marta

Foto Marta


Parece que han iniciado una escalada por la zona superior en busca del aire, primero por una rampa de bloques inestables y luego con escaladas en placas de roca algo inclinadas.

Foto Marta

 Subo con la topo hasta donde está Marta asegurando a Zape, que está en un segundo tramo vertical, que le lleva a una larga fisura vertical de unos 40 cm de ancho.


Foto Marta



 


Foto Marta

 

 

 

Foto Marta


 
Subimos detrás y de nuevo parece que hay otro tramo vertical, que Zape escala con rapidez casi en libre. De nuevo en la fisura ha llegado a un pozo de unos 10 m. 
foto Marta
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Ya son casi las 18:00 y toca volver, por lo que bajamos haciendo alguna foto, y descubrimos en un hueco de la fisura, a un lirón que ha dejado allí su pellejo del que aún queda algún rastro. Nunca deja de sorprenderme como estos roedores, pueden llegar a todos los rincones más lejanos de esta inmensa red de galerías. Este punto esta a km. de cualquier boca horizontal y no ha menos de 200 m. de pozos verticales a la calle.


Ascendemos con calma los pozos y paramos a comer algo, aunque tengo miedo de reactivar mi monstruo interior. En una hora estamos en el río y en dos horas mas de ejercicio variado llegamos a la boca, que se encuentra llena de una niebla húmeda. 


Foto Marta

 Hacemos la mochila y ascendemos entre la niebla y las últimas luces de este largo día. La yerba esta empapada y nos empapa las piernas.

Foto Marta

 Vamos pensando donde vamos a cenar, ya que el plan inicial de hacerlo en Ason, no parece muy adecuado el día de la fiesta.

Estamos en los coches a las 23:00 después de un día largo, que empecé arrastrando mis pies y continué vaciando mis tripas, pero que de todas formas ha cubierto algunas expectativas y ofrecido bonitos lugares.

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